62 Otoño 2012 #YoSoy132 Mónica Cuétara Estudiante de la Universidad Iberoamericana Puebla Hablar sobre el movimiento #YoSoy132 es hablar de México. De un México que está harto de la imposición de poder de un sector pequeño de nuestro de país que controla y manipula la información desde hace muchos años. Siempre había escuchado a los profesores, a nuestros padres o a personas mayores que nos decían que los jóvenes teníamos en nuestras manos el cambio y la transformación del país, pero no nos habían dicho cómo. Hoy con la libertad y frescura que caracteriza nuestra edad, encontramos la manera de ser escuchados: gritando, saliendo a las calles y dándole voz a todos aquellos que han sido víctimas de la corrupción estructural que tienen nuestros gobiernos, aquellos que han sido callados y reprimidos por la prostitución mediática coludida con los poderosos. México está despertando y lo está haciendo gracias a nosotros, universitarios y universitarias conscientes y pensantes, críticos y conocedores de la realidad que vive nuestro país. En Puebla, bastaron 4 días para que un grupo aproximadamente de 20 jóvenes de diferentes universidades nos reuniéramos, nos fusionáramos en una misma lucha y comenzáramos a organizar la marcha #YoSoy132 Puebla. Como grupo organizador no estábamos seguros de la convocatoria que tendría esta marcha, aún no veíamos la fuerza de las redes sociales que hoy sabemos que son nuestras herramientas más importantes. Aproximadamente 5 000 jóvenes acompañados de algunos adultos y niños fueron los participantes de esta marcha que ha hecho historia en la ciudad. Nuestro deseo como ciudadanos de tener medios de comunicación libres y no prostituidos se vio reflejado en gritos, aplausos, brincos, alegría y también rabia durante las 3 horas y media que caminamos para entregar nuestro comunicado a la oem (Organización Editorial Mexicana) y a las televisoras Tv Azteca y Televisa. Esta marcha pacífica y plural significó para nosotros el comienzo de una nueva etapa, la de la conciencia social y la información. Como joven que se identifica con el movimiento #YoSoy132 vivo de diferente manera este momento de la historia en tres aspectos de mi vida: como ciudadana, como estudiante de una universidad jesuita y como persona. En este 2012, más que nunca, estoy convencida de que la participación ciudadana es nuestra herramienta para cambiar el rumbo del país, que se necesita ser ciudadanos responsables con el pueblo de México, informarse, conocer la historia, experimentarla en la realidad propia para tomar una postura crítica y libre. Es importante darnos cuenta de que nuestra participación política puede darle un rumbo diferente a nuestro país y específicamente a las próximas elecciones. Estamos en un momento histórico en el que no podemos ser sordos a los gritos de dolor de tanta gente que es silenciada y tampoco podemos serlo ante los gritos de esperanza que hoy los jóvenes queremos llevar a todos los sectores. Como ciudadana me comprometo y me responsabilizo ante esta realidad que tanto nos duele a todos y todas. Como estudiante, específicamente de una universidad jesuita, me siento orgullosa de mis compañeros que asistieron a la marcha, de mis maestros que, convencidos de lo que han hecho durante su vocación marcharon con nosotros el pasado miércoles y de la filosofía que desde hace muchos años nos regaló Ignacio de Loyola y que hoy se ve reflejada en muchos jóvenes estudiantes. Reconozco y valoro el esfuerzo que se ha hecho por formarnos como personas que pueden construir un país mejor con base en la justicia, la paz, los derechos humanos, el amor y la dignidad y agradezco a cada uno de ellos por sus enseñanzas y sus pisadas firmes junto a las nuestras. Por último, como persona, puedo decir que me siento feliz por verme acompañada de tantos jóvenes (y no tan jóvenes) en toda la República que quieren un cambio, que sueñan con un México mejor y que lo demuestran en la calle donde, parafraseando a Mario Benedetti, codo a codo somos muchos más que 132.
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