31 Métodos de decisión multicriterio para la transparencia y la toma de decisión participativa En dicha investigación se observó que tanto la transparencia como la decisión colaborativa son favorecidas con el uso de una herramienta que permita analizar problemas complejos de decisión. La complejidad en las decisiones que conciernen al territorio se debe a que las características biofísicas y socioeconómicas se agregan a la actividad humana (Laaravi, Chevallier y Martel, 1996; Lovet y Appleton, 2008). Una de las herramientas de análisis de problemas complejos es la Ayuda a la Decisión Multicriterio (admc), un método basado en herramientas matemáticas que tiene como objetivo comparar alternativas, elegir la que representa un mejor compromiso para todos y dar elementos de respuesta durante una toma de decisión (Chakhar y Mousseau, 2008). Para eso, la admc traduce, gracias a un algoritmo, las necesidades sociales en un marco técnico para hacer un análisis. La admc evalúa tanto características objetivas como subjetivas usando diferentes criterios, los cuales podemos definir como un factor de juicio, ligado a las preferencias de un actor (Laaribi, 2000), gracias al cual se evalúa una acción. Por lo tanto, estos criterios exigen conocer las preferencias de cada actor para así construir un sistema global que permitirá identificar las convergencias y divergencias de dichas preferencias, las cuales están fundadas en la experiencia, el juicio científico y técnico y/o los valores personales (Siddayao et al., 1993). Debido a que “ayudar a la decisión supone tomar en cuenta los valores y las preferencias de los actores en un proceso de decisión” (Roy y Bouyssou, 1993), los criterios escogidos en una negociación deben representar fielmente los valores expresados por los actores, los cuales están asociados a cuestiones sociales, económicas y ambientales. Por ejemplo, los valores concernientes al ambiente pueden representarse por un criterio “presión sobre el entorno natural”; los relativos a la economía por “rentabilidad del proyecto”, y los referentes a las preocupaciones sociales por “deterioro de la calidad de vida”. De esta manera, los criterios modelizan y estructuran el problema, lo cual permitirá analizarlo. Para lograr esto, los criterios deben respetar ciertas condiciones: ser exhaustivos, coherentes, no-redundantes y, debido a limitaciones técnicas, no exceder de un límite de 12 (ibid). Además de la identificación de los criterios, el proceso completo de la admc abarca otras etapas: la identificación de los actores implicados, la definición del problema, la ponderación de criterios, la selección de indicadores, la elaboración de la matriz de evaluación, el análisis de resultados, el análisis de sensibilidad y la toma de decisión. Aunque la admc permite construir y negociar diferentes sistemas de valores, en el caso de un proyecto de parque eólico existe otro factor que debe ser analizado: el territorio. Para analizarlo se cuenta con otra herramienta multicriterio: los Sistemas de Información Geográfica (sig), los cuales son considerados herramienta por excelencia del conocimiento y de la gestión del territorio (Malczewski, 2004), al igual que de la planificación de la producción de energía renovable (Domínguez y Amador, 2007). Los sig, que han evolucionado a la par de la tecnología informática y del concepto de desarrollo sustentable, incluyen dos aspectos. Un primer aspecto toca la tecnología; el otro, la toma de decisión. El primero comprende la realización de una base de datos con referencia espacial utilizando programas de cómputo que permitirán el registro, la actualización, la consulta, la visualización y el análisis de datos. El segundo aspecto hace referencia a la selección de soluciones de un problema que implica la gestión del territorio (Malczewski, 1999). Por ejemplo, los sig permiten contabilizar el número de casas cercanas a una turbina eólica, calcular superficies o localizar suelos susceptibles a la erosión. Sin embargo, los sig no cuentan con un mecanismo que permita integrar las preferencias de los actores (Laaribi, 2000), por lo que es necesario realizar una integración admc-sig para aprovechar, al mismo tiempo, las capacidades de ambos métodos (Laaribi, Chevalier y Martel, 1996). Esto permitirá que los criterios espaciales (por ejemplo, hidrografía, zonas de vientos, red carretera y eléctrica), identificados en la admc, sean almacenados en los sig para su subsecuente análisis (Joliveau, 2006). Esta integración admc-sig, formalmente utilizada desde 1991 (Carver, 1991), permitirá anticipar los efectos originados sobre el territorio por la ejecución de una alternativa en particular. Cuatro módulos y cuatro categorías de actores para una metodología participativa Una vez identificadas las herramientas multicriterio para la toma de decisión participativa y para la evaluación del territorio (admc y sig), es necesario también plantear el problema en función de los momentos de participación, así como de los conocimientos que están en la base de la argumentación de los diferentes sistemas de valores. Estos cuatro elementos (admc, sig, momentos de participación y conocimientos) constituirán el conjunto de condiciones que deben ser incluidas en un método que dé respuesta a las demandas de transparencia y de implicación en la toma de decisión. En primer lugar, dicho método debe ofrecer un módulo que incluya una negociación guiada a través de un proceso serio, de eficacia probada y que ofrezca la oportunidad de incluir criterios tanto cuantitativos como cualitativos para analizar todo tipo de preocupaciones posibles. En segundo lugar, el método debe contar con un módulo de análisis espacial para que los actores puedan ubicarse e identificarse en su territorio y realicen cálculos cuantitativos de criterios espaciales. En tercer lugar, dicho método debe considerar igualmente un módulo donde los actores implicados puedan situarse dentro de un contexto participativo y en momentos específicos a lo largo del proceso de diálogo y negociación.
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