Rúbricas 1

77 intereses socioeconómicos y eficientes en sus esferas; y sentido de identificación y de responsabilidad con la totalidad, es decir, una identidad común. El politólogo francés Patrick Le Galès, por su parte, define la gobernanza como “un proceso de coordinación de actores, grupos sociales, de instituciones para lograr metas definidas colectivamente en entornos fragmentados y caracterizados por la incertidumbre”,6 el cual conlleva tres problemas que corresponden a la acción pública: Se extiende en densidad técnica y complejidad al participar en la elección pública criterios y puntos de vista heterogéneos Su entorno es más fluido e incierto en un contexto donde se combinan elementos de descentralización, concentración, y múltiples niveles de decisión Se dificulta la relación entre la política electoral y los problemas públicos, por colaborar en ellos actores no electos, es cada vez más problemática.7 Así, la gobernanza sobresale como una forma de gobierno en la que la acción pública: […] no pasa por la acción aislada de una elite políticoadministrativa relativamente homogénea y centralizada, sino por la adopción de formas de coordinación a distintos niveles y multiactorial, cuyo resultado, siempre incierto, depende de la capacidad de los actores públicos y privados para definir un espacio común, de su capacidad para movilizar expertos de orígenes diversos y de implantar modos de responsabilización y de legitimación de las decisiones, a un tiempo en el universo de la política electoral y de la política de los problemas.8 El profesor holandés Jan Kooiman, en tanto, pone en relieve la correlación de la gobernanza con el talante complejo, dinámico y diverso de las sociedades actuales, de tal suerte que ubica como parte de este marco de referencia de la nueva relación entre gobierno y sociedad: tensiones por la dinámica de interacciones entre diferentes actores, pautas de complejidad por la interdependencia entre ellos y diversidad de interpretaciones.9 Al describir un fenómeno eminentemente social, no existe consenso en torno a un significado universal para la gobernanza. Sobre lo que sí hay concierto es en que la gobernanza rebasa el enfoque de la gobernabilidad, al poseer éste un acento exclusivo en la acción de gobierno, esto es, en el papel central de sus instituciones en todo curso de la acción pública. En este sentido, es posible resumir que la gobernanza: Marca un deslinde del modelo jerárquico tradicional Obedece a las democracias abiertas y de economía global Pone el énfasis en un esquema de coordinación e interacción multiactorial 6 Cfr. José Manuel Ruano, (2002), “La gobernanza como forma de acción pública y como concepto analítico”, Lisboa, VII Congreso Internacional del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, p.1. 7 Idem. 8 Ibid., p. 2. 9 Jan Kooiman, (2004), “Gobernar en gobernanza”. Instituciones y Desarrollo, núm. 16, Barcelona, Institut Internacional de Governabilitat de Catalunya.

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