Rúbricas Número Especial 2

74 Número especial, otoño 2013 Estilo, disfraz, género y performatividad En Resistance throught rituals (Hall8), los autores partían de la premisa fundamental de que el estilo podía ser leído empleando el concepto gramsciano de la hegemonía, interpretando la sucesión de estilos culturales juveniles como formas simbólicas de resistencia, que fue característico del periodo de la posguerra. Pero ¿podríamos afirmar que la práctica cosplay y crossplay son subversivas?, ¿o será que el marco sobre la hegemonía ha sido rebasado? ¿En qué contextos podría ser la práctica crossplay subversiva?, ¿de qué manera contribuye a pensar la identidad sexual al crossplayer?, ¿de qué múltiples maneras impacta esta práctica en diferentes contextos? Judith Butler9 se opone a plantear juicios sobre la distinción entre subversivo y no subversivo, pues considera que éstos no pueden formularse de manera que soporten el paso del tiempo. Subraya la importancia del “contexto”, entendido como unidades postuladas que experimentan cambios temporales y revelan su falta de unidad esencial. Es importante recalcar que existe una distancia considerable de tiempo y espacio entre las prácticas de estilo de posguerra y las prácticas cosplay y crossplay. 8 Hall, Stuart y Tony Jeferson (eds.) (1976). Resistance through Rituals. Youth subcultures in post-war Britain. Routledge, London/New York. 9 Butler, J. (2007). Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity. Paidós, Barcelona. Sobre las prácticas subversivas, Butler10 nos advierte que, al igual que las metáforas, corren el riesgo de perder su carácter metafórico en la medida que éstas se consolidan como conceptos con el tiempo, convirtiéndose en clichés adormecedores con base en repetirlas, por lo que la subversión corre el riesgo de convertirse en un valor de mercado. Y si es así, ¿qué relación tiene este valor de mercado con la práctica?, ¿cómo se asume por los cosplayers y los crossplayers? Judith Halberstam11 hace la observación en torno a los pocos estudios que hay sobre chicas fuera de posturas heteronormativas. Los estudios, especialmente en subculturas, están relacionados a las prácticas de consumo musical donde las mujeres se ven como una extensión de un mundo masculino. El posicionamiento de Halberstam, desde dentro de las subculturas queer, sirve para enfilar este proyecto de investigación con la finalidad de ofrecer otro posicionamiento a los entendimientos de las subculturas basadas en el estilo, y problematizarlo en el tema de género y performatividad. Para exponer los temas relacionados con la idea de identidad y su relación con la sexualidad: reflexionar sobre la lógica heteronormativa, la idea normatividad, original y copia, subversión y disputa de autenticidad. Halberstam sugiere tomar en cuenta los siguientes elementos: • Repensar la relación entre teóricos y participantes subculturales. Implica para esta investigación: tener en cuenta la relación investigador y sujetos informantes así como el posicionamiento del investigador. • Numerosas son las teorías subculturales creadas para describir y explicar las actividades masculinas heterosexuales en adolescentes y que son ajustadas sólo cuando la actividad femenina heterosexual adolescente entra en foco. Trascender el foco sobre lo masculino para iluminar a los personajes femeninos y de diversidad sexual, o bien queer. • La naturaleza de la actividad subcultura queer requiere una teoría matizada de archivos y archivamiento. ¿Cómo se puede plantear este punto desde las prácticas cosplay y crossplay? El constante archivamiento que cosplayers y crossplayers plasman en imágenes para tener documentos que registren sus trajes, caracterizaciones, e incluso la organización de paseos por diversos parques, específicamente para hacer fotos del grupo. 10 Ibídem. 11 Halberstam, J. (2004). In a queer time & place. Transgender bodies, subcultural lives. New York University Press, N.Y. Cosplay en el XVIII salón del manga de Barcelona en 2012. Foto: Chispillatronik

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