Rúbricas 6

5 P resentación Economía social y solidaria en México Algo no funciona bien en el mundo, pues el signo de nuestros tiempos es la crisis: Crisis medioambiental, dado el uso irracional de nuestros recursos y el consumismo exacerbado como estilo de vida; crisis de las instituciones democráticas y de los sistemas políticos al carecer de credibilidad por la mancha de la corrupción y la deshonestidad; crisis social, debido al reparto inequitativo de la riqueza y a las estructuras geopolíticas que generan pobreza, exclusión y violencia; crisis de empleo, ocasionada por el sistema neoliberal y su ineficacia para la creación de condiciones más justas para todos; crisis global, debido a los grandes sistemas de poder con sus decisiones unilaterales, sus intereses económicos y sus alianzas estratégicas que sólo buscan sus propios fines; crisis de valores, dentro de un ambiente de franca indiferencia, individualismo y pragmatismo utilitarista; y finalmente, crisis económica, marcada por desaceleraciones y recesiones, frutos de la incapacidad de los gobiernos para conducir con éxito nuestra economía hacia el crecimiento, desarrollo y bienestar de las mayorías. Es evidente que los modelos y las estructuras actuales han fracasado, pues en su misma esencia yace la injusticia social que se anida en la forma neoliberal como se genera la riqueza y en el sistema de distribución que de ahí se desprende. Por ende, si no atacamos los cimientos del mismo sistema productivo, por más que se hagan obras de beneficencia o programas gubernamentales “de solidaridad”, la pobreza y la exclusión seguirán siendo el estigma que marcará los países del 3° y 4° mundo. Así pues, ¿cuál puede ser el faro que alumbre un nuevo horizonte? ¿Desde dónde podremos construir nuevos sistemas que ayuden a resolver los desafíos que ponen en riesgo, incluso, la propia vida humana? Aparentemente no hay salida o, si hubiera alguna, no parece sencilla. Sin embargo, en medio de este panorama oscuro, también se van vislumbrando algunas claridades. “La realidad siempre da de sí”, con tal de que sepamos –como afirmaba Ellacuría– captar sus posibilidades y actualizarlas mediante la construcción de nuevos modelos, exigiendo a la inteligencia que también ella “dé de sí”. Por eso, y aunque actualmente sea una alternativa relativamente modesta, otro modo va siendo posible; otras vías se van encontrando y podemos afirmar que se está roturando un camino de esperanza. Hoy empezamos a ser testigos de una propuesta que afortunadamente se está erigiendo con gran solidez frente a la lógica capitalista neoliberal. Y a diferencia de ésta que –como hemos subrayado–, ha demostrado su ineficiencia, las nuevas alternativas cuentan cada vez más sus casos de éxito. Así, se habla de una economía social y solidaria que no sólo pretende ofrecer soluciones a los retos actuales, sino además, está abriendo la posibilidad de recuperar una sociedad en la que todos colaboren desde relaciones humanas justas, respetuosas y fraternas, demostrando que el éxito empresarial no se contrapone a la solidaridad y la equidad. De ahí la gran oportunidad que está surgiendo de esta forma de producción justamente llamada Economía social, en contraposición a los sistemas que han

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3