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81 de libertad y autonomía perdido en los procesos de conocimiento y construcción de la realidad. Esa recuperación bien puede comenzar por admitir que nuestra época no es superior ni intelectual ni moralmente sobre otra: frente a la catástrofe actuamos como la sociedad pre-filosófica griega: supersticiosa y resignadamente. La sustentabilidad de nuestro mundo supone modificar radicalmente la percepción que de nosotros mismos tenemos por efecto de la “epidemia de valor”, que Baudrillard anotaba como la más evidente característica de nuestra época, gracias a la cual todo vale lo mismo (es decir, según la lógica nietzscheana, nada vale en realidad) y todo aparece ante nosotros con el mismo grado de importancia, en una relación de contigüidad en la que todo coexiste sin referencia a nada que lo trascienda y ordene, exactamente como en los noticiarios de la televisión, donde se suceden las imágenes de un mundo en el que no es posible el juicio, ya porque todo es relativo y no podemos tener seguridad de qué es verdad y qué no, ya porque todo está pre-juzgado y condenado y entonces para qué actuar. Para qué y qué acción es posible, además, cuando se nos presenta una imagen del mundo donde no hay relación entre lo local y lo global, donde no hay contextualización ni historia que nos recuerde que todo comienza en la acción u omisión de ésta, situada en un lugar y una hora precisos; incluso esos problemas que se nos presentan con una dimensión y densidad tales como para hacernos creer que no son asequibles a la comprensión del común de los mortales y que sólo nos queda la opción de empequeñecernos, encerrarnos y ovillarnos debajo de las Referencias bibliográficas Ameglio, Pietro (noviembre-diciembre, 2009) “Pensar en voz alta”, Conspiratio 2. México: Editorial Jus. Baudrillard, Jean (1991) La transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos. Trad. Joaquín Jordá. Barcelona: Editorial Anagrama. Borges, Jorge Luis (1986) Textos cautivos. Ensayos y reseñas en “El Hogar” (1936-1939). Ed. E. Sacerio-Garí y Emir Rodríguez Monegal. Buenos Aires: Editorial Tusquets. cobijas a esperar que los especialistas y los poderosos los expliquen y resuelvan, o bien a que todo termine, preferentemente de un modo espectacular, digno de nuestra lujuriosa tecnología audiovisual. Los dos versos del poema de Eliot que seguían a aquellos ya referidos sobre la vida, la sabiduría, el conocimiento y la información decían: Los ciclos celestiales en veinte siglos Nos apartan de Dios y nos aproximan al polvo.2 Deseo que en esto Eliot no acierte. Prefiero la propuesta de refundación que Baudrillard dejaba implícita al final de su libro: “el Otro es lo que me permite no repetirme hasta el infinito” (: 185), señalando, así, el camino de vuelta a la raíz de la realidad y a un nuevo intento de rescatar el mundo: la recuperación del otro y de la otredad en el horizonte de nuestra vida; la experiencia profunda de la alteridad y el amor; y con ello también la restitución, como elementos fundamentales en la constitución, florecimiento y ensanchamiento de la vida de ese par de principios compulsivamente negados y desterrados en la historia de la modernidad: el misterio y la gratuidad. 2 En el original: The cycles of Heaven in twenty centuries Bring us farther from GOD and nearer to the Dust.

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