65 Aquella tarde de documental también nos demostró que la habilidad de convocatoria del movimiento, por lo que simbolizaba, era muy grande, y que teníamos en las manos el poder simbólico ante la sociedad. Gente con hambre de conocimiento e información, compañeros, vecinos, papas, elotes y esquites acompañaron aquella velada en la que el motivo principal de tertulia fue sólo uno: la verdad. Sucesivas reuniones de muchas horas, comunicaciones interminables vía redes sociales y por teléfono nos fueron desvelando el panorama y el contexto en que nos encontrábamos. Miedo latente en los rostros de muchos, preocupación en el de otros, valentía en el de casi todos. La inminencia de ataques y amenazas como tabú, el peligro y miedo constante a una represión. Todo esto fue parte de la vida inicial del movimiento, que estuvo expuesto, al igual que todo movimiento social, desde su génesis al peligro de la brutal fuerza del Estado; lamentablemente, pocos nos dimos cuenta de que dicho peligro siempre existió y que las afrentas eran inminentes, hasta que comenzaron, de manera casi secreta, a suceder. Aun así, un movimiento no sólo son macanas, marchas y consignas; en la vida interna y cotidiana de #YoSoy132 existen y coexisten muchas formas de convivencia, no sólo la de la democracia y la lucha social. Existen amigos entrañables y hermanos de lucha social, como lo son Mónica y Mariana, y también compañeras admirables como Lizbeth o Azela; gente con la que vale la pena luchar y, como ellas, muchos otros más. De este modo, el domingo 3 de junio, nos propusimos la meta de reclutar gente comprometida, exponiendo varios proyectos interesantes como Barrio #132 o Informarte ante la sociedad en Puebla, y convocamos a una asamblea en el Paseo Bravo para ese día por la tarde. La falta de logística y organización correcta impidió la difusión masiva del evento, pero aun así, comenzaron los diálogos con la población y con otras universidades diferentes a la composición plural que hasta el momento ha tenido el comité de #132, conformado por la comunidad estudiantil de la Ibero, la udlap, la umad, la Anáhuac y la eldp. El evento hizo posible una visión más amplia del panorama al mandarnos a la realidad de lo que la falta de organización puede generar. Entre discursos, disertaciones e incluso pronunciamientos cómicos sobre tesoros y profecías, pasó nuestro evento. La necesidad de una mayor concentración de estudiantes y de una mayor democracia logró, el lunes 4 de junio, algo que hasta hace poco no hubiera sido posible: la inclusión de gran parte de estudiantes de la comunidad de la Universidad Iberoamericana Puebla al movimiento #YoSoy132 por medio de la Asamblea General Universitaria, que se realizó en el Auditorio Manuel Acévez sj y que contó con una amplia participación en cuanto a debate ideológico y político, propuestas de acción y democracia. La asamblea, a pesar de la inexperiencia de la mesa de debates y de las múltiples trabas en su desarrollo, se constituyó de manera exitosa eligiendo a los tres representantes interuniversitarios y convocando a una segunda asamblea para generar planes de acción. El miércoles 6 de junio vio la luz esa segunda asamblea, que de manera democrática, salvó el punto ríspido sobre la postura respecto al candidato del pri, suscribiéndose al Manifiesto redactado en la capital, manteniendo el nombre de Peña Nieto en dicho documento, dado aquello que significa hoy, según manifestó la propia asamblea. Esta decisión fue claramente una muestra de coherencia y de conocimiento de la realidad histórica por parte de la comunidad que integró la asamblea. Comprometidos con la contienda electoral, aun manteniendo una posición de clara tibieza frente al pri y su candidato, movimiento y comité organizaron un magno evento en el zócalo, en el que pretendimos una demostración de arte y cultura mediante el teatro, la música y la libre expresión, para culminar con la transmisión del debate presidencial. La unidad de todos los participantes fue admirable, aun con los rumores de porros del pri y de grupos de choque. El evento fue un éxito, con la participación admirable de Alexa, Azela, Lizbeth y muchos más, que con su talento artístico manifestaron aquello que el movimiento quiere: la verdad mediante la paz. El ánimo inyectado a las venas de #YoSoy132 Puebla por el éxito de este evento nos ha mantenido en la unidad. Hemos ido sorteando juntos los ataques del enemigo que está en pos de desprestigiarnos como movimiento nacional, con fracturas como la de Generación mx, con represión como en Tlalnepantla, con mentiras como en Tepeaca y con descalificaciones emanadas de sus propios adeptos. Hoy nosotros sabemos el difícil camino que conlleva un movimiento social de lucha alegre y digna rebeldía, y hemos ido creciendo como grupo unido, conociéndonos muchas veces y desconociéndonos otras. Pero siempre conscientes de nuestro papel en la historia y sabedores de aquello que el gran luchador Lucio Cabañas dijo alguna vez: “Desgraciados los pueblos donde la juventud no haga temblar al mundo y los estudiantes se mantengan sumisos ante el tirano”. Hoy sabemos que podemos oponernos ante el tirano porque ya no tenemos miedo y no hemos de tener miedo nunca más.
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