Página 13 - octubre2013

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formando el
mosaico
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Cuando hablamos de poder, generalmente solemos relacionarlo con factores
económicos opulentos, con el mando de multitudes, con una posición política enalte-
cida, con el clero, con el ejercicio militar y con los medios masivos de comunicación;
poder es sinónimo de fuerza, capacidad y dominio.
Pero nos hemos preguntado ¿qué sucede con nosotros?, simples mortales que no
pertenecemos a ningún sector privilegiado ¿acaso el poder nos excluye? en definitiva:
NO. El poder no nos excluye, nosotros nos excluimos de él.
Los magnos poderes con los que cuenta el ser humano son su libre albedrío, el poder
de decisión y el poder de la palabra ¿Por qué entonces no utilizar esos poderes que tene-
mos en las manos para lograr el esplendor en su máxima expresión de nuestro propio yo?
¿Por qué el silencio? ¿Por qué el conformismo? ¿Por qué ser siempre uno más y permitir
que los demás ejerzan su poder sobre el nuestro? acaso será ¿temor a la represión o a la
crítica? No olvidemos que el temor, la inseguridad y la cobardía son los peores enemigos
del poder.
El poder es sinónimo de fuerza, capacidad y dominio: un hombre común que ejerce
eficazmente sus poderes y los externa postrado ante un gobierno excluyente de pen-
sadores sensatos con una pancarta y un micrófono, seguramente será silenciado, cien
hombres realizando la misma acción posiblemente serán desaparecidos, pero un millón
de hombres unidos externando sus poderes serán una fortaleza indestructible e impa-
rable. Unión es sinónimo de fortaleza y fuerza es sinónimo de poder.
No temas, no permitas que tu espíritu repose en el silencio y en la cobardía, no te
excluyas, inclúyete: el poder eres tú, el poder está en tus manos.
Fuerza, capacidad y dominio
Por Frida Proskawer Espinosa, alumna de la Maestría en Lectoescritura
Cuando hablamos de poder, imaginamos riqueza, dominio, imposición, po-
lítica, economía, fuerza. ¿Pero alguna vez nos hemos preguntado la similitud entre el
poder como sustantivo y el poder como verbo?
Como verbo, el poder es algo muy motivante, ser más y mejor, cumplir objetivos descu-
briendo y explotando nuestras capacidades a límites que probablemente no conocíamos.
Si así es el verbo, así debería ser también el sustantivo.
Hay ocasiones en las que uno siente que ya no puede, ciertos momentos donde creemos
que llegamos al límite, ahí es cuando entra el poder, podemos percibir que algo por dentro
nos mueve para alcanzar lo que queremos, aun cuando nunca antes lo hayamos hecho.
Es ahí, cuando nos enfrentamos a un dilema, el hecho de poder conseguir lo que que-
remos y descubrir nuevas capacidades, nos hace acreedores a distinciones que antes no
teníamos, reconocimientos que creíamos que nunca serían nuestros y una visión más ele-
vada de la realidad. En este punto, nos volvemos más susceptibles a sentir superioridad, la
cual, se manifiesta de diferentes maneras, las cuales la mayoría de las veces, sobrepasan
los derechos de terceros.
Lo anterior, describe perfectamente la situación de cientos de personas que desempe-
ñan un cargo público o quienes simplemente están a cargo de otros cientos de personas
que toman el papel de subordinados. Aunque esa sensación de poder es natural, no jus-
tifica el aprovechamiento de un cargo o de una situación, no justifica el aprovechamiento
de saber más allá de nuestros límites
Entonces, ¿qué denuncia el poder? Convicción, responsabilidad y actitud. Nadie que no
tenga lo anterior puede hacer que lo mencionado se convierta en un abuso de parte de
las personas que ejercen el poder en la sociedad, pero cuando ejercemos el poder de una
manera positiva logramos ser personas capaces y con la sensibilidad de servir a los que de-
penden del poder que cada uno ejerce. De esta manera, todos nos convertimos en personas
capaces de poder y ejercer ese poder.
¿Sustantivo o verbo?
Por Lucía Elena Castillo Ortiz, alumna de la Licenciatura en Relaciones
Internacionales
Cuando ejercemos el poder de
una manera positiva logramos ser
personas capaces y con la sensibili-
dad de servir a los que dependen del
poder que cada uno ejerce. De esta
manera, todos nos convertimos en
personas capaces de poder y ejercer
ese poder.