Rúbricas 5

57 En torno al comportamiento alimentario, convergen disciplinas como la nutrición y la psicología para responder a incógnitas como ¿por qué comemos lo que comemos?, ¿por qué hay tantas personas haciendo dieta?, ¿por qué la comida y el peso están en el centro de muchos problemas? Las respuestas a estas interrogantes se relacionan con la forma de aprender una conducta. En primer término habrá que revisar los factores internos o externos que facilitan el aprendizaje de hábitos, para orientar la conducta alimentaria; uno de ellos es la motivación personal, la cual se vincula con nuestros recuerdos, imágenes y creencias. Cuando pensamos en “no puedo dejar de comer”, “es horrible hacer ejercicio”, “nunca podré bajar de peso”, nos sentiremos desmotivados para lograr cambios en el comportamiento. Dichas frases son autoderrotistas, pensadas en cómo desearíamos “ser”y no en lo que podemos “hacer”. Por lo anterior, en lugar de pensar “nunca bajaré de peso”, lo deseable sería cambiar el “nunca” por “hoy”, y el “bajaré de peso” por “comeré de postre unas ricas uvas”; así la frase “hoy comeré de postre unas ricas uvas” resulta un pensamiento más realista. Otro aspecto a considerar es la influencia de los factores externos, que actúan como detonantes o facilitadores del comportamiento, como es el caso de encontrar en cada esquina comida chatarra, tener la alacena llena de golosinas, ver el reloj y pensar que es hora de comer, percibir el aroma de unos tacos y escuchar el celofán de una bolsa de papas fritas; además de lo atractivo y convincente de la publicidad. Por otro lado, imitar la actitud que tienen los padres ante ciertos alimentos favorece que se repitan comportamientos, al ser considerados “normales”. En cuanto a las respuestas fisiológicas aversivas, como es el caso de las náuseas o malestares gastrointestinales ante ciertos alimentos, podrían generar un rechazo hacia los sabores y consistencia de éstos. Finalmente, beber y comer representan elementos insustituibles de las celebraciones, modo de ahogar las penas, expresión de afecto, recompensa, situación para arreglar negocios, entre otros; por lo que no es extraño escuchar expresiones como las siguientes: “si comes verduras te daré un postre”, “cuando estoy nerviosa necesito comer algo dulce”, “las penas con pan son menos” y “un café para acompañar el cigarro”. Por lo antes expuesto, a través de este artículo se abordarán una serie de experiencias en el trabajo de los nutriólogos y su relación con aspectos de la psicología del aprendizaje que repercuten en los estilos de alimentación, en niños y adultos con sobrepeso y obesidad, así como la enseñanza del manejo de la diabetes. Trabajo en conjunto En México, la epidemia de sobrepeso y obesidad registró una elevada tasa de crecimiento a partir de 1998 en la población infantil, lo que se ha traducido también en una alta prevalencia de dichas enfermedades en niños y adolescentes entre 5 y 11 años de edad. (Secretaría de Salud, 2010). Asimismo, existe una asociación positiva entre el sobrepeso y la obesidad infantil y el desarrollo de enfermedades crónicas degenerativas en la adolescencia y edad adulta, lo cual implica que hay una alta probabilidad de que los niños en dicha condición padezcan a temprana edad enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, derrames cerebrales, determinados tipos de cáncer y trastornos músculo-esqueléticos; situación que pone en riesgo la esperanza y calidad de vida (Colomer, 2005). El panorama no es alentador, pero además es importante considerar que la obesidad es una enfermedad de origen multifactorial en la que se involucran factores genéticos, metabólicos, psicológicos, sociales, culturales y ambientales; mismos que habría que tomar en cuenta para el manejo y tratamiento nutricional de los pacientes en esta condición. Existen diversas estrategias propuestas por la Organización Mundial de la Salud, la Asociación Americana de Dietética, la Secretaría de Salud, el Instituto Nacional de Salud Pública, etc., para el manejo del paciente pediátrico con sobrepeso y obesidad; todas tienen como común denominador la intervención multidisciplinaria para poder combatir el problema. El trabajo en conjunto con especialistas de otras áreas resulta fundamental Beatriz Abundis Vargas Coordinadora de la licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, Departamento de Ciencias de la Salud, uia Puebla Cecilia Salgado Gómeza Directora del Departamento de Ciencias de la Salud, uia Puebla Claudia Rodríguez Hernández Académica de Tiempo. Responsable de la Clínica de Nutrición, Departamento de Ciencias de la Salud, uia Puebla Mónica Lorena Palafox Guarnero Académica de Tiempo de la licenciatura y posgrado en Psicología, Departamento de Ciencias de la Salud, uia Puebla EXPERIENCIAS EN EL TRABAJO INTERDISCIPLINARIO: PSICOLOGÍA y NUTR ICIÓN

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