Página 12 - enero2015

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formando el
mosaico
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E
l apego es aquel vínculo emocional que desarrollamos a algo o aquello que nos mantiene ‘atados’ en algún
aspecto de nuestro corazón. Éste no es malo, ya que es imposible vivir sin apegos o deshacerse de ellos, el
detalle es cuando éste mismo no nos deja crear o tolerar cambios. El apego es bueno, poniendo de ejemplo la
relación madre e hijo con amor se mantiene un apego de fidelidad, lo contrario con el miedo al cambio.
El interés, la pasión, el afecto por otros, la búsqueda del éxito y el apego por la vida misma son inclinaciones que
se convierten en causa de sufrimiento, cuando nos apegamos en exceso, debemos recordar que no deben ser sinó-
nimo de sufrimiento porque estos también son un componente esencial de nuestra humanidad y felicidad. La causa
principal del sufrimiento es cuando tenemos la tendencia a desarrollar apegos de cualquier manera posible, haciendo
a un lado lo que todos sabemos pero parecemos ignorar, el hecho de que todo está en constante cambio y nada
permanece igual.
Nadie ni nada nos pertenece, por eso hay que disfrutar cuando se puede y aprender a dejar ir cuando se debe.
Saber llevar un buen equilibrio del apego puede traer beneficios enormes pues puedes alcanzar el nivel de “fidelidad”
a algo sin volverte dependiente de la persona, cosa o sentimiento.
Quienes viven sujetos a los apegos generados desde su yo inferior, quedan totalmente dependientes y controlados
por el egoísmo y la negatividad. Vivir sin apegos es reconocer todo lo que no es tuyo y de lo que no tienes capacidad
de control pero al mismo tiempo reconocer que tenemos la capacidad pero sobre todo, la oportunidad de apreciar, dis-
frutar y aprovechar todo lo visible e invisible que te rodea. Todos los momentos son perfectos, porque estás presente
y tienes la oportunidad de transmutarlo o simplemente disfrutarlo.
El apego es un tema en extremo significativo, por todos los impedimentos y dependencias que puede generar, es
un tema que trabajándolo te puede brindar el conocimiento de que de nosotros mismos depende nuestra felicidad,
dejando el estereotipo del apego que te dice que sin aquella cosa o persona no puedes ser feliz. Todas las cosas a las
que te apegas y sin las que estás convencido que no puedes ser feliz, son simplemente tus motivos de angustias. Lo
que te hace feliz no es la situación que te rodea o las cosas que tienes sino los pensamientos que hay en tu mente.
Cuando te encuentras totalmente apegado a algo, la máxima aspiración es disfrutar de un momento espontaneo de
éxtasis y felicidad placentera seguido de la preocupación y el temor de perderlo. Empezar a liberarte de esa atadura le
cierra toda cabida al sufrimiento que es muy penoso y origina el empobrecimiento del alma. Hay que tener las cosas
por elección y no por algún tipo de miedo. Lo que necesitas no es renunciar a absolutamente todos los bienes mate-
riales sino comprender, tomar conciencia.
Por Jonathan Vera Velázquez, alumno de la Licenciatura en Ciencias Ambientales
Ilustración: Edith Hernández Durana