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36 primavera - Verano 2010 Un reto importante para México es contar con una evaluación de los posibles impactos en la salud atribuibles al cambio climático en un contexto de transición epidemiológica en el que encontramos tanto enfermedades infecciosas agudas como crónico-degenerativas. Un ejemplo de esta transición es el hecho de que durante los últimos 25 años la contribución de las infecciones de las vías respiratorias inferiores e intestinales a la mortalidad en menores de cinco años bajaron 86% y 93%, respectivamente; sin embargo, siguen siendo la primera y la segunda causa de atención médica y se encuentran entre las 20 principales causas de mortalidad general (ssa, 2009). Este problema es más evidente en regiones del país con condiciones de pobreza extrema y que se encuentran todavía frente a riesgos de enfermedad ante la falta de oportunidades y de servicios. Por otro lado, padecimientos como la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares han pasado a ocupar el primero y segundo lugar como causa de muerte. También existen diferencias en las condiciones de vulnerabilidad ecológica y social relacionadas con la salud, ya que por las condiciones geográficos del país encontramos zonas desérticas y semidesérticas en el norte, por un lado, y condiciones de alta precipitación pluvial en el sureste, que incluye la presencia anual de huracanes; además, las diferencias urbano-rurales contribuyen a generar escenarios diferenciados cuando abordamos el estudio del clima y su relación con la salud. Enfermedades asociadas a los cambios en el clima En términos generales, un cambio en las condiciones climáticas puede tener dos tipos de repercusiones en la salud: repercusiones más o menos directas causadas en general por fenómenos meteorológicos extremos y ondas de calor, como es el caso de los golpes de calor que tienen un mayor impacto en la población de 65 y más años y en las personas con enfermedades previas (McMichael, 1993); y efectos indirectos, como el caso de las afectaciones del clima sobre la dinámica de contagio de las enfermedades trasmitidas por vector, como el dengue y el paludismo (Epstein, 1998), sobre agentes patógenos; o en la productividad de algunos cultivos, que impactan la alimentación humana. Los estudios sobre cambio climático y salud humana deben incorporar el conjunto de determinantes de la salud ya que, como se puede ver en la figura 1, para identificar los impactos potenciales del cambio climático deben considerarse, entre otros, factores sociales, demográficos, ambientales y de susceptibilidad individual, que determinan la aparición o el incremento en la incidencia de las enfermedades. La generación de estudios y modelos que ilustran las consecuencias del cambio climático en la salud humana contribuye a conocer cómo están cambiando los patrones temporales y espaciales de las enfermedades, los riesgos de enfermedades epidémicas y la distribución temporal y espacial de las enfermedades sensibles a los cambios en el clima. Figura 1. Vías por las cuales la variabilidad y el cambio climático afectan la salud

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