Rúbricas XVIII La Educación y la Biblioteca... 30 31 Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época La biblioteca de una institución jesuita no puede ser vista como la bóveda que acumula información, sino como el alma y el corazón intelectual que alimenta a toda la Universidad. La biblioteca no solamente responde de manera adecuada a los requerimientos experimentados por las universidades en su evolución, sino que es factor de impulso para que ésta se logre; la Biblioteca hace Universidad. La Universidad, como institución educativa de nivel superior, tiene tres funciones esenciales, mismas que la Biblioteca, como unidad académica de servicio transversal y especializada, respalda y acompaña de manera cercana y decisiva. Ella constituye un espacio complementario al aula, pero a diferencia de esta última, en donde se sigue una ruta preestablecida por el currículo, en la biblioteca es el usuario quien la traza y la recorre por sí mismo, acompañado por personal capacitado. A través del préstamo de libros este lugar encuentra múltiples extensiones a donde son llevados algunos de sus recursos, o bien, por medio del acceso remoto, ciertos recursos electrónicos. La biblioteca de una institución jesuita, con base en la pedagogía ignaciana, pretende la formación de usuarios autónomos, críticos y reflexivos, capaces de ir más allá de la información e incursionar en la recreación del conocimiento. La excelencia, en nuestra labor, se alcanza en el momento de acompañar a cada usuario, de acuerdo con sus propias características y necesidades y, además, cuando se aprovecha la memoria, entendimiento, imaginación y vación. Esta posición las obliga a dar servicio a todas y cada una de las áreas que las integran. Para apreciar su desempeño, siempre en el marco de los procesos formativos institucionales, es necesario prestar atención a su impacto en el aprendizaje y la investigación, además del aprovechamiento de los recursos y la estadística descriptiva de su labor diaria. De manera complementaria, su función debe comprenderse como un proceso que, si bien deriva en el uso de materiales y espacios, involucra diversos subprocesos técnicos y de operación, previos y posteriores al libro en el estante. Las universidades, como espacios privilegiados, acogen y protegen a las bibliotecas, y éstas, en correspondencia, nutren en conocimiento y espíritu a su Comunidad; la una, no se entiende sin la otra. - La biblioteca Entrar a una biblioteca es incursionar en mundos insospechados, encontrase con la humanidad, con sus recuerdos e imaginación, sus saberes, conocimientos y aspiraciones; estar en una biblioteca es hallarse en donde convergen pasado, presente y futuro de civilización. La biblioteca es depósito y fuente del espíritu del hombre, que lo pone al alcance de otros hombres, para continuar con la esperanza de un mundo mejor. En una sociedad contemporánea, la biblioteca representa: a) oportunidad para la democracia y para hacer frente a la privatización en el acceso al conocimiento y a la verdad, al fungir como centro de referencia para la argumentación y discusión de lo que es y no es verdad, y b) es punto de resistencia ante las empresas tecnológicas que concentran la gestión y distribución del conocimiento; representa el acceso social libre a los recursos de la información en formatos tecnológicos emergentes. Como centro de saber y conocimiento, la biblioteca reúne, procesa y difunde información documental; hoy, más que nunca, asume el papel de guardiana de ese pasado que nos proyecta en la construcción de un nuevo futuro, aludiendo la idea lonerganiana de ser mejores, a partir de lo que ya se es. Este concepto de desarrollo implica que, en la medida que nos reconozcamos en los fundamentos que nos definen, estaremos en condición de responder adecuadamente a las exigencias que nos presentan los contextos en los que estamos presentes, y de impulsar su transformación, en beneficio común. sentimientos a manera de plataforma para que capte el significado y el valor esencial de lo que estudia, y relacionarlo con otros conocimientos y sus propias experiencias como sujeto actuante. Los espacios de una biblioteca son entornos favorecedores de ambientes de aprendizaje y conocimiento, en donde cada miembro de esta unidad académica contribuye desde sus funciones encomendadas. A partir de la diversidad de perfiles se logra constituir una red de acompañamiento integral del usuario; esto obliga a la valoración y adecuación, en caso necesario, de sus espacios, en cuanto a la suficiencia y, también, su pertinencia a la pretensión anunciada. Su organización constituye una comunidad centrada en la comunicación humana y humanizante, soportada por una estructura firme, flexible y dinámica; es una comunidad participativa, donde los usuarios se sienten comprendidos, considerados y atendidos, lo mismo que cada miembro del equipo de colaboradores. Con base en el acompañamiento, el usuario complementa su formación como Ser reflexivo que comprende; el simple hecho de poseer la información nada significa, requiere de la reflexión y de asumir una postura propia. Con el Magis como soporte del proceso, el usuario autónomo es la pretensión. Dentro de la organización universitaria son unidades autónomas, capaces de una mirada integral de la función institucional para generar respuestas y apoyos igualmente integrales, que apunten a la inno-
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