Ante la erosión de los ejes rectores que daban sentido al mundo “social”, los referentes que actualmente avalan los programas políticos y las razones económicas, y que determinan las orientaciones personales y colectivas, se muestran no sólo insuficientes para dar cuenta de la realidad y de sus posibilidades, para explicarla y transformarla, sino francamente contraproducentes para enfrentar el gran dilema civilizatorio en el que la humanidad está inmersa. Óscar Soto Badillo
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