Rúbricas 1

22 primavera - Verano 2011 comercio y tan inmersa en nuestra vida social mesoamericana.3 En esos mismos 20 años, y también para no ir más atrás, en la frontera sur de México se ha establecido un alto número de vías de acceso informal que nutre la vida social de ese entorno binacional con Guatemala. En 2009 se contabilizaban 400 vías peatonales y 30 vehiculares, frente al total de 10 puertos de la autoridad pública mexicana. Desde cierta perspectiva, se puede decir que existe poca presencia de las instituciones gubernamentales y mucha dinámica social. Y eso no necesariamente es negativo, al menos no en todos los aspectos. Los vínculos principales de México con Centroamérica no pasan por la macro economía, pero sí por el comercio a baja escala y la vida social regional; si se buscan antecedentes históricos de ese intercambio y vida sociales es posible remontarse a tiempos prehispánicos para encontrar sustento a esa trayectoria. Ese tejido social, construido en un largo proceso de convivencia, hoy recibe el flagelo de la trata de niñas, adolescentes y mujeres de origen centroamericano para la explotación sexual, principalmente, y la afectación de trata laboral que golpea más a niños, adolescentes y hombres, sin excluir a sus acompañantes mujeres, igualmente todos de Centroamérica,4 aunque si se toman en cuenta flujos migratorios internos entonces habría que incluir a quienes de distintas partes del sur sureste mexicano son enviados a los centros turísticos construidos o en construcción a satisfacer las demandas sexuales y laborales. Si, por ejemplo, se estableciera un programa de educación básica para niños migrantes en localidades fronterizas del sur, lo que es factible a la luz de la experiencia mexicana en educación a niños migrantes en labores agrícolas que se aplica en el norte, sin duda se reduciría el factor riesgo de ese grupo social. Y, si en convenio con Guatemala uno de esos programas (el que le competiera) se vinculara de manera específica con localidades del occidente guatemalteco, de donde procede la mayoría de esa población migrante internacional, entonces el alcance de dicha acción binacional sería de mayor beneficio social, a la vez que daría a ambas naciones mayor fortaleza en el entorno social que comparten. Esas medidas, por otra parte, podrían encontrar en la Conferencia Regional de Migración, que sesiona a mediados de 2010 en México, un vehículo que amplifique su alcance, en tanto que en el flujo migratorio regional participan también personas provenientes de otros Estados miembros de la Conferencia. No escapa a esta reflexión el hecho que en el pasado ya la Conferencia ha abordado y tomado acuerdos en materia de trata; lo que indico es la posibilidad de que se avance, más cuando hay elementos para hacerlo, y más 3 Véase, del autor, “Mesoamérica. El Sur Mexicano y Centroamérica, Fortalezas y Debilidades” en Cuaderno Núm. 4 del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), México, 2008. 4 Véase, del autor, La trata de mujeres, adolescentes, niñas y niños en México. Un estudio exploratorio en Tapachula, Chiapas. México, editado por la Comisión Interamericana de Mujeres (cim), Organización de Estados Americanos (oea), Organización Internacional para las Migraciones (oim), Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y el Instituto Nacional de Migración (INM), 2006, 267 pp. en sus vínculos con el desarrollo social, que todavía siguen siendo escasamente atendidos. De hacerlo, también se contribuye a la formulación de una Ley de Migración de México, o bien a la adecuación de la Ley General de Población, que resulta anacrónica para muchos efectos y no sólo los vinculables a la trata. Ya entró en funciones la Comisión Intersecretarial. El mandato colectivo se puede nutrir con los mandatos específicos de cada instancia que la integran. No se trata sólo de sumar el mandato colegiado al mandato anterior y específico de cada dependencia. Es menester un cambio cualitativo. Hacer que “dialoguen” mandato anterior y mandato nuevo; que el anterior sea revisado ante el nuevo imperativo y que éste se nutra de los elementos de juicio de la experiencia institucional precedente. Pareciera que ésa es una verdad sabida, pero no siempre es el caso. De ahí que haga referencia al tema. Por ejemplo, sabemos que todas las dependencias generan estadísticas para los más diversos propósitos de su labor. Pero, ¿cuáles estadísticas de las dependencias que conforman la Comisión darán aportes de manera indirecta al tema de trata?, ¿cuáles requerirán de un ajuste para que sean útiles al mandato colectivo?, ¿qué instrumentos nuevos, directos, habrán de generarse y qué dependencias lo tendrán que hacer?, ¿encontrarán esas dependencias, con sus contrapartes de otros países, una base común que les facilite la generación de la política pública que les corresponde? Los registros estadísticos del dif, ¿encuentran correspondencia en variables, metodología, tiempos, conceptos, cobertura, etc. con la contraparte de Guatemala, El Salvador y Honduras, por citar unos casos, o será necesario establecer una conferencia específica al respecto? Para contar con registros confiables y sin subregistros, ¿se contará con la colaboración oportuna de aquellas entidades que por distinta razón han dejado en el pasado inmediato sin respuesta lo relativo al abuso y explotación sexuales?, ¿se mejorarán los registros ya existentes? La violencia intrafamiliar es un elemento recurrente en la mayoría de las víctimas de trata sexual, en las mexicanas y centroamericanas, ¿cómo atacar la raíz de manera conjunta?, ¿cómo alimentar la vertiente cultural de los poblanos que en Puebla York mandan traer insumos que les refuercen sus lazos sociales e identitarios, sin que incluya la satisfacción de sus apetitos sexuales que demanda les envíen jovencitas poblanas como hoy sucede? Sin duda, es necesario que ocurra un enriquecimiento de los instrumentos internacionales en un futuro cercano en dos sentidos: 1) ampliación temática de instancias binacionales y regionales ya existentes y 2) generación de nuevas conferencias regionales con temáticas que desarrollen aspectos que los vinculen. Mas, para una mejor participación es menester realizar una cuidadosa revisión de los registros nacionales dado que muchos de ellos son anteriores al fenómeno de la trata de personas y algunos necesitan ser adecuados y, asimismo generar nuevos, tal y como se señaló anteriormente.

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