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44 primavera - Verano 2010 Problemática ambiental y medios de comunicación: enfoques y respuestas sociales Dentro de la dinámica actual que vive nuestro país, predominan en periódicos y noticiarios notas cada vez más preocupantes sobre la economía nacional que nos aquejan a la mayoría de los ciudadanos: el desempleo, el incremento de precios, los recortes presupuestales, la deuda externa, la inseguridad y la violencia; empero los asuntos ambientales aparecen en los medios de comunicación casi exclusivamente cuando se trata de catástrofes naturales, es decir, como hechos consumados que afectan generalmente intereses económicos (González, E. 2007), o bien, como nuevos servicios o productos de consumo pintados de verde, breves anuncios, eventos ambientales esporádicos o conferencias dispersas que buscan informar al público. A partir de estos elementos, el ciudadano configura determinadas concepciones, puntos de vista y posiciones frente al tema ambiental, a falta, generalmente, de explicaciones más profundas, de una perspectiva histórica que le permita posicionarse como actor social y comprender, más allá de explicaciones catastrofistas y simplistas, las causas profundas de la crisis ambiental contemporánea, en la que el cambio climático es uno de sus principales efectos. Actualmente, México enfrenta problemas de contaminación hídrica, atmosférica y de suelos en los ámbitos urbano y rural, así como efectos globales del cambio climático, y contribuye con una significativa proporción de la emisión de los llamados gases de efecto invernadero en el contexto de América Latina, por lo que el cambio climático constituye el principal desafío ambiental global del siglo xxi que requiere del diseño de inéditos programas de educación ambiental, investigación y gestión de políticas públicas, en la medida en que las alternativas a las problemáticas derivadas de este fenómeno son de corte interdisciplinario y deben trascender la racionalidad instrumental que precisamente gestó la actual problemática ambiental, considerando el horizonte del desarrollo sustentable como una guía indispensable (Ortiz, 2009). Las condiciones de creciente deterioro ambiental en el contexto mundial (Semarnat, 2008) demandan que los ciudadanos asuman un papel activo como agentes de un cambio indispensable y urgente desde una perspectiva de acción colectiva, no individualista, como lo promueve el actual modelo de desarrollo en el que vivimos. Para ello es necesario buscar nuevas formas de participación social y diálogo de saberes entre diferentes discursos ambientales (Leff, 2009) y no concentrar los esfuerzos de la educación únicamente en la comunicación de información que, en muchos casos, es tan amenazante para el escucha, que provoca actitudes de angustia o de incredulidad y resistencia, provocando a veces la parálisis de los individuos en lugar de generar actitudes propositivas, activas y esperanzadoras. Por otra parte, respecto a la educación formal, menciona Édgar González (2007): “adicionar contenidos en el currículum escolar es un acto fallido y tiene mayores agravantes porque además se trata de un modelo curricular agotado”. Lo que contribuye a reproducir una serie de valores que requieren ser profundamente desafiados para cambiar los modos de vida no sustentables.

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