Rúbricas Número Especial 2

26 Número especial, otoño 2013 está pasando con las expresiones editoriales, plásticas y musicales de los jóvenes. Parece una obviedad, pero quién quiere entrar al Canal 2 o al Canal 13 cuando tiene youtube. Casi un año después, los medios seguimos sin entender cómo abordar los casos protagonizados por los jóvenes. Hay conductas que son reprobables: causar destrozos directos y deliberados, por ejemplo, el día 1 de diciembre. O tomar con violencia oficinas del cch de la unam. Pero la respuesta no puede ser la irreflexión, o el legalismo a ultranza. Hay que ir con más tiento. Las imágenes de la violencia contra locales privados y espacios públicos no fueron hechas por “los jóvenes” así, en general. Como tampoco fueron “los jóvenes”, así en general, los que violentaron el cch. Ya vimos que la policía del Distrito Federal, y de Jalisco, tiene una propensión a “agárrenlos en caliente y luego veriguamos”. Creo que hay que hacer un reconocimiento a las voces que pidieron ir más despacio, a las que demandaron revisar caso por caso, a las que buscaron que no se generalizara. Y a autoridades que fueron pacientes, como el rector de la unam, José Narro, que agotaron todo antes de recurrir al legalismo. Reitero: el único lujo que no podemos darnos es el de no tratar de entender. El de una vez más parecer priistas que creen que las escaleras al futuro, que alguna vez mal que bien existieron en la educación y el trabajo, hoy no existen más. Porque es de risa triste que digamos que tal o cual joven que está demandando negociar no ha terminado la universidad o debe materias, o lleva muchos años en la carrera. ¿Acaso tiene alguien la calidad moral para sostener de frente a uno de esos jóvenes una frase que diga: corre, anda, termina en tiempo récord tu instrucción universitaria, que está esperándote, en términos generales, un empleo de tres o cuatro salarios mínimos, o uno no remunerado, o el subempleo o el desempleo? Concluyo. Es una buena noticia la reforma que en parte han provocado ustedes, los jóvenes. Buena porque hace ver que los políticos sí les temen, sí saben que no pueden permitirse una insurrección juvenil. Y buena porque dará más herramientas a un futuro que sólo ustedes saben cómo ha de ser construido. Algunos de nosotros podremos reseñar la manera en que construyen ese futuro, mientras otros, quizá, nos quedaremos esperando que nos digan qué quieren, sin saber que estaremos para siempre rebasados en nuestras preguntas tan priistas, tan siglo xx. Algunos de nosotros podremos quedaremos esperando en nuestras preguntas tan priistas

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