Rúbricas XIX La formación integral no es lo que crees que es 100 101 Rúbricas XIX Modelo de educación integral en el actual contexto sidades jesuitas de México; a saber: las dimensiones de formación universitaria y las competencias genéricas del suj. Las tres dimensiones de la formación universitaria propuestas son: la Dimensión de Formación Profesional, la Dimensión de Formación Social y la Dimensión de Formación Integral Universitaria. Esta última queda definida en documento del Marco Conceptual de la siguiente forma: La Dimensión de Formación Integral Universitaria (dfiu) impulsa un compromiso vital con la verdad y la justicia, a partir de planteamientos relacionados con características antropológicas, sociales, afectivas, estéticas, éticas y espirituales del ser humano, que se concreta en asignaturas de análisis y reflexión sobre la realidad con enfoques principalmente interdisciplinares, tales como las del Área de Reflexión Universitaria, que es común para todas las licenciaturas (suj, 2019: 28). Es importante expresar con respecto a estas dimensiones que, si bien se advierte que son “orientaciones que dan sentido al modo de elegir y organizar las trayectorias educativas curriculares y no curriculares” (suj, 2019: 28), la descripción presentada tiene acento en lo intelectual-académico, y no tiene la ambición de convertirse en la referencia para otras modalidades de formación que ocurran en el ámbito universitario, sino únicamente en aquellas que sean curriculares. Por ello se entiende que la Dimensión de Formación Integral Universitaria solo encuentre concreción en el Área de Reflexión Universitaria y algunas otras “asignaturas de análisis y reflexión sobre la realidad” (p. 28), como podrían ser el Servicio Social u otra modalidad de incidencia. Con respecto a las competencias genéricas del suj, plasmadas en el mencionado Marco Conceptual, se entiende que en conjunto estructuran un perfil de egreso común y “caracterizan el ejercicio profesional en general, al modo como lo entendemos en el suj” (Sistema Universitario Jesuita, 2019, p. 20). Estas son: Compromiso humanista; Discernimiento y responsabilidad; Creatividad, innovación, emprendimiento; Sustentabilidad; Trabajo colaborativo; Liderazgo socioprofesional; Comunicación oral y escrita; y Competencia digital. Si bien estas competencias abarcan un amplio espectro de la formación académica y sus indicadores pretenden encontrar manifestaciones de ignacianidad en el ejercicio profesional, su desdoble no aspira a agotar todos los aspectos donde puede incidir la educación jesuita en la formación de la persona (más allá de lo profesional) y, por lo mismo, no llegan a atender algunas de las dimensiones formativas propuestas por los documentos referidos (como ejemplos: la corporal, espiritual y estética). Es comprensible que, por su origen y naturaleza, la intención de estas competencias genéricas sea únicamente orientar la construcción del currículum y afirmar aquello que corresponde a la promesa formativa profesionalizante realizable a través de este. Y, por otra parte, es igualmente comprensible que no pretenda dar cuenta de todo el espectro de formación humana posible en el ámbito educativo universitario. Por consiguiente, puede pensarse que el gran reto se encuentra en aclarar qué se entiende institucionalmente como suj en tanto formación integral (partiendo del supuesto de que la descripción de la Dimensión de Formación Integral Universitaria del Marco Conceptual no es suficiente, ni pretende serlo) y, también, cómo se operativiza y qué implicaciones tiene para la concreción de un modelo educativo que apueste por ella. A manera de conclusión, a continuación se propone una serie de afirmaciones que elaboran y proponen sobre aspectos mencionados, a propósito de lo que es, de lo que no es y lo que podría ser la formación integral en la educación jesuita, con la intención de animar la reflexión que pueda llevar a una eventual acción dentro de las comunidades universitarias. 1. La Formación Integral es una opción educativa que pone en el centro de su quehacer a la persona para que sea capaz de construir un proyecto vital viable, comunitario, solidario y compasivo, con un horizonte de realización personal en plenitud y un compromiso con la realización en plenitud de quienes le rodean. No tiene sentido animar a la creación de proyectos egoístas que, a la larga, no constituyen verdaderas posibilidades de encuentro con el otro y con lo radicalmente Otro. 2. La Formación Integral es una perspectiva que recoge, por un lado, la formación profesional y la dimensión social, pero las pone a la par la realización de las potencialidades humanas de otras dimensiones como la espiritual, la corporal, la artística. Esta perspectiva no pone en el centro a la realidad social como primera y principal tarea educativa de la Universidad, sino que sitúa a la persona dentro de su contexto, sin instrumentalizarla en favor de este. Tampoco pone en el centro la formación profesionalizante y capacitatoria para el trabajo, sino que la dimensiona en la medida en que sea útil para la persona en su búsqueda de realización en plenitud. Foto: Ibero Puebla
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