Rúbricas 4

63 El texto es producto de una investigación auspiciada por el Fondo Mixto de conacyt que sale a la luz en un momento importante para la comprensión de la problemática de la habitabilidad en nuestro país, dada la relevancia que van adquiriendo las entidades urbanas en un contexto que parece que las fronteras nacionales se desdibujan para dar paso a la metrópoli como la unidad fundamental para el desarrollo de la vida individual y colectiva. Por un lado, se fortalece la posibilidad de comprender la compleja interdependencia que existe en la relación ciudad y su periferia a partir de una perspectiva que se traza desde los elementos básicos para la vida, como son el acceso al agua, el uso de suelo (más allá de su uso habitacional, como es, la producción de alimentos y su conservación) o la generación de energía. Por otro, la insoslayable tarea de investigadores, académicos, expertos y profesionales en equilibrar la relación entre desarrollo económico, bienestar social y gestión del medio ambiente para impulsar un esquema de políticas públicas que den un giro al modelo de desarrollo que, como se percibe, tiene pocas posibilidades de dar acceso a una vida digna a la mayoría de la población. Así, la ciudad sigue siendo una promesa, a pesar de las problemáticas que enfrenta. Si bien el texto no trata de un plan de desarrollo metropolitano, tiene la naturaleza para construirlo a partir de un elemento que, precisamente, los planes no contemplan y que se refiere a una normativa más horizontal y comprometida, que el libro induce a que sea modificada para hacer posible el abordaje de problemáticas que nuestro territorio y la mayoría de la población enfrenta y que, a la vez, a los tomadores de decisiones los coloca a una distancia de la realidad que puede calificarse de ingenua, en el mejor de los sentidos, para poner en marcha acciones, proyectos y programas acertados y mejor coordinados de lo que hasta ahora se ha hecho. Es un producto de investigación que promueve la acción, desde mi punto de vista urgente, bien ordenado en ocho capítulos. La primera mitad del estudio trata desde elementos conceptuales que permiten al lector entender qué expresan los autores por metropolización, hasta la caracterización de la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala. Así, en el capítulo v se plantea la problemática más compleja, desde el punto de vista de los investigadores, que es la institucionalización del concepto socioespacial que la metrópoli representa. Esto es, el reconocimiento explícito de esta entidad social y espacial, de aquello que habitantes, especialistas, gestores y políticos sabemos qué significa para la vida cotidiana la metrópoli, aunque no ha sido registrada con toda su complejidad social, económica, territorial y ambiental en las normativas vigentes. En la segunda parte se elabora una propuesta clara sobre las directrices que podrían orientar el desarrollo metropolitano bajo una perspectiva que pudiera sostener la promesa que la ciudad representa para los millones de habitantes. Al final de ella, se formula una instrumentación del proceso de planeación institucionalizado, más potente, de manera que no se pierda este esfuerzo en la pregunta de los “cómos”. En este sentido, el trabajo hace un esfuerzo importante en empatar la problemática institucional que viven otras áreas metropolitanas de nuestro país como la de Puebla-Tlaxcala, de manera que el estudio de este caso puede aportar algunas pistas para otras regiones y, al mismo tiempo, retomar la experiencia que se va teniendo de otras ciudades. Hay que reconocer la bibliografía en la que se basa el estudio, particularmente la que se refiere a la experiencia de Alfonso Iracheta, a la cual habrá que ir agregando otros escritos e investigaciones que podrían enriquecer el aporte de los autores de esta obra. Aquí queda una tarea importante para universidades, centros de investigación y observatorios urbanos y sociales, quienes tendrán que articularse mejor para hacer aportes significativos en el conocimiento de la realidad, pero, sobre todo, deberán ser capaces de impactar en la generación de políticas públicas mejor orientadas para el desarrollo social y ambiental. Destaca desde el Prólogo –elaborado por Francisco Vélez Pliego– la relevancia que tiene la actualización del marco institucional para poder dar certeza a los procesos de planeación metropolitana. Desafío fundamental para el desarrollo de nuestro país en el presente siglo. Se trata, desde mi punto de vista, de abrir las fronteras –medievales– que implica la actual división político/administrativa para entrar en una fase de cooperación institucionalizada que mejore sustantivamente la calidad de vida de quienes habitamos en zonas metropolitanas y, por otra parte, resolver la gobernanza de millones de habitantes, así como la gestión de recursos territoriales estratégicos de México. En este sentido, una premisa fundamental propuesta para la gobernanza de esta zona y su ordenamiento es que si no hay un gobierno que conduzca y oriente los esfuerzos de todos los actores sociales, el futuro es el desierto: dejar hacer, dejar pasar; poco gobierno y mucha libertad de acción. Aparece un elemento en la presentación de este trabajo y se refiere a la distancia con instituciones de Tlaxcala –particularmente El Colegio de Tlaxcala– en el desarrollo del estudio. Esto se refiere también al modo en que se conceptualiza y actúa en este territorio: aparentemente, Tlaxcala es pequeña frente a la dimensión de Puebla. Es necesario revisar este concepto para revalorar la aportación de la población y el territorio tlaxcalteca, de donde se extrae mucho y se retribuye poco. El contexto La más reciente delimitación de zonas metropolitanas de sedesol, conapo e inegi identificó 56 de estas zonas en nuestro país, en donde viven 57.9 millones de habitantes (conforme a datos del Censo de Población y Vivienda del año 2000) con una tasa de crecimiento anual de 1.5% medio punto arriba del promedio nacional y un punto mayor

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