28 Primavera-verano 2013 cada persona. Aunque la contradicción nunca se resolvió, la insistencia conductista en la posibilidad de aprender y reaprender fue, y sigue siendo, liberadora de las cargas traumáticas del pasado. La posibilidad de mirar hacia el futuro y superar el pasado es algo que todos los conductistas daban por hecho. Esta liberación del pasado ha permeado en disciplinas como el Coaching y en mucha literatura de autoayuda. El moderno enfoque de capacitación y educación por competencias haría sentir reinvindicados a los primeros conductistas que propusieron aplicar los principios del aprendizaje a la educación formal. Prácticamente no hay nada en las propuestas de educación por competencias que no estuviera ya en los textos de Thorndike (1932), de F. S. Keller (1899-1996), de S. Bijou (1908-2009) sobre desarrollo infantil (1967), o de M. Wolf (1935-2004) sobre el niño autista (1964). En el lado negativo habría que poner la insistencia conductista en el determinismo para explicar el comportamiento. La mayoría de los conductistas habrían coincidido en que las personas tienen poco mérito y poca culpa por sus acciones. Tenderían a estar de acuerdo con la afirmación de que actuamos determinados por las circunstancias. Esto último es uno de los principios centrales de Beyond Freedom and Dignity (2002) que permite entender el rechazo que tuvo esa obra. Actualmente hay una gran variedad de nuevos desarrollos y puntos de vista para estudiar el comportamiento. Podemos contar con la “psicología evolucionista” (Likaszewski and Roney, 2011) no exenta de controversias; la “economía conductual” (Kahneman and Diener, 2002) que estudia la manera en que las personas toman decisiones económicas; el gran desarrollo traído por el auge de las neurociencias que han modificado casi todo lo que sabíamos acerca del funcionamiento del sistema nervioso central y su relación con la conducta; los efectos de Priming que se refieren a la manera en que el haber estado en contacto con un estímulo influye en las reacciones a un segundo estímulo; la “cognición corpórea” (embodied cognition) que estudia cómo nuestro lenguaje y nuestros conocimientos se sustentan en nuestras habilidades motoras y perceptuales. Después de La larga noche conductista, la psicología se ha vuelto cada vez más interesante. Referencias Alcaraz, V. y A. Bouzas (1998). Las aportaciones mexicanas a la psicología. México, D.F.:unam. Bijou, S. W. and D. M. Baer (eds.1967). 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