Rúbricas Número Especial 3

74 Otoño 2014 Lourdes Pérez Oseguera Programa Género y VIH Desde el Programa de Género, nuestro compromiso se ha enfocado en la tarea de erradicar mitos y estereotipos de género que repercuten de forma negativa en la vida de muchas mujeres. Nuestra universidad tiene ese compromiso, además, creemos que de una institución educativa es lo que se espera: la promoción y difusión de valores en consonancia con el respeto y la dignidad del ser humano. No sólo apostamos al trabajo dentro de nuestras aulas, sino que pretendemos que trascienda de los espacios universitarios y llegue a otros sectores de la sociedad. Desde sus inicios, el Programa Universitario de Género ha asumido el reto de vincular la academia con la realidad social desde una perspectiva de género, de derechos humanos y, posteriormente, de acceso a la justicia para las mujeres que viven en situación de violencia. Por esto, en 2009, con la participación de académicas y ex alumnas de la Especialidad en Prevención de Violencia Familiar (epvf) de la uia Puebla, fundamos el Observatorio de Violencia Social y de Género de la ciudad de Puebla (ovsg-Puebla). Desde el año 2010 iniciamos nuestro trabajo y colaboración con el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría sj. En Puebla, como en casi todos los rincones de nuestro país, existe una violación sistemática de los derechos humanos y, particularmente, de los derechos de las mujeres. Si bien hay un avance en materia legal y de reconocimiento de igualdad entre hombres y mujeres, la violencia contra ellas ha cobrado la vida de 6.4 mujeres cada día en nuestro país, según Informe de Premios Nobel (La Redacción, 2013). Puebla no es la excepción, en los últimos tres años se han cometido más de 136 asesinatos dolosos contra mujeres en edades entre 10 y 80 años (Rangel, 2013). Apenas en noviembre del año pasado, se incorporó el concepto de feminicidio en la legislación poblana. Precisamente en 2014, estamos cumpliendo veinte años de la Convención de Belem Do Pará y, por lo que sucede en nuestro país, parece ser más una promesa por cumplir, puesto que la violencia es la realidad que viven a diario muchas niñas, adolescentes y adultas por el único hecho de ser mujeres. Las luchas que asumimos a la hora de trabajar para la erradicación de la violencia contra las mujeres son enormes. Vivimos en un estado de contrastes, de mucha pobreza y desigualdades, donde esta problemática tiene raíces históricas muy profundas y arraigadas en la cultura que prevalece en la sociedad. No es sólo en las zonas más pobres y vulnerables del estado de Puebla, como son la Sierra Norte, Sierra Negra y zona Mixteca, donde la violencia contra las mujeres es el pan de cada día; en todos los rincones del estado prevalece esta situación; la ciudad de Puebla es donde se registran más casos. Hay muchas tareas pendientes para erradicar la violencia contra las mujeres, asumimos ese desafío desde nuestra universidad jesuita: colaborar en la construcción de un mundo mejor para todas y todos. Por esto, seguiremos apostando por el trabajo y las acciones que contrarresten las diversas formas de discriminación contra las mujeres; faciliten el acceso a la justicia y podamos hacer realidad nuestro sueño: que todas las niñas y mujeres vivan una vida libre de violencia. DESDE SUS INICIOS, EL PROGRAMA UNIVERSITARIO DE GÉNERO HA ASUMIDO EL RETO DE VINCULAR LA ACADEMIA CON LA REALIDAD SOCIAL DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO,DE DERECHOS HUMANOS

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