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46 primavera - Verano 2010 o menor medida sistemas de conocimiento para interpretar las variables del clima con el que conviven, en los que se mezclan las experiencias acumuladas a través de las tradiciones y aspectos mítico-religiosos o mágicos, generando así representaciones socialmente compartidas y aceptadas para comprender y predecir el comportamiento y la evolución del tiempo atmosférico, en relación con los cambios diarios e incluso estacionales, a partir de los cuales se tiene la creencia generalizada de que el clima está cambiando. Por otra parte, en el Seminario sobre Prioridades de Investigación en Cambio Climático en México, organizado en 2006 por el Instituto Nacional de Ecología y la Universidad Autónoma Metropolitana, se señaló como una de las áreas prioritarias la investigación en comunicación de riesgos y percepción social en relación con el cambio climático para mitigar amenazas y reducir vulnerabilidad, aplicándola a la educación ambiental para la participación social frente al cambio climático. En este sentido, se han desarrollado trabajos en el país, desde el campo de la psicología ambiental, que han descrito algunas de las características psicológicas que complejizan el fenómeno de percepción por parte del público sobre el cambio climático, entre las que se encuentran la baja visibilidad del fenómeno, la extrema dilación en mostrar la relación causaefecto, la tendencia a subestimar la frecuencia relativa de eventos, así como la distancia social entre actores y víctimas del cambio climático y el bajo índice subjetivo de costo/ efectividad de la conducta protectora del medio, ya que al cambiar la conducta no se ven efectos inmediatos (Urbina y Martínez, 2006). Procesos de significación, educación y gestión comunitaria: una perspectiva de investigación y participación ciudadana en condiciones de cambio climático Dentro de este contexto de aportes teóricos y metodológicos para abordar la percepción ciudadana del cambio climático, la Universidad Iberoamericana Puebla, en colaboración con diferentes instituciones académicas, como la Universidad Metropolitana, la Universidad Veracruzana, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, El Colegio de México y la Universidad Iberoamericana León, desde hace diez años hemos desarrollado trabajos de investigación en diferentes estados del país, tanto en el ámbito urbano como rural (Coatepec, Ver.; Cholula, Pue.; Papantla, Ver.; Cuetzalan, Pue.; Tula, Hgo.; Ocotal Chico, Ver.; Maní, Yuc.; Sierra de Juárez, Oax., entre otros). Estas experiencias de investigación en semiótica ambiental e intervención educativa ambiental se enmarcan dentro de una línea de investigación a la que hemos llamado: Procesos de significación ambiental, educación y gestión comunitaria, la cual nos ha permitido indagar en el sentido que tiene el medio ambiente para los habitantes de diferentes localidades y los procesos de significación ambiental que se construyen a partir de la vivencia y convivencia de los individuos en un medio concreto y dentro de una cultura específica (Andrade, 2002; Andrade y Ortiz, 2004; Ortiz, et al., 2008; Andrade, Del Amo, Ortiz, 2010). Desde el punto de vista metodológico, en estos proyectos se parte de analizar el discurso de diferentes actores sociales en torno a la transformación de su territorio y a los escenarios posibles de futuro, para caracterizar la configuración y tensión entre valores contrastantes y muchas veces opuestos que de manera implícita movilizan y condicionan las actitudes y decisiones que las personas toman respecto a su ambiente. A partir de este enfoque, hemos propuesto una estrategia de educación ambiental a la que hemos llamado: Círculos de reflexión y gestión ambiental ciudadana (crgac), como espacios formativos basados en la reflexión y el diálogo de saberes (Freire, 1970; Leff, E., 2007), en los que se genera un “encuentro” entre la mirada interna de los ciudadanos y la mirada externa del científico o técnico. Se busca, a partir de estos círculos de reflexión, recuperar la memoria colectiva sobre el paisaje y la dinámica social de la localidad, así como promover y fortalecer la organización del grupo para proponer y llevar a cabo acciones concretas que contribuyan a mejorar el ambiente y, por ende, la calidad de vida de la comunidad. En este trabajo proponemos como una posible alternativa de educación ambiental, la aplicación de esta metodología para abordar la problemática del cambio climático a partir de articular su origen, desarrollo, efectos y alternativas de solución, a otros problemas ambientales que de manera más sentida y visible, experimentan los diferentes grupos sociales dentro de su vida cotidiana. Para ello se requiere dedicar un importante esfuerzo para formar educadores ambientales y generar materiales didácticos que los ayuden a guiar, evaluar y obtener los resultados esperados de su intervención educativa. Desde 2008, en la Universidad Iberoamericana Puebla, hemos planteado y desarrollado un proyecto de investigación que busca indagar sobre la manera como los diferentes sectores sociales –gubernamental, empresarial y sociedad civil– conciben la transformación de la ciudad de Puebla, el impacto del cambio climático y las posibles medidas que desde su sector se están o no tomando para contribuir a la adaptación de los ciudadanos a tal fenómeno. Esta investigación se encuentra en proceso en colaboración con la Universidad Iberoamericana León. Tradicionalmente, la educación ambiental se ha asociado al trabajo con niños y jóvenes, con la perspectiva de formar a las futuras generaciones para tomar decisiones adecuadas respecto al ambiente; sin embargo, las condiciones de cambio climático que vivimos actualmente colocan a la educación ambiental en una posición diferente, ya que si bien es necesario continuar trabajando en la

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