Interioridad, Subjetivación y con ictividad social Ponencias de la Cátedra Alain Touraine Coordinadores: María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera Óscar Soto Badillo Universidad Iberoamericana Puebla 391 páginas ISBN: 9786077901259 Precio: $170.00 Al lo del agua: cogestión de la subcuenca del río Pixquiac, Veracruz Coordinadoras: Luisa Paré y Patricia Gerez Coedición con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales ISBN: 9786077908890 Precio: $250.00 Psicología Comunitaria Internacional. Aproximaciones a los problemas sociales contemporáneos. Vol.II Irma Serrano-García David Pérez- Jiménez Josephine Resto-Olivo Maribel Figueroa Rodríguez 303 páginas. Precio: $180.00 Estudios y propuestas ante el cambio climático en Puebla, México Coordinador: Benjamín Ortiz Espejel Universidad Iberoamericana Puebla, Servicio Meteorológico Nacional, Programa de Investigación en Cambio Climático ISBN: 9786077901235 134 páginas Precio: $160.00
Fotografía: Juan Carlos Alburquerque Serie: Miradas del mundo
Directorio Universidad Iberoamericana Puebla Rector David Fernández Dávalos, sj Director General Académico Marco Antonio Bran Flores, sj Director General del Medio Universitario Noé Agustín Castillo Alarcón Director General de Desarrollo Institucional Xavier Recio Oviedo Director General de Administración y Finanzas Jesús Bernardo Rosas Pozos Directorio Rúbricas Comisión Editorial Aurora Berlanga Álvarez, Marco Antonio Bran Flores, Oscar Arturo Castro Soto, Marcos Ricardo Escárcega Méndez, Ana Lidya Flores Marín, Pablo Guinsberg Plouganou, Marcela Ibarra Mateos, Emma Morales García de Alba, Benjamín Ortiz Espejel, José Sánchez Carbó. Director Benjamín Ortiz Espejel Coordinador temático de este número Ricardo Vázquez Perales Edición y corrección Marcos Ricardo Escárcega Méndez, coordinador, Susana Plouganou Diseño de retícula y diagramación Ana Cepeda - Pedro Bouret Diseño de portada Ana Cepeda - Pedro Bouret Fotografía de portada © Arikmellul | Stock Free Images & Dreamstime Stock Photos Revista de la Universidad Iberoamericana Puebla Primavera - Verano de 2012 Número 3 Rúbricas número 3, primavera-verano de 2012, revista semestral de la Universidad Iberoamericana Puebla, con domicilio en Blvd. del Niño Poblano 2901, Unidad Territorial Atlixcáyotl, CP 72430, Puebla, Pue., con certificado de reserva de derechos al uso exclusivo número 04-2011-021410194000-102 y certificado de licitud y contenido número 15290, expedido por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación, fue impresa en Litografía AstroColor, S.A. de C.V., 29 Sur 2714, Col. Santa Cruz los Ángeles, CP 72400, Puebla, Pue. Tiraje de 500 ejemplares distribuidos por la Universidad Iberoamericana Puebla. Toda colaboración o correspondencia deberá dirigirse al correo electrónico: ricardo.escarcega@iberopuebla.edu.mx y libros@iberopuebla.edu.mx
P resentación Me complace mucho hacer la presentación de este número 3 de la revista Rúbricas que tiene como tema central: “energías renovables”, el cual resulta crucial para nuestra sociedad, ya que actualmente nos encontramos en el arribo de un cambio de época civilizacional, que implicará un switch energético de proporciones inimaginables y, en consecuencia, ajustes sociales nunca antes vistos a nivel planetario. Esta situación, ya ha sido señalada por obras clásicas como los Límites del crecimiento de Dennis y Donella Meadows y colaboradores, así como el seminal trabajo de “Energía y mitos económicos” de Nicholas Georgescu-Roegen. El cambio de época al que me refiero, probablemente representa un punto de inflexión en la historia humana, un punto de bifurcación y fin de una “imagen de desarrollo y progreso”, heredera directa de la modernidad. Esta transición civilizacional, que habría comenzado con la Revolución industrial en el siglo xviii y que tal vez culmine a mediados del siglo xxi, lleva consigo el signo del rediseño y la redistribución de las fuentes de energía. Así, lo que distingue la época actual es el inicio del agotamiento de las fuentes convencionales de energía, principalmente las asociadas al petróleo, al gas y al carbón, y abre la puerta al impulso de fuentes de energías renovables. Este cambio energético representa una nueva época en la historia humana en términos de que abre la posibilidad a una redistribución del poder social en función de una inédita reorganización social alrededor de estas nuevas fuentes de energía. Esta tesis tiene basamento en la documentación científica y en la percepción social, cada vez más generalizada, de la magnitud que han alcanzado los efectos antropogénicos sobre los sistemas ecológicos. Dichos efectos, además, ponen en alto riesgo el aparato productivo del planeta. Ante esto resulta sorprendente la incapacidad, o mejor dicho, la irracional negativa de la mayoría de los gobiernos de países desarrollados y de las empresas transnacionales del petróleo por realizar radicales y efectivas acciones para frenar las consecuencias del cambio climático. Por consiguiente, considero que la percepción social del riesgo climático, cristalizada en las múltiples conciencias de jóvenes de todo el mundo en redes sociales, representa el inicio del golpe de gracia a las economías convencionales basadas en los precios de los mercados y a las múltiples prácticas de apropiación insustentable de recursos naturales a gran escala. Comenzar a preparar el nuevo discurso social o, mejor dicho, una nueva alianza entre naturaleza y sociedad, implica el tránsito hacia una nueva gestión de la energía en el mundo, pero que inicia en la escala de lo local. De esta forma, el tema de la energía debe considerarse cada vez más en la agenda de política pública y no sólo responder a un interés particular del presente siglo. En mi opinión, los efectos entrópicos de la insustentabilidad de los estilos de desarrollo basados en el uso desmedido del petróleo, implementados hasta hoy, es decir, el aumento de la entropía del planeta, acelerará ajustes sociales que impliquen la dispersión de las fuentes de energía y, al mismo tiempo un proceso de reorganización del poder social. Esto provocaría la inhabilitación de la mayoría de los actuales sistemas de producción a gran escala, el colapso energético de todas las megaciudades, migraciones masivas en busca de nuevos ambientes habitables y desajustes en los ciclos biogeoquímicos y en los ecosistemas. Ante esta crítica situación es posible visualizar una alternativa bajo los términos del principio de la “producción mínima de entropía”, enunciada a principios del siglo xx por el célebre premio Nobel de química, Ilya Prigogine, y a su vez retomada bajo el enfoque de crítica a la economía clásica en el trabajo La ley de la entropía y el proceso económico, de Nicholas Georgescu-Roegen a mediados de la misma centuria. Dicho teorema establece que una característica de los sistemas alejados del equilibrio termodinámico, como lo son las sociedades humanas, es impedir que el sistema aumente de manera desmedida su producción de calor con su consecuente desestructuración, y propiciar, por el contrario, que éste se instale en un estado de disipación térmica suficiente para no violar la segunda ley de la termodinámica y permitir su autoorganización. Un estado en el borde térmico de su destrucción, diría Edgar Morin. Así, la gran pregunta del siglo xxi y a la que están orientados los textos de este número es: ¿Cómo diseñar un crecimiento de complejidad socioambiental sin que implique un crecimiento entrópico descontrolado? Felicitaciones a los editores y participantes de este número, pues augura que este tipo de temáticas será cada vez más recurrente en la literatura tanto especializada como de difusión pública, así como en el diseño de nuevas carreras profesionales en todo el mundo. En hora buena, demos este paso hacia sociedades sustentables. Benjamín Ortiz Espejel Director interino de la Dirección de Investigación y Posgrado y coordinador e investigador del Programa Interdisciplinario en Medio Ambiente (pima). Maestría en Estudios Regionales en Medio Ambiente y Desarrollo. Doctorado en Desarrollo, Medio Ambiente y Territorio. 7
México 2012: desafíos sociales, económicos y políticos para quien gane las elecciones presidenciales Juan Luis Hernández pág. 26 pág. 44 Índice Presentación Transición energética en México. Nuevo paradigma socioambiental Ricardo Vázquez Perales Miguel Ángel Corona Jiménez Aportaciones del Instituto de Investigaciones Eléctricas al desarrollo eólico nacional Jorge M. Huacuz Villamar Analyse du modèle de développement de l’énergie éolienne au Québec Adrian Ilinca Uso de herramientas participativas para el desarrollo sostenible de las energías renovables María de Lourdes Vázquez Rascón Energías renovables en el estado de Puebla y su posibilidad de utilización Apolonio Juárez Núñez Investigación en microalgas como alternativa energética: una experiencia de desarrollo tecnológico local Mónica Cristina Rodríguez Palacio Ricardo Vázquez Perales Entre ríos Luisa Schmidt México 2012: desafíos sociales, económicos y políticos para quien gane las elecciones presidenciales Juan Luis Hernández A propósito de dimensiones culturales y amorosas Guillermo Briseño La urgencia de develar la realidad y el valor de la imprudencia Oscar Soto Badillo La IDEOLOGÍA MESTIZANTE, el GUADALUPANISMO y sus REPERCUSIONES SOCIALES Una revisión crítica de la “Identidad nacional” Julio Glockner 5 8 14 20 26 32 38 42 44 52 54 58 Uso de herramientas participativas para el desarrollo sostenible de las energías renovables María de Lourdes Vázquez Rascón
Fotografía: Antonio Audirac Obra: Buda baby face
Ricardo Vázquez Perales Ingeniero físico por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Maestro en Ciencias en Planificación del Desarrollo Regional por la Universidad de Dortmund, Alemania, y la Universidad de Ciencia y Tecnología de Kumasi, Ghana. Doctor en Ingeniería de la Energía con especialidad en Economía de la Energía por el Centro de Investigación en Energía de la unam. En 2006 fue premiado con la beca “Príncipe Bernardo de Holanda” por el Fondo Mundial de Conservación de la Naturaleza (wwf). Su tesis doctoral obtuvo el 2° lugar del concurso de tesis doctorales en Desarrollo Sustentable de la unam, 2009. Sus temas de investigación incluyen manejo de residuos municipales, bioenergía, sistemas forestales y agroforestales, biotecnología de microalgas y economía de la energía. Es académico de la Universidad Iberoamericana Puebla, donde es coordinador de la licenciatura en Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable. Es responsable del proyecto de investigación en Biotecnología de microalgas de la Universidad Iberoamericana Puebla en colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa. Miguel Ángel Corona Jiménez Contador público y licenciado en Economía por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Maestro en Administración del Desarrollo Regional por El Colegio de Puebla A. C. Doctor en Administración de Organizaciones por la Facultad de Contaduría y Administración de la unam. Recibió el premio a la mejor tesis doctoral por el Consejo Mexicano de Comercio Exterior y otros organismos del gobierno federal, 1999. Fue coordinador de la licenciatura en Economía y director del Departamento de Economía y Negocios en la Universidad Iberoamericana Puebla. Realizó una estancia de investigación en The City University of New York, becado por la Fundación Carolina de España para estudiar la economía de los migrantes en aquel lugar, 2006. Actualmente es profesor-investigador en la Ibero Puebla, sus temas de investigación y publicaciones están relacionados con la migración, las remesas y el desarrollo, la economía de los hogares, la migración y el cambio climático, y la formación de pensamiento y acción estratégica. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel 1. 10 Fotografía: Imageafter.com Primavera - Verano 2012
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12 Primavera - Verano 2012 Introducción La energía que usamos en el planeta proviene del sol; se conserva y se transforma, pero en cada transformación pierde calidad. En los procesos energéticos no hay reversibilidad ni reciclaje. La energía, por su naturaleza entrópica tiene sólo un sentido en su devenir: degradarse. Por eso el sistema económico de producción industrializada necesita una entrada de energía exógena constante. Las relaciones entre la energía y la economía las desmitificó brillantemente Nicholas Georgescu-Roegen en su libro La ley de la entropía y el proceso económico (1971) y en el ensayo “Energía y mitos económicos” (1975), donde expuso que el modelo económico industrial, el cual busca el crecimiento sin límites, está condenado a un colapso por la ficción de creer que genera valor y riqueza, cuando en realidad transforma ecosistemas, recursos y biomasa de baja entropía, en calor y emisiones atmosféricas de alta entropía. A poco más de cuarenta años de la publicación de su libro, el cambio climático global, la crisis ambiental global y la desigualdad social hacen evidente que el sistema económico consumista, basado en la racionalidad de la economía neoliberal, no es sustentable ni puede sostenerse a largo plazo. La energía, como entidad física que puede transformarse en trabajo productivo y en calor, ha sido un recurso de vital importancia para la humanidad a lo largo de la historia. Cuando una sociedad dispone de los medios, instituciones y mecanismos (de mercado y tecnología) para proveer energía eléctrica y calorífica de forma masiva en suficiente cantidad y calidad, su población tiene mayores posibilidades para desenvolver su potencial humano y económico, así como para mejorar su calidad de vida. Hay varios estudios que demuestran que el índice de desarrollo humano (idh) tiene estrecha relación con la disponibilidad de energía (Woldember, 2003), ya que habilita posibilidades reales para aumentar la esperanza de vida y los ingresos per cápita, y hacer funcionar medios para mejorar la educación. La disponibilidad de energía eléctrica y térmica es algo más importante que un simple comodity, es un medio para vivir con bienestar y tener probabilidades para prosperar en todos los aspectos sociales. En los países de poca o baja industrialización, la energía no comercial, derivada principalmente de la biomasa, como la leña, rastrojos y estiércol, permite que millones de personas de escasos recursos monetarios (un tercio de la población mundial) puedan cocinar y tener calefacción en sus hogares, para lo cual, mujeres y niños tienen que caminar largas distancias en jornadas de recolección de leña, exponiendo su salud por la inhalación de humo al cocinar. En contraste, en las sociedades consumistas de altos ingresos per cápita, el dispendio energético se caracteriza por el derroche de energía derivada principalmente de combustibles fósiles, que además de agotar los recursos no renovables de muchas regiones del mundo, ha provocado la pérdida de ecosistemas y ha llevado a la humanidad a la mayor crisis ambiental que haya enfrentado: el cambio climático global generado por las emisiones de gases de efecto invernadero. México en la encrucijada energética internacional México, gracias a la expropiación de la industria del petróleo y la nacionalización de los recursos naturales del subsuelo, tuvo la posibilidad de incorporarse a la modernidad e impulsar su sector productivo de bienes y servicios, al tener disponibles suficientes recursos energéticos y posteriormente recibir cuantiosos ingresos por la exportación de petróleo, que le han permitido construir buena parte de la infraestructura nacional, impulsar el desarrollo de los sistemas educativo y de salud, y la propia industria nacional. Sin embargo, a 75 años de la nacionalización, el país tiene una fuerte dependencia de los ingresos petroleros, sin haber logrado diversificar suficientemente su economía ni haber desarrollado la tecnología que le permita transitar al aprovechamiento sustentable de nuevas fuentes de energía renovable cuando se agoten sus recursos petroleros, lo que se prevé en un futuro no tan lejano. En el contexto internacional, la competencia por la posesión de las fuentes de energía fósil y el control del mercado de hidrocarburos ha tenido un rol central en la geopolítica y en las relaciones entre países. La lucha por la posesión de los recursos fósiles ha marcado la historia de muchas regiones y pueblos desde finales del siglo xix hasta el presente. Los países del norte, apoyados en su desarrollo tecnológico, han aprovechado los recursos energéticos del sur para alimentar la combustión de los motores de sus economías, enarbolando la cultura del consumismo y el culto al automóvil. En las últimas décadas, el modelo económico basado en el crecimiento, acelerado por la revolución informática, ha encontrado mejores condiciones para facilitar el consumo exacerbado, no sólo de gadgets, sino de todo tipo de materias de la naturaleza. Para que funcione la maquinaria mundial, las economías del norte consumen aproximadamente 80% de la producción de combustibles fósiles. Los resultados en cuanto a impactos por usos y contaminación, por desechos y emisiones tanto en la producción como en el consumo son alarmantes, pero más aún es el calentamiento global, el cual está provocando cambios climáticos que no todas las sociedades tienen la capacidad para enfrentar o adaptarse, ya que eso requiere liquidez financiera y capacidad de respuesta técnica e institucional. En un sistema global, en el que las asignaciones de los beneficios de la producción se hacen vía libre mercado, ante fenómenos como sequías, inundaciones y pérdida de la fertilidad del suelo, entre otros, las sociedades del sur, con bajos recursos monetarios, son las más afectadas por el cambio climático en detrimento de sus condiciones de vida y, en muchos casos, con la marginación o migración de sus miembros más vulnerables.
13 A partir de las crisis del petróleo de los años setenta, México se ha beneficiado de los altos precios de los hidrocarburos, pero debido a su dependencia de este sector, también ha sufrido crisis por la volatilidad en los precios del petróleo, lo cual ha tenido repercusiones negativas en la calidad de vida de sus habitantes (Corona, 2009). En 2011, el presupuesto de gasto público descansó en una aportación de casi 33% de los ingresos de Petróleos Mexicanos (pemex) transferidos a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (shcp) (inegi, 2010). La dependencia nacional en las energías fósiles es contundente, y lamentablemente los resultados demuestran que la contribución de las energías renovables ha disminuido, mientras que ha aumentado la dependencia en combustibles fósiles, especialmente de gas natural importado. En 2000, las energías renovables aportaron 13% de la oferta bruta de energéticos, con la siguiente composición: geotermia 1%, hidroenergía 5.8% y biomasa 5.9% (sener, 2000:30). En 2010, el consumo nacional total de energéticos fue de 8,151.9 PJ,1 de los cuales casi el 92% correspondió a combustibles de origen fósil: petrolíferos 44.8%, gas natural y condensados 41.7% y carbón y coque 5%; las fuentes renovables de energía suministraron solamente 6.9% del consumo total de energéticos, en la siguiente proporción: geotermia, solar y eólica 1.7%, hidroenergía 1.4% y biomasa 3.8% (sener, 2010: 25). 1 Peta Joule=1015 Joule: unidad de energía aceptada por el Sistema Nacional de Medidas. En diez años el consumo total de energía aumentó cerca de 41%, de 5,765.72 PJ a 8,151.9 PJ, siendo notable el aumento del consumo de gas natural y condensados, de 29% a 41%, mientras que disminuyó la contribución de las energías renovables de 13% a 6.9%. En el decenio destaca el aumento de la proporción de la contribución de gas natural, la disminución de petrolíferos para el consumo nacional y la disminución de la contribución de la hidroelectricidad y de otras fuentes de energía renovable. El aumento total de 41% en el consumo total de energía resulta paradójico, ya que en ese periodo la población aumentó sólo 15.2% (inegi, 2000 y 2010), mientras que el Producto Interno Bruto (pib) del país aumentó, en esa década, 19.0% (inegi, 2011). Con la política energética actual tenemos menor eficiencia en el consumo, representada por la intensidad energética; es decir, hay mayor consumo energético per cápita por unidad de pib. En el mismo periodo las importaciones de energéticos aumentaron, promoviendo dependencia en proveedores internacionales de hidrocarburos. Si bien, durante las últimas décadas el Estado mexicano ha administrado los excedentes del petróleo en el gasto público, no ha escapado de las presiones políticas, ni de los intereses económicos, ni de la desviaciones y corrupción, pero lo más grave es que no ha favorecido de forma efectiva un proyecto de nación de mejoramiento del nivel de vida de la población y de sustentabilidad. Tampoco se ha preocupado por desarrollar una industria energética diversificada con integración vertical, con asimilación y desarrollo de tecnología y con articulación sectorial efectiva, con participación privada, pero con dirección y control desde el Estado, como lo han hecho países como Noruega (Fusco, 2006), y no ha respondido a criterios2 recomendados por agencias internacionales de energía para el manejo y preservación de sus recursos con 2 Sin embargo, esos criterios al menos ya se mencionan como ejes rectores en el documento de la sener (2012), Estrategia Nacional de Energía 2012-2026, México: 9.
14 Primavera - Verano 2012 fines de seguridad, eficiencia, beneficio social y sustentabilidad (Sheinbaum, 2009). Si bien es cierto que el sector energético debe ser competitivo, es prioritario buscar alternativas para cuidar el planeta y la población de manera sustentable. En el ámbito mundial, gran parte de la sociedad civil y de las organizaciones no gubernamentales han manifestado que los patrones de producción y distribución de energía no son sustentables, y que el reto debe ser proveer energía sustentable a los casi 2 mil millones de personas que no tienen acceso a energía moderna. Una industria energética debe ser competitiva y moderna, pero a la competitividad hay que ponerle una condición, y a todos aquellos que la promueven y la generan un reto: la equidad. Es un hecho que los caminos de la competencia y los mercados globalizados no funcionan eficiente ni sustentablemente, entonces el reto debe ser que la competitividad se dé con equidad, es decir, distribuyendo de manera equitativa los costos y los beneficios del esfuerzo colectivo, compartiendo los beneficios del sector energético con base en valores de justicia, colaboración, subsidiariedad, y no sólo por filantropía. En esta tesitura de ideas, una política integral energética debería considerar criterios de desarrollo, equidad y sustentabilidad, más las siguientes pautas recomendadas por importantes agencias internacionales de energía3: seguridad en el abastecimiento de energía, recaudación diversificada para tener una baja participación relativa de los ingresos energéticos en el presupuesto público, mejorar la tasa de restitución de reservas, cobertura de las necesidades básicas de energía para la población con equidad en el acceso, reducción de impactos ambientales y diversificación de las fuentes energéticas, aumentando la participación de las fuentes renovables de energía. Hacia un paradigma socioambiental de energía sustentable A diferencia del sector de energías convencionales (fósiles y nuclear), en las experiencias de las energías renovables hay casos en los que las ganancias para los actores han encontrado convergencia de intereses comunes, haciendo posible alianzas entre pequeños y grandes generadores, pequeños y grandes consumidores, conciliando preocupaciones ecológicas y financieras, colaborando creativamente trabajadores y empleadores, logrando sistemas de producción autónoma y sistemas en red de distribución, así como uso comercial y no comercial. A nivel global, el sector de las renovables crece anualmente entre 20 y 30%. En 2006 había alrededor de 400 000 empleados del sector de renovables, con 235 000 en la energía eólica (Abramsky, 2006). Sin embargo, a medida que el sector de renovables 3 International Atomic Energy Agency, United Nations Department of Economic and Social Affaires, International Energy Agency, Eurostat y European Energy Agency. Fotografía: http://www.Stockfreeimages.com © Pepephotos | Stock Free Images & Dreamstime Stock Photos Si bien es cierto que el sector energético debe ser competitivo, es prioritario b u s c a r alternativas para cuidar el planeta y la población de m a n e r a sustentable.
15 crece, la competencia por tener mayor participación de los mercados pone en riesgo las alianzas de colaboración entre actores, emergiendo conflictos y alianzas para controlar el mercado; así como en el sector de los hidrocarburos, la motivación de maximizar ganancias en el corto plazo ha mostrado que en las renovables se puede poner de lado el cuidado de la naturaleza y el bienestar social. Por ello, en una transición a las renovables se requiere mantener el carácter social de la energía. En el contexto internacional, un primer paso hacia la sustentabilidad sería la ratificación del Protocolo de Kyoto como un acuerdo de transición sustentable a las energías renovables. En los ámbitos nacional y local puede haber una convergencia de intereses entre las compañías de energía, trabajadores, comunidades y consumidores, si los actores sociales encuentran condiciones de beneficio muto y llegan a instituir acuerdos que puedan ser respetados (Ostrom, 2005), y que las instituciones del Estado ejerzan su función de regulación del sector, manteniendo el carácter social de la energía, con competitividad y principios de equidad. Ya que la mayor parte del territorio nacional se encuentra bajo sistemas de propiedad comunal o ejidal, no se puede pensar que el potencial de energías renovables (biomasa, eólica y fotovoltaica, principalmente) puede ser aprovechado sin incluir la participación de los actuales dueños de la tierra. Para esto, algunas preguntas de partida para el debate o las negociaciones serían las siguientes: ¿será posible que cooperativas de ejidatarios o comuneros sean socios en los proyectos de energía renovable? O bien, cuando una empresa energética desee emprender en sus tierras un proyecto, ¿recibirán los ejidatarios o comuneros una compensación por el uso del suelo de acuerdo con los costos de oportunidad del mercado internacional de energéticos, y no del costo de oportunidad de la agricultura de temporal de subsistencia? En algunos casos las respuestas pueden ser muy complejas, dependiendo del contexto político local e internacional, de la tecnología y sus implicaciones socioambientales, y de los precios en los mercados locales e internacionales, entre otros factores. Sin embargo, aunque esto parezca difícil, en Dinamarca y en otros países europeos, en los cuales hay mayor equidad social que en México, existen comunidades rurales que son dueñas de los proyectos de energía renovable, pero para eso ha sido necesario construir las condiciones para que se establezcan acuerdos de mutuo beneficio y que la sociedad realizara un pacto por la sustentabilidad (Bolinger, 2001:43). A continuación proponemos algunas condiciones claves para el desarrollo del sector: 1. Se requiere de un Proyecto Energético de nación consensuado, con objetivos generales de desarrollo sustentable y competitividad con equidad 2. Establecer que la generación y uso de la energía es un medio para atender los rezagos sociales y para promover un crecimiento sostenido con equidad 3. Desarrollar un plan de desarrollo estratégico sobre la energía en donde se utilicen los recursos del petróleo para la sustitución progresiva de fuentes de energía fósiles y para el desarrollo de una industria de energías renovables 4. Crear y fortalecer las instituciones para que los agentes económicos y sociales puedan, junto con el Estado, llevar adelante el proyecto de una industria nacional de energías renovables integrada verticalmente y articulada sectorialmente 5. Establecer el marco regulatorio que permita la interacción y colaboración de los agentes económicos, políticos y sociales 6. Considerar que cada tipo de energía renovable requiere de un tratamiento y de una normatividad especial. Bibliografía Abramsky, K. (2006), Accelerated And Far Reaching Transition to Renewable Energies: Why, What, How and by Hom? Building New Alliances. World Council for Renewable Energy. Disponible en: www.wcre.de (consultado el 8 de mayo de 2012). Boolinger, M. (2001), Community wind power. Ownership Schemes in Europe and their Relevance to the United States, Lawrence Berkeley National Laboratory, Berkley, California. Corona Jiménez, Miguel A. (2009), Para entender la economía mexicana, 4a edición, mac&ena, México. Fusco, L. (2006), Energy Policy Development in the Globalized World: A comparison of the usa, Canada, Britain and Norway, Memorial University of Newfoundland. Georgescu-Roegen, N. (1971), The Entropy Law and the Economic Process, Hardvard University Press, Harvard. Georgescu-Roegen, N. (1975), “Energy and economic miths”, Southern Economic Journal, vol. 41, núm. 3. inegi (2010), “Ingresos y el gasto público en México 2010”, Serie Estadísticas Nacionales, núm. 22, México. inegi (2000), XII Censo General de Población y Vivienda, Mexico. inegi (2010), XIII Censo de Población y Vivienda, México. inegi (2011), Sistema de Cuentas Nacionales de México, México. Ostrom, E. (1990), Governing the commons. The evolution of institutions for collective action, Cambridge University Press, Cambridge, U.K. _______ (2005), Understanding Institutional Diversity, Princeton University Press. Princeton, New Jersey. sener, Secretaría de Energía (2000), Balance Nacional de Energía. Gobierno Federal, México. _______ (2010), Balance Nacional de Energía. Gobierno Federal, México. Sheinbaum Pardo, C., V. Rodríguez Padilla, G. Robles Morales, (2009), “Política mexicana e indicadores de sustentabilidad. Problemas del Desarrollo”, Revista Latinoamericana de Economía, vol. 40, núm. 158: 113, julio-septiembre 2009, México. Woldemberg, J. (2003), “Development and energy”, en: Energy Law and Sustainable Development, iucn Environmental Policy and Law Paper núm. 47, Eds. Bradbrook A.J. and Ottinger R.L.
16 Primavera - Verano 2012 Jorge M. Huacuz Villamar Doctor en ingeniería física. Trabaja en el Instituto de Investigaciones Eléctricas desde el año 1980, donde actualmente se desempeña como investigador y gerente de Energías No Convencionales, y es responsable del proyecto mem para el desarrollo de una turbina eólica mexicana de 1.2 mw. Fotografía: http://www.Stockfreeimages.com © Ricardomss | Stock Free Images & Dreamstime Stock Photos
17 La tecnología para generar electricidad con la energía del viento era muy modesta en el mundo, en la década de los setenta del siglo pasado: máquinas pequeñas, de unos cuantos kilowatts (kw) de capacidad. Casi 20 años después la situación fue muy distinta, pues ya se producían turbinas eólicas con cientos o miles de kw de potencia individual; hoy la mayoría de los aerogeneradores comerciales tienen potencias superiores a 1 mw (1 000 kw), se fabrican e instalan turbinas de hasta 7 mw, y algunas empresas están empeñadas en el desarrollo de aerogeneradores de potencias aún mayores. El Instituto de Investigaciones Eléctricas (iie) fue creado a fines de 1975, y ya a principios de 1977, lo que es ahora la Gerencia de Energías No Convencionales (genc-iie) trabajaba en el tema. Tenía entre sus objetivos la recopilación de información –muy escasa en aquella época– sobre las velocidades del viento en el país, el desarrollo de técnicas para identificar sitios con potencial para su aprovechamiento, evaluar el potencial energético del viento en la zona de “La Ventosa”, en Oaxaca y desarrollar tecnología para aplicación en comunidades remotas sin acceso al suministro de la red eléctrica. Las primeras tecnologías desarrolladas en la genc-iie incluyeron pequeñas aerobombas para la extracción de agua y aerogeneradores de muy pequeña potencia (por debajo de 2 kw) destinados a cargar baterías eléctricas, muy útiles en comunidades remotas. De gran utilidad para este desarrollo fue el centro experimental eólico que por aquellos años tenía el iie en la población de El Gavillero, en el estado de Hidalgo. Igualmente útiles fueron los equipos que se instalaron en comunidades rurales con propósitos demostrativos para la adopción de la tecnología por parte de los pobladores. A mediados de la década de los ochenta, el iie dio un salto en la escala de este desarrollo con la construcción de un aerogenerador de 10 kw, denominado “Albatros”, y también estandarizó el diseño de uno más pequeño, de 500 watts, llamado “Avispa”, del cual se fabricaron varias decenas para diversas aplicaciones demostrativas en distintas partes del país. En esa época se construyó el túnel de viento ubicado en las instalaciones del iie en Cuernavaca, Morelos, que ha sido muy útil para prueba de aerogeneradores pequeños y para calibrar instrumentos de anemometría.
18 Primavera - Verano 2012 El desarrollo de tecnología eólica en el iie se detuvo por un periodo de casi 20 años, en parte por carencia de recursos económicos y en parte por falta de un programa nacional en esa materia. A pesar de esto, el iie continuó con otras actividades relativas al aprovechamiento del recurso eólico nacional, incluyendo la formación de recursos humanos, la creación de infraestructura física de soporte y la evaluación y mapeo del recurso, actividades todas en congruencia con la misión del iie de promover y apoyar la innovación tecnológica en el sector eléctrico de México. Con el apoyo financiero de organismos internacionales (el Fondo para el Medio Ambiente Global, gef por sus siglas en inglés, a través del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, pnud), la genc-iie inició, a principios del año 2004, el proyecto Plan de Acción Eólico.1 Este proyecto ha sido un medio muy valioso para el desarrollo de capacidades locales, avanzar en la evaluación del recurso eólico en áreas prometedoras del país, contribuir al análisis y la mejora de los marcos legal, regulador e institucional que influyen en el desarrollo eólico, y promover proyectos en el tema, que pudieran tener un efecto multiplicador. Además, el Plan de Acción Eólico ha sido determinante para el incremento de la infraestructura eólica de México mediante la instalación de una red de estaciones anemométricas de referencia en diversos puntos del país y la construcción del Centro Regional de Tecnología Eólica (certe). En mayo de 2005, la genc-iie organizó un taller con el objetivo de trazar la ruta tecnológica de la energía eólica para México, con una visión al año 2030. Además del personal del iie, participaron en el taller representantes de la sener, semarnat, se, cfe, cenidet, unam, ipn, caname, amdee, anes y del Gobierno de Oaxaca. Por consenso, los participantes en el taller desarrollaron la siguiente visión: “En el año 2030, la energía eólica contribuye significativamente al suministro energético nacional, con tecnología propia de clase mundial”. También por consenso se definieron como prioritarias las siguientes tres líneas de acción: .Formación de recursos humanos y generación de conocimiento en el tema eólico .Generación y creación de la cadena de valor de la industria eólica nacional .Establecimiento del marco institucional para el fomento de la energía eólica. A partir de entonces las acciones de la genc-iie en el tema eólico se desarrollan a lo largo de tres ejes temáticos, en concordancia con las acciones prioritarias definidas en el taller. 1 http://planeolico.iie.org.mx/iiepnud.htm El CENTRO REGIONAL DE TECNOLOGÍA EÓLICA (certe)2 Años atrás, el centro experimental eólico de El Gavillero había sido desmantelado por motivos varios, y se tenía en proyecto la construcción de uno nuevo. Los fondos del Plan de Acción Eólico hicieron posible materializar este proyecto. Se trata de una instalación sobre un terreno de 32 hectáreas, ubicado en las inmediaciones del poblado de La Ventosa, municipio de Juchitán, Oaxaca. Tiene la característica de estar expuesto a los vientos intensos de la región, por lo que puede considerarse un sitio Clase I de acuerdo con la norma IEC 61400-1, y goza de una ubicación estratégica en el actual corazón del desarrollo eólico del país. Cuenta con subestación eléctrica y con línea de interconexión a la Comisión Federal de Electricidad (cfe), capaz de inyectar a red la electricidad producida por aerogeneradores con capacidad acumulada total de hasta 5 mw, la cual se recolecta mediante una línea eléctrica subterránea. El certe cuenta también con sala de control, aula de capacitación y taller-almacén, además de dos torres, de 80 y 40 metros de altura respectivamente, habilitadas con estaciones climatológicas completas, así como medios para el monitoreo remoto de los aerogeneradores desde cualquier parte del mundo. El certe tiene, entre otros, los siguientes objetivos: a) facilitar las pruebas de prototipos de aerogeneradores y de sistemas híbridos eólico-fotovoltaicos, de pequeña o gran capacidad, interconectados a red o aislados; b) proveer servicios a fabricantes de aerogeneradores interesados en la caracterización y mejora tecnológica de sus productos bajo condiciones locales; c) servir como un medio para la capacitación de ingenieros y personal técnico para la operación y mantenimiento de aerogeneradores y centrales eólicas; d) conformar una plataforma de demostración, validación y evaluación, y facilitar el encuentro entre empresarios nacionales y extranjeros para promover la fabricación local de partes para aerogeneradores y/o para emprender negocios de riesgo compartido; e) conformar una moderna y flexible instalación para obtener datos operacionales relacionados con los aspectos de interconexión de aerogeneradores a la red de distribución de energía eléctrica; f) servir como un medio para entender e internalizar las normas, métodos de prueba y certificación, con el fin de detectar y facilitar la implementación de requisitos adicionales que cubran los aspectos locales; g) conformar un medio para incrementar el nivel de investigación y desarrollo tecnológico en el ámbito nacional, incluyendo la búsqueda de proyectos conjuntos en colaboración con prestigiadas instituciones de I+D (investigación y desarrollo) en el extranjero; h) facilitar proyectos demostrativos o experimentales. El certe entró en operación formal el 1 de julio de 2010, es la primera instalación eólica en México que opera en la modalidad de Pequeña Producción de Electricidad, aunque desde tiempo atrás se venía utilizado para impartir cursos de diplomado y otras actividades relacionadas con el tema eólico. En la fecha de redacción de este texto se tenía instalado y bajo 2 http://www.iie.org.mx:8080/SitioGENC/producto02.html
19 pruebas un aerogenerador prototipo de 300 kw de capacidad, fabricado por la empresa komai de Japón; y uno pequeño, de 1.5 kw, fabricado por la empresa eroluz, creada por jóvenes emprendedores mexicanos. Además, se avanzaba en la construcción de una plataforma de pruebas para pequeños aerogeneradores y sistemas híbridos sol-viento, tanto para operación aislada como interconectada con la red. El proyecto lerm-siger3 En 1977, la genc-iie inició actividades para el desarrollo de una plataforma informática con información ordenada, confiable y actualizada sobre los recursos energéticos renovables del país, a la que se le dio el nombre de Sistema de Información Geográfica para las Energías Renovables, siger. Este sistema fue diseñado para alojar información del territorio nacional, y está compuesto por mapas en formatos raster y vectorial, así como por datos en forma tabular, que contienen información de las energías renovables y de los elementos geográficos que influyen en la determinación de sitios para su aprovechamiento. El siger es una herramienta de apoyo para la toma de decisiones, que en un primer nivel cuenta con mapas de la distribución de los potenciales de las energías renovables del país. La información contenida en el siger se encuentra estructurada en tres grupos: energías renovables, cartografía general y cartografía derivada. En el tema eólico, el siger cuenta con 54 mapas para todo el territorio nacional:4 mensuales, anuales y estacionales de velocidad y densidad de potencia del viento, a 50 y 80 metros de altura sobre el piso; además de un mapa que muestra la capacidad eólica potencialmente instalable en regiones promisorias y otro con factores de planta que podrían alcanzar las centrales de generación en diferentes sitios. Estos mapas fueron presentados al mundo por el presidente de la República durante la cop 16 celebrada en Cancún, en diciembre de 2010, y han servido como referente para una cantidad importante de empresas desarrolladoras de proyectos, investigadores y estudiantes del tema. Más allá de la problemática técnica implícita en el desarrollo del siger, el mayor reto ha sido contar con información veraz y actualizada sobre estos recursos. El Inventario Nacional de los recursos energéticos renovables ha sido una tarea pendiente en la agenda del país, aun ahora, casi 4 años después de que la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética5 (laerfte), aprobada por el Congreso de la República a fines de 2008, lo estableciera como una obligación para la Secretaría de Energía. Desde luego, la tarea no es sencilla, ni barata o de corto plazo. En octubre de 2007, un año antes de la publicación oficial de la laerfte, dio inicio formalmente el proyecto “Laboratorio Nacional para la Evaluación de los recursos Energéticos Renovables en México” (lerm), iniciativa del iie aprobada por conacyt en el marco de la convocatoria “Apoyos Complementarios para el Establecimiento de Laboratorios Nacionales de Infraestructura Científica o Desarrollo Tecnológico 2006”. El proyecto lerm recoge y da mayor viabilidad a las acciones que durante muchos años había realizado el iie en forma puntual y discontinua por falta de recursos económicos, y se financia tanto con recursos de conacyt como del propio iie. El objetivo general del lerm consiste en que el proyecto siger sea complementado con infraestructura adicional para alimentar las bases de datos con información confiable que permita elaborar la cartografía necesaria para la planeación y desarrollo de 3 http://www.iie.org.mx:8080/SitioGENC/producto06.html http://www.iie.org.mx:8080/Sitiogenc/producto05.html 4 http://www.iie.org.mx/mapas 5 Decreto por el que se expide la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética, Diario Oficial de la Federación, 27 de noviembre de 2008. Más allá de la problemática técnica implícita en el desarrollo del siger, el mayor reto ha sido contar con información...
20 Primavera - Verano 2012 proyectos de aprovechamiento de los recursos energéticos renovables. El lerm cuenta con equipo de medición, software especializado para procesamiento de datos, equipo de cómputo para el almacenamiento e intercambio de información y documentos de soporte, y opera mediante una red con más de 25 centros de investigación e instituciones de educación superior, a lo largo y ancho del país. Una función importante del lerm es la formación de recursos humanos en el ámbito de la evaluación de los recursos energéticos renovables. El proyecto mem6 En el año 2007, luego de realizar los correspondientes estudios sobre el estado del arte de la tecnología eólica, el iie emprendió el desarrollo de un aerogenerador de 1.2 mw, con características de diseño aptas para operar de manera confiable y eficiente en condiciones de vientos intensos, como los que prevalecen en La Ventosa, Oaxaca. A este proyecto se le conoce como “Proyecto mem”, y es parte de una iniciativa del iie más amplia que incluye la creación de la cadena de valor eólica en México, y la prueba de aerogeneradores Clase I en el certe. El aerogenerador en desarrollo consiste en una turbina de eje horizontal, de velocidad variable y sistema de orientación activa, rotor de tres aspas de 60 metros de diámetro, tren de potencia modular con caja de engranes, generador eléctrico síncrono de alta velocidad, y convertidos ca-cd-ca de potencia completa. Para su desarrollo se integró un equipo de trabajo en asociación con el Centro conacyt de Alta Tecnología (ciateq), al cual se le enroló en un programa de capacitación sobre técnicas avanzadas para el diseño de aerogeneradores modernos; se adquirieron las herramientas de software necesarias para el caso y, con el apoyo de asesores internacionales, se elaboró el concepto de diseño y las especificaciones generales del aerogenerador y sus componentes. En noviembre de 2009 el Comité Técnico y de Administración del Fondo sener-conacyt Sustentabilidad Energética aprobó un proyecto para la construcción del prototipo del aerogenerador de 1.2 mw, que el iie había presentado dentro de la primera convocatoria del Fondo, lo que trajo financiamiento fresco para continuar con los trabajos de ingeniería del prototipo. El costo de los trabajos previos fue cubierto con fondos propios del iie y del ciateq. Con el propósito de cubrir el requisito de vinculación con la industria, establecido en las reglas del Fondo, se invitó a varias empresas a participar en el proyecto, siendo la empresa RuhrPumpen, perteneciente al grupo empresarial regiomontano Corporación eg, la que accedió a participar en el desarrollo del prototipo. Actualmente se tiene concluida la ingeniería básica del aerogenerador, se cuenta con las especificaciones de todos sus componentes y subsistemas, y se avanza en la identificación de empresas nacionales con capacidades para el 6 http://www.iie.org.mx/proyectoMEM/inicio.htm suministro de los insumos necesarios para la construcción del prototipo y posterior fabricación en serie del aerogenerador. Al mismo tiempo, se realizan las gestiones necesarias ante el Fondo sener-conacyt Sustentabilidad Energética con el propósito de asegurar recursos económicos para la construcción del prototipo. De particular importancia resulta el interés, tanto del Banco Interamericano de Desarrollo (bid) como de Nacional Financiera (nafin), en apoyar las etapas posteriores a la construcción del prototipo, tendientes a establecer una industria eólica en México. El proyecto mem ha sido un ejercicio valioso que ha tenido hasta ahora resultados importantes, incluyendo la creación de un grupo interinstitucional de profesionales capacitados en el diseño de aerogeneradores, la asimilación de la normatividad y las mejores prácticas internacionales para este propósito, la consolidación de un consorcio entre centros de investigación y empresa privada, y el desarrollo de una plataforma tecnológica que facilitará el desarrollo de una familia de aerogeneradores con diseño orientado a la seguridad, la confiabilidad, larga vida útil y “amigables” con la red eléctrica. Comentarios finales El impulso que –convenio de por medio con el gobierno del estado de Oaxaca desde hace diez años– iniciara el iie para el desarrollo del corredor eólico del Istmo de Tehuantepec, empezó a materializarse en 2007 con la construcción de la central eólica llamada La Venta II. Fue un proyecto de 83 mw de capacidad que la Comisión Federal de Electricidad asignó a la empresa española Gamesa Eólica. A éste le han seguido otros proyectos, por tanto, a la fecha de escribir el presente texto se tenían instalados en La Ventosa, Oaxaca, poco más de 500 mw en centrales eólicas y había algo más de 500 mw de proyectos en distintas etapas de construcción en esa zona. El Programa Especial para el Aprovechamiento de Energías Renovables,7 derivado de la laerfte, establece como meta para el año 2012 que la capacidad eólica instalada en México ha de representar el 4.34% de la capacidad total de generación eléctrica del país (poco más de 51 000 mw a mediados de 2011), en tanto que la Asociación Mexicana de Energía Eólica (amdee) reportaba ya para fines de 2011 un registro con casi 6 800 mw en proyectos eólicos construidos, en construcción, o en distintas etapas de desarrollo; la mayoría de ellos en la zona de La Ventosa, aunque con una proyección creciente en el estado de Baja California.8 El horizonte nacional en cuanto a capacidad instalada en centrales eólicas es halagüeño; sin embargo, hasta ahora todas las centrales construidas o en proceso de construcción en México se basan en el uso de tecnología importada. Esto, desde luego, resta valor al desarrollo eólico del país, ya que cerca de 75% de la inversión en una central de este tipo corresponde al costo de los aerogeneradores, lo cual significa que, tanto los empleos generados en su fabricación como 7 Programa Especial para el Aprovechamiento de Energías Renovables, Subsecretaría de Planeación Energética y Desarrollo Tecnológico, sener. 8 http://www.amdee.org/Recursos/Proyectos_en_Mexico
21 los beneficios económicos derivados de la cadena de suministro se quedan en el país de origen de la tecnología. México requiere de un cambio de modelo para su desarrollo eólico si pretende obtener el máximo beneficio de su cuantioso recurso eólico. No obstante el gran número de aerogeneradores instalados en el mundo (cerca de 240 mil mw a fines del año 2011), puede decirse que la industria eólica es aún joven. La tecnología está en constante evolución, no solamente en cuanto a la cada vez mayor potencia de las turbinas individuales, sino también en relación con la incorporación de innovaciones incrementales y de rompimiento que buscan aumentar la eficiencia y la confiabilidad de los aerogeneradores y abatir sus costos. México cuenta con la infraestructura científica, técnica, industrial y económica suficiente para convertirse en un jugador importante en el campo de la innovación eólica, pero hasta ahora, aparte de los proyectos aquí descritos, poco se ha hecho para que el país se encamine por esta ruta. Fotografía: http://www.Stockfreeimages.com © Ricardomss | Stock Free Images & Dreamstime Stock Photos
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