Rúbricas 1

7 La trata de personas es la versión contemporánea y especialmente maligna de la esclavitud de antaño, pero mucho más oculta y disimulada que aquella. Con frecuencia, las propias víctimas no tienen cabal conciencia de la gravedad, la extensión, la injusticia y la potencialidad dañina de este delito. La desgracia de la trata no es tanto la complicidad de los políticos que la protegen, ni siquiera las enormes ganancias ilícitas que ella proporciona. Lo verdaderamente grave es que a nadie le importa. O, digamos más matizadamente, que no le importa a la academia, a los gobernantes, a gran parte de la sociedad civil. La trata comienza con el reclutamiento, sigue con la separación de la persona de su familia y sus redes sociales, continúa con el traslado hasta un destino macabro: la explotación sexual o laboral, la adopción ilegal, el comercio de órganos, el tráfico de droga y, ahora, como lo hemos visto recientemente en Tamaulipas, con la participación forzada en el crimen organizado y en la guerra entre traficantes. Este lucrativo negocio se ceba sobre los sectores más desprotegidos de la población. Se nutre de la pobreza, la falta de trabajo, el atraso, la ignorancia, la discriminación de las mujeres, la indefensión de los niños, la violencia intrafamiliar, las restricciones migratorias. Este crimen contra los derechos fundamentales afecta a más de 4 millones de personas en el mundo. Es difícil cuantificar lo que ocurre en las Américas aunque se han logrado ubicar algunos centros de reclutamiento en Brasil, Colombia, República Dominicana, Surinam y las Antillas, y de forma reciente en México, Argentina, Ecuador y Perú. Existen datos que señalan que aproximadamente 100 000 mujeres, entre ellas adolescentes, procedentes de estos países son trasladadas a Estados Unidos, España, Holanda, Alemania, Bélgica, Israel, Japón y otros países asiáticos, mediante ciertos medios comisivos como el engaño y la falsa promesa de empleo. Tan sólo en España se ha registrado que 70% de las víctimas eran latinoamericanas y que en Japón al menos 1 700 mujeres de igual procedencia han sido víctimas de la trata sexual, anualmente. Otra cifra más indica que aproximadamente 3 000 mujeres mexicanas reclutadas por redes fueron prostituidas también en Japón.1 1 Susana Chiarotti, (2003), “La Trata de Mujeres: sus conexiones y desconexiones con la migración y los Derechos Humanos”, cepal-eclac, onu, Santiago de Chile. David Fernández Dávalos, sj. Rector de la Universidad Iberoamericana Puebla. 21 de septiembre de 2010. Palabras de bienvenida al segundo Congreso Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas: Migración, Género y Derechos Humanos

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3