El ine genera y pone a disposición del público la información más sólida y actualizada sobre las causas y efectos del cambio climático en México www.gobiernofederal.gob.mx www.semarnat.gob.mx www.ine.gob.mx
Fotografía: Valentina Glockner
Directorio Universidad Iberoamericana Puebla Rector David Fernández Dávalos, SJ Director General Académico Juan Luis Hernández Avendaño Director General del Medio Universitario Noé Agustín Castillo Alarcón Director General de Desarrollo Institucional Javier Sánchez Díaz de Rivera Director General de Planeación y Evaluación José Isaac Miranda Vara Director General de Administración y Finanzas Jesús Bernardo Rosas Pozos Directorio Rúbricas Comisión Editorial Tanya Arellano Gómez, Aurora Berlanga Álvarez, Baldomero Carrera Santacruz, Marcos Ricardo Escárcega Méndez, Ana Lidya Flores Marín, Juan Luis Hernández Avendaño, Marcela Ibarra Mateos, Emma Morales García de Alba, Carlos Palleiro Palleiro, Francisco Valverde Díaz de León. Director Francisco Valverde Díaz de León Coordinador temático de este número Benjamín Ortiz Espejel Edición y corrección Marcos Ricardo Escárcega Méndez, coordinador, Diana Alejandra Espinoza Elías Diseño de retícula y diagramación Ana Cepeda - Pedro Bouret Fotografía de portada Pedro Bouret Revista de la Universidad Iberoamericana Puebla Primavera-verano de 2010 Número 0 Rúbricas número 0, primavera-verano de 2010, revista semestral de la Universidad Iberoamericana Puebla, con domicilio en Blvd. del Niño Poblano 2901, Unidad Territorial Atlixcáyotl, CP 72430, Puebla, Pue., fue impresa en Litografía AstroColor, S.A. de C.V., 29 Sur 2714, Col. Santa Cruz los Ángeles, CP 72400. Puebla, Pue. Tiraje de 1 000 ejemplares distribuidos gratuitamente. Toda colaboración o correspondencia deberá dirigirse al correo electrónico: francisco.valverde@iberopuebla.edu.mx
La presentación de una nueva revista suele comenzar con la explicación del nombre que se le ha de dar. Las rúbricas son una herramienta de calificación para realizar evaluaciones subjetivas. Son un conjunto de criterios y estándares ligados a los objetivos de una actividad académica, sea de aprendizaje, de investigación o bien de difusión o vinculación. Las rúbricas permiten dar cuenta de lo logrado, de una manera más o menos simple y transparente. Nuestra revista, la revista académica de la Universidad Iberoamericana Puebla, ha tomado ese nombre porque pretende, desde sus páginas, mostrar las actividades, las ideas y los alcances académicos de la comunidad universitaria, a fin de obtener una necesaria retroalimentación. De la integración de eso que hacemos con la retroalimentación de que seamos objeto obtendremos la “evaluación en marcha” de lo que en realidad somos. Someter al escrutinio público el corazón de nuestra universidad y abrirnos a la crítica plural y honesta es, pues, un genuino deseo de nuestra revista. Adicionalmente, pretendemos generar diálogo, discusión entre quienes conformamos la comunidad universitaria, por un lado, y con aquellos que nos miran con interés o, al menos, con curiosidad, por el otro. De este ir y venir de ideas y sentimientos, de la agitación de las inteligencias, seguramente continuará brotando una mejor universidad, mejores académicos, mejores personas. La perspectiva, entonces, es plural, como plurales son las comunidades universitarias, pero ciertamente con la idea de generar, propiciar, circular, pensamiento propio, desde nuestros propios intereses y apuestas. La Universidad Iberoamericana Puebla declara en su visión que pretendemos ser una universidad del Sur. Por eso en las páginas de Rúbricas tendrán especial cabida y particular relevancia las reflexiones que asuman esa perspectiva del Sur. Por ella entendemos lo mismo que Boaventura de Sousa Santos cuando habla de una epistemología del Sur: la búsqueda de conocimientos y de criterios de validez del conocimiento que otorguen visibilidad y credibilidad a las prácticas cognitivas de las clases, de los pueblos y de los grupos sociales que han sido históricamente victimizados, explotados y oprimidos por el Palabras del rector colonialismo y el capitalismo globales. El Sur es, pues, una metáfora del sufrimiento humano sistemáticamente causado por un sistema social y por una cultura dominante. Es un Sur que, por cierto, también existe en el Norte global geográfico, mientras que en el Sur geográfico y global existen también prácticas locales de complicidad con la exclusión y la explotación. El Sur del pensamiento del Sur es el Sur contrario a la dominación. El pensamiento del Norte global ha excluido al pensamiento del Sur, en un acto de injusticia cognitiva, de epistemicidio. Un pensamiento del Sur, al mismo tiempo que se rebela contra este epistemicidio, ofrece instrumentos teóricos, hermenéuticos y analíticos que permitan recuperar conocimientos suprimidos, marginados o negados, así como identificar condiciones que hagan posible construir nuevos conocimientos para la resistencia y de producción de alternativas a los del Norte global. Un pensamiento del Sur apunta fundamentalmente a formas de conocimiento que, además, permitan intensificar la voluntad de transformación social. Los mecanismos centrales de la reproducción de la modernidad occidental consisten en reducir la realidad a lo que existe y, además, en mantener en la sombra los procesos económicos, sociales y políticos que están en la base de la cultura y del pensamiento. Contra la reducción de la realidad a lo que existe y las omisiones culturalistas que la sustentan, un pensamiento del Sur ha de constituirse en pensamiento de las ausencias y de las emergencias. Ése es, entonces, el intento más profundo de Rúbricas. Nuestro más profundo deseo es, pues, que Rúbricas se constituya en puntal del proyecto de universidad que deseamos ser: una universidad con calidad académica, con compromiso social y con una pedagogía que construye personas con y para los demás. Enhorabuena. David Fernández Dávalos, S. J. Rector
Índice Palabras de Rector David Fernández Dávalos, S. J. Presentación Manola Brunet Cambio climático y conocimiento alternativo Benjamín Ortiz Espejel La detección del cambio climático en México Jorge Luis Vázquez Aguirre Cambio climático en México: retos y perspectivas. Entrevista con el doctor Carlos Gay Benjamín Ortiz Espejel La atracción de los opuestos Stephen Lysaght Cambio climático e impactos regionales en la salud humana en México Horacio Riojas Rodríguez y Magali Hurtado Díaz Significación ambiental y cambio climático: una propuesta educativa de participación ciudadana para la gestión comunitaria Bodil Andrade Frich Rethinking Economics and Global Climate Change Pablo Hernández La economía y el cambio climático Alejandro Guevara Sanginés La rencontre mondiale au sommet pour Haïti : une opportunité pour un nouveau style de relations société-nature Gastón Eranos Papalote Verde primer museo dedicado a la sustentabilidad en México Xavier Recio Oviedo El Sur : horizonte epistemológico de la Universidad Iberoamericana Puebla Juan Luis Hernández Avendaño Rúbricas éticas Noé Castillo Alarcón Educación humanística James Gerard Duffy Presentación de la revista Pasos: pasos para cerrar el círculo y acercarnos al futuro Martín López-Calva Elecciones por los CER de la Ibero Puebla José Carlos Hernández Rocha 5 7 8 16 22 30 34 42 50 58 63 66 72 78 84 89 93
El último informe del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (ippc, en su acrónimo inglés) publicado en 2007 afirmaba que el calentamiento global es “inequívoco” y, muy probablemente, de origen antrópico. Las actividades humanas son, “very likely”, responsables del incremento en las concentraciones atmosféricas de gases con efecto invernadero y éstas están perturbando el balance energético del sistema climático global, forzándolo positivamente. El clima global se ha calentado en los últimos 150 años y ese calentamiento se ha ido acelerando en los últimos 30. Así, la década de 2000 ha sido la más cálida del registro instrumental, por encima de las también cálidas décadas de 1990 y 1980, y alejada ya del resto de las anteriores décadas. El calentamiento global está intensificando el ciclo hidrológico, modificando patrones pluviométricos en el conjunto del planeta, mostrando claras evidencias de una mayor ocurrencia e intensidad de los acontecimientos meteorológicos extremos y reduciendo la cubierta de hielos y nieve, tanto continental como marina, o alterando la distribución, composición y estructura de los ecosistemas forestales y marinos, entre otros impactos ambientales. Como ha sido ampliamente reconocido, el cambio climático constituye el reto ambiental más grave al que se enfrenta la sociedad actual y sobre el que se ha de actuar ya, si no queremos enfrentarnos a los altos costos económicos y sociales que sus impactos más negativos sobre los diferentes socio-ecosistemas de los países están teniendo y tendrán, más severamente, en el futuro. La diversidad de efectos ambientales, de impactos sociales y económicos asociados al forzamiento antrópico del sistema climático ha conducido a la necesidad de alcanzar acuerdos internacionales para mitigar el cambio climático mediante la reducción en la emisión de gases con efecto invernadero y para adaptar los países a sus impactos más adversos, minimizando, con ello, sus costes económicos. Como recientemente han reclamado los países en vías de desarrollo ante la próxima cumbre del clima en Cancún, la necesidad de llegar a la firma de un nuevo acuerdo global es hoy mayor que nunca. Ante la ineludible necesidad de acciones para mitigar y minimizar el cambio climático y sus efectos más negativos, qué mejor y más pertinente iniciativa universitaria que la de contribuir, mediante la dedicación del primer número de una revista académica, a incrementar el conocimiento científico y su divulgación en aspectos tan vitales como el de la salud, la economía, la política o la educación en torno al cambio climático. Sin duda éste es un acierto que merece ser destacado y aplaudido, a la vez que felicitada la Universidad Iberoamericana de Puebla (uiap) y sus promotores por tan apropiada iniciativa. En sus manos tienen, pues, el primer número de la revista institucional de la Uiap en su nueva etapa, el cual me siento honrada en presentar. El mismo está dedicado a uno de los retos científicos, ambientales, socioeconómicos y políticos más acuciantes a los que se enfrenta el mundo actual: el cambio climático. Entre sus páginas encontrarán nuevos enfoques y estrategias para afrontar los retos de la educación ambiental a la hora de formar ciudadanos más conscientes de sus responsabilidades en la aminoración de las condiciones de vulnerabilidad climática o certeros análisis de los aspectos económicos y políticos del cambio climático. Sólo me resta desear un excelente futuro y las mejores venturas a la revista institucional de la uiap, particularmente al presente volumen, y, a la vez, reiterar el grato y sincero placer que es el presentarlo. Manola Brunet Centro en Cambio Climático (C3) Universidad Rovira i Virgili, Tarragona, España Co-presidenta del Grupo de Expertos sobre Vigilancia y Análisis Climático de la Comisión de Climatología de la Organización Meteorológica Mundial Tarragona, 10 de abril de 2010 Presentación
8 primavera - Verano 2010 Cambio climático y conocimiento alternativo Benjamín Ortiz Espejel Fotografía: Corel professional photos primavera Verano 2010 Coordinador del proyecto Fortalecimiento de las capacidades de detección en cambio climático en México, financiado por el Gobierno del Reino Unido, y coordinador del Programa Interdisciplinario en Medio Ambiente de la UIA PUebla.
9 La reciente crisis del modelo de desarrollo económico neoliberal ha puesto de relieve el agotamiento de un estilo de convivencia humana y de uso de los ecosistemas en el ámbito mundial. Desde el famoso trabajo de Arrenihus elaborado en 1896, se reconoció la posibilidad del calentamiento neto del clima global debido al incremento en la concentración del dióxido de carbono atmosférico que se produce por la quema de combustibles fósiles. Esta circunstancia ha inducido la aparición de un fenómeno inédito en la historia de la humanidad: el denominado cambio climático de origen antropogénico. Por diversos métodos se ha podido comprobar que a partir de la segunda mitad del siglo xix se inició un proceso de incremento en las concentraciones de bióxido de carbono en la atmósfera de la Tierra. Esta situación ha provocado un aumento promedio significativo en los últimos 100 años de la temperatura promedio global del planeta de 0.75 °C.
10 primavera - Verano 2010 Se estima que la ola de calor europea de 2003 provocó 35 000 muertes. Las inundaciones de 1998 en China damnificaron a 240 millones de personas. La Organización Mundial de la Salud estima que ya en el año 2000 las muertes resultantes del cambio climático habían superado la cifra de 150 000. Actualmente, México enfrenta problemas de contaminación hídrica, atmosférica y de suelos en sus principales zonas metropolitanas y rurales; el del Valle de México es el caso más conocido y documentado. Además, México enfrenta los efectos globales del cambio climático y contribuye con una significativa proporción de la emisión de los llamados gases de efecto invernadero en América Latina. De esta manera, el cambio climático constituye el principal desafío ambiental global del siglo xxi. Las implicaciones que este fenómeno tiene en la sociedad son diversas e inciertas. En el caso de México, según datos del Instituto Nacional de Ecología, la agricultura de temporal, que representa 80% de la superficie cultivada total nacional, podría sufrir una reducción de 50% de su superficie. Esto significa que millones de campesinos se verán obligados a migrar de sus sitios de residencia actual hacia localidades más seguras. Asimismo, en México, cerca de 20 millones de habitantes se encuentran asentados en sitios de alto riesgo de inundación, y se estima que más de 15 000 kilómetros cuadrados de costas serán amenazadas por el aumento del nivel del mar y que en algunos puntos la entrada del mar podría alcanzar los 40 kilómetros. En lo que respecta a la salud pública, enfermedades como la malaria y el cólera, que son transmitidas por vectores, incrementarán su incidencia en regiones templadas en las que antes no se tenían registros. Por su lado, las industrias con alta demanda de agua se verán amenazadas, especialmente aquellas asentadas en regiones áridas y semiáridas. Además, 50% de la vegetación de pino y encino será afectada, poniendo en riesgo las industrias forestales del país, así como la pérdida de los servicios ambientales que ofrecen estos ecosistemas. Estos datos son significativos para comprender la importancia de que quienes actúan y se desempeñan al interior de las organizaciones e instituciones responsables del uso sustentable de los ecosistemas del país tengan una adecuada formación, a fin de enfrentar el reto que representa el cambio climático. En este sentido, se debe reconocer que importantes instituciones educativas –principalmente la Universidad Nacional Autónoma de México a través de su Centro de Ciencias Atmosféricas, dirigido por el doctor Carlos Gay y colaboradores,– han realizado importantes esfuerzos de investigación y planeación desde hace más de 10 años, a fin de construir lo que hoy día se llama el Programa Especial de Cambio Climático (pecc), con el cual los tomadores de decisiones estarían en condiciones de integrar diagnósticos y escenarios que brinden las mejores condiciones de vida a la población ante el nuevo entorno con la menor incertidumbre posible. El reto que plantea el cambio climático requiere el diseño de inéditos programas de educación e investigación y de diseño y gestión de políticas públicas, en la medida en que las alternativas a las problemáticas derivadas de este fenómeno son de un claro perfil interdisciplinario. Es decir, las respuestas a esta grave problemática no deben provenir de la racionalidad instrumental que precisamente gestó la actual problemática ambiental. La crisis del cambio climático implica un replanteamiento de las formas de gestionar y generar el conocimiento y las políticas. En este sentido, el horizonte del desarrollo sustentable es una guía indispensable. Si bien apenas se comienza a percibir la profunda transformación que traerá el cambio climático a la sociedad, ésta requiere adecuarse rápidamente a la transformación de los contextos. Ante esta situación, me permito compartir cuatro tesis de reflexión con ustedes: “En el caso de México, según datos del Instituto Nacional de Ecología, la agricultura de temporal, que representa 80% de la superficie cultivada total nacional, podría sufrir una reducción de 50% de su superficie.”
11 Tesis 1 Si bien la percepción de la problemática ambiental comenzó a mediados del siglo xix con autores como Henry David Thoreau y Elsiée Reclus, no es sino hasta a finales del siglo xx que se comenzaron a conformar institutos de investigación y movimientos ambientalistas de impacto significativo, como es el caso de Greenpeace y el Wolrwatch Institute, entre otros. En este sentido, se pone de relieve la existencia de voluntades e intereses políticos de “ver”, o bien, de “ocultar” o minimizar, en el mejor de los casos, problemas ambientales asociados a los estilos de desarrollo. De esta manera, a través de diversos estudios sobre la sociología de la ciencias o de la historia ambiental ha sido posible reconocer que las sociedades a lo largo de su historia establecen (construyen) y privilegian el tipo de problemas que deciden solucionar, así como la manera de abordar dichos problemas. Así, pues, son las sociedades las que dan sentido, importancia y jerarquía a los problemas ambientales, no son éstos los que se imponen a la percepción ni a la conciencia. Se trata, entonces, de un fenómeno eminentemente simbólico donde las sociedades comparten valores y explicaciones ideológicas. De esta manera, un mismo problema ambiental (acceso al agua potable) o una misma estrategia de desarrollo ambiental (sustentable o sostenible) pueden cobrar significados completamente diferentes e incluso antagónicos. A pesar de que este es un campo de investigación que aún está por desarrollarse dentro de las ciencias sociales en México, la problemática del cambio climático impone, al menos, una breve reflexión al respecto. Tesis 2 Nos encontramos en el arribo de un cambio de época civilizacional, que implicará, seguramente, un “switch” energético de proporciones inimaginables y ajustes sociales nunca antes vistos en el ámbito planetario. Este escenario ya ha sido planteado por obras clásicas como los Límites del crecimiento de Dennis y Donella Meadows y colaboradores, así como el trabajo Energía y mitos económicos de Nicholas Georgescu Roegen. El cambio climático probablemente representa un punto de inflexión en la historia humana; un punto de bifurcación y fin de una “imagen de desarrollo y progreso”, heredera directa de la modernidad. Tal situación dio inicio con la revolución industrial, en el siglo xviii, y posiblemente culmine a mediados del siglo xxi. Lo que distingue a la época actual es la percepción social cada vez más generalizada de la magnitud de los efectos antropogénicos que ponen en mayor riesgo todo el aparato productivo del planeta, y, a la vez, la incapacidad o, mejor dicho, la irracional negativa de los gobiernos y de las empresas responsables del cambio climático por tomar medidas radicales y efectivas para frenar las consecuencias. La percepción social del riesgo climático puede representar el golpe de gracia a las economías convencionales basadas en los precios de los mercados y a las múltiples prácticas de apropiación insustentable de recursos naturales a gran escala. Tesis 3 Comenzar a preparar el nuevo discurso social o, mejor dicho, una nueva alianza entre naturaleza y sociedad, que implica el difícil tránsito del cambio climático, es la tarea política más importante del presente siglo. En opinión de Richard N. Adams (Las redes del poder social, 2007), los efectos entrópicos de la insustentabilidad de los estilos de desarrollo basados en el uso desmedido del petróleo implementados al día de hoy, es decir, el aumento de la entropía del planeta, derivará en muy probables ajustes sociales que impliquen la inhabilitación de la mayoría de los sistemas de producción a gran escala, el colapso energético social de todas las megaciudades y migraciones masivas en busca de nuevos ambientes habitables. Todos estos probables efectos serán el resultado directo o indirecto de incontables desajustes en los ciclos biogeoquímicos y en los ecosistemas, que, a su vez, exigen ajustes sociales. Esta situación puede ser descrita en los términos del principio de la “producción mínima de entropía”, enunciada a principios del siglo xx por el célebre premio Nobel de química, Ilya Prigogine, y que a su vez es retomada –con un enfoque crítico a la economía clásica– por Nicholas Georgescu-Roegen a mediados del siglo xx, en La ley de la entropía y el problema económico. Dicho teorema establece que una característica de los sistemas alejados del equilibrio termodinámico, como son las sociedades humanas, es impedir que el sistema aumente de manera desmedida su producción de calor con su consecuente desestructuración, y propiciar, por el contrario, que éste se instale en un estado de disipación térmica suficiente para no violar la segunda ley de la termodinámica y permitir su autoorganización. Un estado en el borde térmico de su destrucción, diría Edgar Morin. 4 tesissobre el cambio climático
12 primavera - Verano 2010 Tesis 4 En el fondo de la crisis ambiental que vivimos actualmente se encuentra una doble crisis. Por un lado una crisis de tipo epistemológico, es decir, relacionada con las formas como construimos el conocimiento y, por el otro, una crisis de tipo ético, que privilegia el conocimiento al servicio de los intereses particulares por encima del bien colectivo. Para los que trabajamos en la investigación, las consecuencias de la interacción entre naturaleza y sociedad, desde una crítica de los modelos de desarrollo dilapidadores de energía, son tremendas. Implicará, posiblemente, de manera forzada, el abandono de los estilos de vida despilfarradores de energía, así como la transformación de sectores enteros de las poblaciones humanas más pobres del planeta. También puede ser el escenario del surgimiento de una nueva sociedad que aprendió la lección del uso desmedido del petróleo. El programa de investigación acción en cambio climático desde la uia Puebla Las cuatro tesis anteriores ponen de manifiesto que nos encontramos en un momento de inflexión crítica en la historia de la humanidad. Las acciones conscientes y de manera coordinada de todos los sectores de la sociedad humana a fin de frenar y revertir las tendencias del cambio climático representan, por primera vez en la historia del planeta, un esfuerzo reflexivo de autocontrol sobre nuestro entorno planetario. Este esfuerzo requiere, sin embargo, de un trabajo de investigación inédita para comprender el fenómeno de cambio climático, así como originales procesos de gestión política, cuyo único precedente exitoso para frenar y revertir la destrucción de la capa de ozono es el Protocolo de Montreal. En este sentido, el establecimiento de datos con el menor rango de incertidumbre posible sobre el clima es crucial para la comprensión, simulación y construcción de escenarios futuros del sistema climático. De esta manera, en 2008, la Universidad Iberoamericana Puebla implementó el proyecto “Fortalecimiento de capacidades en detección del cambio climático en México” gracias al apoyo financiero del Fondo de Programas Estratégicos del Gobierno del Reino Unido, en coordinación con el Instituto Nacional de Ecología del Gobierno Mexicano, y en colaboración académica con el Grupo de Expertos en Detección de Cambio Climático e Índices (etccdi) de la Organización Meteorológica Mundial; la Unidad de Investigación del Clima (cru) de la Universidad de East Anglia del Reino Unido; el Centro sobre Cambio Climático de la Universidad Rovira i Virgili en Tarragona, España; el Centro Nacional de Datos Climáticos de los Estados Unidos (ncdc); el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la unam, y el Grupo de Climatología Aplicada de la Universidad Veracruzana. Primera etapa En la primera parte del proyecto, el objetivo fue recopilar toda la base de datos climatológicos de México. Esto implicó alrededor de 5 000 estaciones climatológicas con series de tiempo de hasta 50 años. Para albergar esta base de datos, se destinó parte del servidor del Instituto Nacional de Ecología y se instaló un servidor espejo de respaldo de toda la base de datos en la Universidad Iberoamericana Puebla. Segunda etapa La segunda etapa consistió en convocar a expertos nacionales en climatología y ramas afines a un taller de trabajo que se desarrolló en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana Puebla, con el objetivo de entrenarse en el manejo de programas de computación diseñados ex profeso para establecer controles de calidad a las series de
13 datos climatológicos, así como para la exploración de diversos índices de detección de cambio climático a partir de datos climáticos históricos. Este taller tuvo como instructores a expertos de la Universidad de East Anglia del Reino Unido; del Centro sobre Cambio Climático de la Universidad Rovira i Virgili en Tarragona, España y del Centro Nacional de Datos Climáticos de los Estados Unidos. Al taller acudieron 52 investigadores de 19 universidades de México, así como de diversas instituciones federales relacionadas con el cambio climático. Es importante mencionar que este taller forma parte de un programa mundial de investigación sobre metodologías para la detección de cambio climático, a partir de datos climatológicos puntales y avalados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático. Los participantes provenientes de instituciones de diversas regiones del país realizaron análisis minuciosos de la base de datos climatológica nacional y produjeron diversos índices de cambio climático. En una segunda etapa, se intentará que la información generada sea insertada en los procesos de toma de decisiones y diseño de políticas. El total de los datos climatológicos del país fueron distribuidos entre los participantes del taller y actualmente se trabaja en completar el análisis nacional. Como instrumento de seguimiento para este objetivo, se estableció la Red de Detección e Índices de cambio climático en México (rediccmex), teniendo como plataforma de comunicación el programa Moodle, que es administrado por la Universidad Iberoamericana Puebla. Tercera etapa Finalmente, la tercera etapa consiste en el establecimiento de una estrategia de políticas públicas de transversalidad ante el cambio climático. Para este objetivo se pretende convocar a un segundo taller en el mes de noviembre de 2009 a donde acudan los investigadores participantes del primer taller que lograron aportar datos significativos para la detección del cambio climático en México. Asimismo, a este segundo taller, que se realizará en la ciudad de México, se invitará a tomadores de decisiones del más alto nivel, tanto de la política ambiental federal como de la política ambiental de los estados de la república. En este sentido, el estado de Puebla tiene un papel estratégico gracias al impulso que su Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales le ha dado al tema del cambio climático. Esto se manifiesta en la reciente autorización y desarrollo de la primera iniciativa coordinada entre gobierno federal y uno de los estados de la república mexicana en materia de cambio climático. Esta iniciativa, conocida como Estrategia de mitigación y adaptación del estado de Puebla ante el cambio climático, fue aprobada por la pasada Legislatura Federal, a través de su Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, para la ejecución del presupuesto de egresos de la Federación en 2009. Con estos resultados y avances queremos poner de relieve algunos pasos y estrategias para desarrollar y aumentar la capacidad institucional nacional y estatal en detección del cambio climático, así como la importancia de generar insumos de información del clima observado que serán utilizados directamente en los procesos de toma de decisiones y diseño de políticas. Fotografía: Corel professional photos
14 primavera - Verano 2010 Reflexión final México necesita iniciar una transición hacia una economía sustentable, baja en emisiones de bióxido de carbono, para disminuir los impactos del calentamiento global, por lo cual, los tomadores de decisión requieren de escenarios consensados con los diferentes sectores de la sociedad y basados en métodos de observación y validación acordados por los diferentes equipos de investigación del ámbito mundial. La generación de capacidades en detección de cambio climático permitirá a un creciente número de especialistas nacionales caracterizar las variaciones del clima que tienen impactos en la escala local. Un mejor entendimiento de los cambios observados en el clima contribuirá a la toma de decisiones en todos los niveles de gobierno y estimulará la instrumentación de políticas públicas para promover acciones oportunas para enfrentar los fenómenos extremos del clima. Fotografía: Imageafter primavera Verano 2010
15 El proceso de cambio climático tiene un impacto global y exige la reorganización de actividades productivas y de consumo del total de la sociedad. La eficacia de estas actividades aumenta significativamente cuando concurren intereses de diversos sectores en una estrategia de política transversal. Ahora bien, dado que los recientes informes científicos sobre el avance de los efectos del cambio climático son considerablemente más graves y rápidos de lo que se había estimado anteriormente, resulta impostergable redoblar esfuerzos en esta tarea compartida. Es necesario seguir trabajando en la coordinación entre la comunidad de científicos y la de tomadores de decisiones, así como asegurar los trabajos de tipo intersectorial al interior de los gobiernos. Para afrontar con eficacia el cambio climático, se requiere priorizar este tema al más alto nivel de las políticas públicas en todos los órdenes de gobierno, con el apoyo y la participación activa de la sociedad civil. El actual siglo xxi nos coloca ante retos inéditos, tanto en el orden de la convivencia humana como en el orden de tecnologías de una creciente complejidad, pero sin una adecuada disipación calórica. Lo que redunda en aumento de las condiciones que están generando cambios en el clima, con consecuencias potencialmente devastadoras. Enseguida apuntaré algunas ideas, intentado dar salida a esta aparente contradicción epistemológica. La crisis ambiental que vivimos actualmente puede ser entendida, en su origen y desarrollo, de muy diversas maneras. Una de ellas consiste en la incapacidad de reconocer y dar alternativas a una manipulación de los procesos productivos y de distribución de los bienes que empobrece sistemáticamente a un sector creciente de la humanidad, al tiempo que favorece una acelerada destrucción de los ecosistemas del planeta entero. Planteo aquí que la incapacidad para reconocer esta paradoja tiene su origen en un estilo particular de conocer y relacionarse en y con el mundo. Lo cual implica una crítica radical de los sistemas educativos formales en los cuales persiste una separación de los contenidos temáticos, posiblemente buena para el aprendizaje memorístico pero que se ha revelado incapaz de plantear el problema de fondo, y con ello apuntar a soluciones efectivas y eficientes para una mejor y mayor convivencia humana. Es un sistema útil para formar científicos altamente especializados para el desarrollo de tecnologías cada vez más sofisticadas, pero tradicionalmente desatentos a los efectos secundarios de las mismas, entre los cuales se volvió ya crucial el problema de la desmedida disipación calórica. Y es ésta una carencia fundamental, al parecer nacida de la radical separación entre el sujeto que conoce y el funcionamiento del mundo en el que está inserto. Esta actitud de dominio ingenuo del ambiente ha conducido a la humanidad a un estado que podríamos llamar de desarrollo desbocado y de alto calentamiento planetario. La gigantesca crisis actual que sufre el planeta lleva en sí todos los riesgos de un desastre, quizás, irreversible, pero también la posibilidad de una metamorfosis. Es decir, cuanto más nos acercamos a una catástrofe planetaria, más posible es la metamorfosis. La esperanza podría surgir precisamente de la desesperanza. Percibimos destrucción todos los días, pero ¿por qué no vemos los procesos creadores?, ¿por qué no examinamos diferentes maneras de conocer el mundo? Propuestas alternativas, es decir, otras maneras de conocer el mundo, que aún hoy son marginales, consistirían en partir de la capacidad de formular preguntas que integren elementos de diversos campos del conocimiento científico y ético, aparentemente inconexos, para así resolver efectiva y eficientemente problemas de tan alta complejidad como el que nos ocupa. Esta propuesta permitiría la formulación de estas preguntas en el campo del diálogo de saberes, es decir, permitiría incluir a ciudadanos y científicos involucrados en diversos campos del conocimiento. Un diálogo que fuera capaz de superar y traspasar los campos propios de cada dominio y disciplina específicos, y que incluyera diferentes conocimientos populares de todo el mundo, como una forma de propiciar la emergencia de procesos de autoorganización y autogestión donde el sujeto individual y los sujetos con quienes dialoga están envueltos de manera espontánea. Así, el mundo es conocido en la medida en que es construido individual y socialmente. Algo que el sujeto aislado no puede llegar a alcanzar. Se trata de poner a los sujetos en relación dinámica y al individuo en diálogo consigo mismo, con sus semejantes y con los ecosistemas, como único método para llevar a cabo una reformulación de la mente humana y la necesaria reforma política del siglo xxi. Así planteada, una apuesta de futuro permitiría que la autoorganización y la autogestión pudieran aspirar a transformar el mundo en provecho de todos. La visión del individuo hiperespecialista que construye y manipula al mundo en solitario saltaría en pedazos. Pero para alcanzar esa meta –el arribo a procesos de autorganización y autogestión construidos socialmente, donde el sujeto plural, no el individuo ni el grupo cerrado, es actor-autor de su propia historia– es indispensable reformar drásticamente nuestros conceptos educativos de base. Se trata, pues, de un acto político sin precedentes en cuyo advenimiento está en juego el futuro de la especie. Percibimos destrucción todos los días, pero ¿por qué no vemos los procesos creadores?
16 primavera - Verano 2010 LA DETECCIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN MÉXICO Jorge Luis Vázquez Aguirre Fotografía: Imageafter primavera Verano 2010 Experto en variabilidad climática en México y en detección instrumental e índices de cambio climático. Actualmente es investigador doctorante en la Climatic Research Unit de la Universidad de East Anglia en el Reino Unido
17 El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (ipcc, por sus siglas en inglés), con base en la evidencia científica observada de incremento en la temperatura global y de cambios en el océano, los continentes, la atmósfera y la criosfera, en su cuarto reporte de evaluación concluye que: “el calentamiento del sistema climático es inequívoco” (ipcc, 2007). La conclusión cada vez más sólida de un inminente calentamiento del planeta –y del cambio climático asociado– ha llevado a los gobiernos a reconocer la estabilidad del clima como un imperativo para la prosperidad y la seguridad mundial. El hecho de que la mayor parte del calentamiento observado en la última mitad de siglo sea atribuible al aumento en la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, ha dado lugar al surgimiento (1994) de la Convención Marco de las Naciones Unidas ante el Cambio Climático (cmnucc), la adopción (1997) y entrada en vigor (2005) del Protocolo de Kioto y las reuniones anuales de los miembros de la cmnucc denominadas “Conferencias de las partes”, la más reciente efectuada en Copenhague (2009). Éstas y otras acciones buscan establecer compromisos internacionales de cooperación en mitigación y adaptación al cambio climático, ya que mientras que la mitigación es imprescindible para evitar llegar a niveles catastróficos de cambio climático (véase Schellnuber et al., 2006), la adaptación a los cambios del clima que son ya inevitables es imprescindible en el corto plazo (véase Adger et al., 2009). La implementación exitosa de estrategias de adaptación depende fuertemente de la detección precisa y oportuna de los cambios causados por el calentamiento global en el clima regional. A continuación se enuncian las definiciones de cambio climático, se plantea el concepto de detección del mismo y se describen algunas actividades realizadas recientemente en México sobre el tema.
18 primavera - Verano 2010 Definiciones de cambio climático La consideración de dos definiciones y sus diferencias es importante para comprender el cambio climático: por un lado el ipcc lo define como “cualquier cambio en el clima producido en el transcurso del tiempo ya sea debido a la variabilidad natural o a la actividad humana”; mientras que la cmnucc, en su artículo primero, lo define como “un cambio en el clima que es atribuible directa o indirectamente a las actividades humanas, que altera la composición de la atmósfera planetaria y que se observa en forma adicional a la variabilidad climática natural durante periodos de tiempo comparables”. En materia de detección de cambio climático y atribución de sus causas, la definición que se utiliza está mejor contextualizada con la propuesta por la cmnucc (Zwiers, 2009). Detección del cambio climático La detección del cambio climático es el proceso de demostrar que ha sucedido algún cambio en el clima observado, en algún sentido estadístico, pero sin determinar los orígenes de dicho cambio. Luego, la atribución del cambio climático es el proceso de identificar, con un nivel de confianza dado, las causas más plausibles de un cambio detectado en el sistema climático (ipcc, 2007). Es importante enfatizar que la detección de cambios en el clima no implica la atribución de sus causas y, por lo tanto, en el proceso de investigación es posible diferenciar claramente dos etapas: i) detectar cambios significativos en el clima y ii) determinar las causas de los cambios detectados. El clima cambia constantemente; la variabilidad natural del clima ocurre en un amplio espectro de periodos. Esto incluye variaciones climáticas como las estaciones (invierno, verano, etc.), la variabilidad del clima de un año específico con respecto a otro y las variaciones entre lustros, décadas o periodos mayores. Algunos de estos cambios comúnmente observados –como el hecho de que un año en particular se observe cálido y seco mientras que un año adyacente o cercano a éste pueda ocurrir frío y húmedo– están modulados por sistemas naturales atmosféricos, oceánicos o de interacción océano-atmósfera, tales como el fenómeno de El Niño –Oscilación del Sur (enso), la Oscilación Decadal del Pacífico (pdo) o la Oscilación Multidecadal del Atlántico (amo)–. Estos moduladores naturales del sistema climático son los que ocasionan que en dos periodos consecutivos no ocurran características climáticas idénticas. No es, sin embargo, la influencia de los moduladores naturales del clima lo que ha causado los cambios más abruptos en el clima de la Tierra; más bien, éstos han sido inducidos por forzamientos externos, naturales o antropogénicos. Los forzamientos de origen natural incluyen las variaciones en la actividad solar o volcánica; mientras que los de origen humano incluyen las emisiones de gases de efecto invernadero y de aerosoles a la atmósfera, o los cambios en el uso del suelo. La temperatura del planeta ha aumentado abruptamente en las últimas décadas, tal y como ha sido detectado en el registro global de temperatura (Brohan et al., 2006; Trenberth et al., 2007) y las investigaciones paleoclimatológicas han demostrado que el aumento de temperatura recientemente observado en la Tierra ha sido el más alto del último milenio (Jones et al., 2001). Los estudios de atribución, con base en el uso de complejos modelos climáticos, han encontrado que el reciente aumento de temperatura global está altamente relacionado con el aumento en la atmósfera de la concentración de gases de efecto invernadero provenientes de emisiones de origen humano. Esto se basa en el hecho de que al utilizar los modelos climáticos para reproducir el clima del último siglo e incluir únicamente los forzamientos naturales resulta imposible explicar el calentamiento reciente; y, por el contrario, cuando en los modelos climáticos se incluyen tanto los forzamientos naturales como los de origen humano, el clima observado se reproduce adecuadamente (Hegerl et al., 2007). La Figura muestra el caso de este tipo de comparación para la región continental de Norteamérica: el área con líneas horizontales muestra la combinación de los resultados de modelos climáticos que incluyen forzamientos naturales y antropogénicos; el área con líneas verticales muestra los resultados de modelos que incluyen forzamientos naturales, únicamente, y la línea negra muestra el cambio de temperatura registrado en las observaciones. La detección del cambio climático en la escala global requiere contar previamente con observaciones representativas también de la escala global (o, en su defecto, en escalas que cubran grandes regiones del planeta, por ejemplo, las grandes áreas continentales), de manera que la influencia de los factores locales se reduzca al mínimo en la señal planetaria. Esto implica la compilación de datos climáticos de todo el mundo, así como un arduo trabajo científico para garantizar la calidad y homogeneidad de los datos que integran la serie climática representativa del planeta (Jones y Briffa, 1992; Jones et al., 1997; Jones y Moberg, 2003; Brohan et al., 2006). No hay que olvidar la importancia de comprender que las manifestaciones del cambio climático pueden expresarse de manera diversa en las distintas regiones o localidades específicas del planeta.
19 Implicaciones del cambio climático en los eventos extremos El calentamiento del sistema climático traerá como consecuencia modificaciones en los mecanismos de interacción de sus componentes, por ejemplo, ocasionará alteraciones en el ciclo hidrológico y en el papel que éste juega para mantener los balances hídrico y energético del planeta, alterando los patrones habituales del clima regional. Cambios en los eventos extremos, tales como lluvias muy intensas, frecuencia y duración de las sequías, ondas de calor y temperaturas muy bajas, son algunas de las implicaciones del cambio climático que impactarán profundamente en la naturaleza y la sociedad. La Organización Meteorológica Mundial comunicó al mundo el consenso científico sobre una mayor ocurrencia de eventos extremos en las siguientes décadas (wmo, 2003). En Norteamérica los cambios en los extremos a causa del calentamiento global son evidentes (Peterson et al., 2008). La detección de cambios en los extremos es necesaria para la adaptación. En detección es requisito la disponibilidad de datos climáticos en la escala diaria y en el mayor número de localidades posible en la región de interés. Los datos climáticos son los registros de las condiciones climáticas observadas, medidas en localidades y momentos específicos con algún instrumento en particular, bajo un conjunto de procedimientos estándares. Una base de datos climática contiene información sobre el clima en los sitios de observación y sobre otros factores (ambiente de la estación de observación, instrumentos y procedimientos de registro). Idealmente, los datos climáticos para la detección de cambios en extremos, además de estar disponibles para cada día, deben cubrir un largo periodo de registro (varias décadas) en forma completa y continua, y ser homogéneos, es decir, estar libres de alteraciones en las Cambio de temperatura durante el último siglo en la región continental de Norteamérica: a) modelado incluyendo forzamientos naturales únicamente, b) modelado incluyendo forzamientos naturales más antropogénicos y c) observado (adaptada de la original, ipcc, 2007 - faq 9.2, Fig. 1). “En Norteamérica los cambios en los extremos a causa del calentamiento global son evidentes” (Peterson et al., 2008).
20 primavera - Verano 2010 mediciones a causa de cambios en la ubicación de la estación, cambios de instrumentos o cambios en el entorno. Por ejemplo, si una estación de observación se mueve desde su ubicación en lo alto de una colina hasta un valle 300 metros más bajo en altitud, el análisis de sus datos de temperatura probablemente mostrará un calentamiento abrupto en el momento de la reubicación de la estación. Este salto artificial no sería representativo de un cambio de temperatura en la región. En tal caso, es fundamental desechar de los datos los factores no climáticos antes de analizarlos, es decir, es necesario homogeneizar la información. El objetivo de la homogeneización de datos climáticos es ajustar las observaciones, en caso de ser necesario, de modo que las variaciones temporales en los datos sean causadas únicamente por procesos climáticos (Peterson et al., 1998). Lo anterior no es una tarea fácil y es recomendable dejar que los expertos en homogeneidad la implementen asistidos por expertos del clima local. La compilación, provisión y actualización de una base de datos diaria completa y disponible a escala global es una tarea muy complicada, debido en parte a que la mayoría de las observaciones se realiza con propósitos de pronóstico y no de monitoreo de largo plazo, y en parte también a que no todos los Servicios Meteorológicos Nacionales del mundo cuentan con capacidad o autorización para distribuir sin restricciones la información de sus observaciones. Los análisis de cambios en extremos dependen, por lo tanto, de la disponibilidad y calidad de los datos climáticos en cada país. El Grupo de Expertos en Detección de Cambio Climático e Índices (etccdi, por sus siglas en inglés) formado conjuntamente por la Organización Meteorológica Mundial (omm), el proyecto sobre Variabilidad Climática del Programa Mundial de Investigación del Clima (clivar) y la Comisión Conjunta de Oceanografía y Meteorología, Marítima (jcomm) tiene el mandato de solventar las necesidades para medir y caracterizar objetivamente la variabilidad y el cambio climático. Mediante coordinación internacional de colaboraciones en detección e índices de cambio climático, el etccdi ha venido coordinando un esfuerzo para desarrollar, calcular y analizar un conjunto de índices de cambio climático que puedan ser calculados en forma idéntica por individuos, países y regiones, con el fin de tener una base comparativa a escala global (Karl et al., 1999; Peterson, 2005; Peterson y Manton, 2008). Los índices básicos (27) del etccdi son calculados a partir de los valores de temperatura y precipitación diaria, y algunos de ellos consideran umbrales relevantes para aplicaciones particulares. Detección de cambios en los extremos climáticos de México El etccdi ha definido una estructura básica para el desarrollo de talleres regionales de detección e índices de cambio climático (Peterson y Manton, 2008). Recientemente, la Universidad Iberoamericana Puebla, en coordinación con el Instituto Nacional de Ecología y con apoyo financiero de la Embajada Británica en México, realizó acciones orientadas a la construcción de capacidades en detección e índices de cambio climático en México. Parte de éstas fue la realización de dos talleres para analizar los cambios observados en el clima en diversas entidades federativas. El primer taller (marzo 2009) se basó en la estructura propuesta por el etccdi aplicada al caso de la república mexicana y resultó de utilidad para fortalecer la capacidad nacional en detección de cambio climático con base en índices. Miembros del etccdi participaron en el taller, en el que personal técnico adscrito a instituciones académicas y gubernamentales trabajó directamente con datos climáticos diarios proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional y accedió a materiales sobre el clima global y nacional, y a métodos y software para calcular los índices de cambio climático. El segundo taller (noviembre 2009) fomentó que los procesos de toma de decisiones usen los análisis de cambios observados en el clima y la continuidad en las actividades de observación y monitoreo. Así, mediante el cálculo y uso de los índices del etccdi y la creación de una red multi-institucional en el país, se pretende generar insumos técnicos utilizables en adaptación y mitigación del cambio climático y en la consolidación del desarrollo sustentable en el país. Nuevos programas y acciones climáticas resultarán beneficiados de estas capacidades. Conclusiones La construcción de condiciones de seguridad climática ante las manifestaciones del calentamiento global demanda la transición hacia una economía sustentable de bajo carbono. Para eso, el diseño de políticas de mitigación y adaptación requiere no sólo de la información de escenarios del clima futuro, sino también de la mejora en el conocimiento del clima presente y de sus cambios observados. Dado que los impactos del calentamiento global se manifestarán en diversas formas a lo largo de las regiones y localidades del planeta, una mejor capacidad en el monitoreo y entendimiento del clima local y regional es fundamental para construir capacidad de respuesta por parte de la sociedad ante los cambios en el clima. Por tanto se requiere mantener los esfuerzos para fortalecer las capacidades nacionales en detección y monitoreo de los cambios del clima en México bajo un enfoque multidisciplinario, involucrando a científicos, tomadores de decisiones y diseñadores de políticas con el propósito de promover el uso de la información del clima para informar las decisiones y políticas relacionadas.
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