Rúbricas 19

Rúbricas XIX La formación integral: Eje primordial en la Universidad de la Compañía de Jesús 30 31 Rúbricas XIX Modelo de educación integral en el actual contexto 1. Formación a los alumnos con materias de integración y con contenidos sociales. Debe haber materias (o cursos) que amplíen los horizontes del estudiantado más allá de las estrictamente profesionalizantes y que aborden, también, la realidad social en la región y el país, su problemática y las posibilidades de intervención en ellas. En algunas universidades estas materias se agrupan; las primeras, en el área de integración comunitaria y, las segundas, en el área de responsabilidad universitaria. En todas ellas conviene indagar en la problemática personal y social y, también, en los orígenes de esta, de suerte que se produzca una reflexión radicalmente crítica, es decir, que vaya a la raíz de la propia identidad y de las anomalías y frutos podridos de un sistema depredador y concentrador de la riqueza y el poder, como es el nuestro. La indagación no puede ser impuesta, sino debe ser fruto de un proceso de reflexión libre, basada en evidencias empíricas. Un posible paradigma pedagógico podría constituirse con el arranque del proceso a partir del contexto del estudiante: proceder a vivir una experiencia personal dentro o fuera del aula, seguir con la reflexión crítica sobre esa experiencia, llegar a la acción transformadora y, por último, realizar la evaluación de todo el proceso. De manera más simple, puede ser un proceso semejante al que Freire postulaba y que ha sido recogido por el pensamiento crítico latinoamericano: ver, pensar, actuar y evaluar. 2. Formación social y humanista en todo el currículo con contenidos transversales. No solamente debe haber materias de formación integral y social explícitamente dedicadas a reflexionar sobre la propia existencia y su sentido, así como sobre la realidad concreta, para tratar de encontrar claves de interpretación y superación. Todas las materias del currículo de todas las carreras deben estar iluminadas, también, por una serie de temas transversales de carácter humano y estratégico. Estos temas transversales pueden ser, por ejemplo, género, derechos humanos, interculturalidad, ecología, pobreza y desigualdad. Se trata de las “hermanas incómodas” de las materias formales, y consisten en contenidos que están presentes a lo largo de la temática profesionalizante del currículo, como una luz particular que la ilumina. Ver, por ejemplo, el curso de inglés a la luz de las inundaciones en Nueva York como consecuencia del cambio climático; o estudiar las matemáticas desde la estadística de violencia hacia las mujeres o en relación con la caída del poder adquisitivo del salario mínimo; pensar la ingeniería a la luz del colapso del metro de la Ciudad de México y la corrupción que le dio origen, etc. Es claro que no todos los contenidos pueden ponerse en relación con la realidad humana, social, concreta y problemática. Pero casi todos pueden. Y, en cualquier caso, en la descripción de cada materia o curso, en las “carátulas” que exige la autoridad escolar, habrían de explicitarse los contenidos transversales, propuestos por la institución, que estarán presentes en la enseñanza de cada tema curricular. 3. Es necesario, igualmente, que haya experiencias significativas de servicio social o voluntariado para los estudiantes. Procurar que cada alumno pueda vivir una experiencia de inserción en medios populares o en organizaciones que tratan de remediar dolencias de la comunidad. Pueden ser también prácticas profesionales significativas que tengan por objeto ofrecer servicios a los grupos explotados o excluidos, o aportar alternativas para el desarrollo y crecimiento de sectores sociales marginados. Puede ser que estas experiencias se hagan en contacto o articulación con movimientos sociales u organizaciones populares. Únicamente una experiencia que saca de la zona de confort, de las evidencias colectivas o de los automatismos sistémicos a los estudiantes puede provocar la “ruptura epistemológica”, el cambio en la perspectiva de visión de la realidad, que demanda el crecimiento humano integral y un compromiso con el cambio social radical (de raíz). Estas experiencias de servicio, con o sin valor curricular, pueden desarrollarse en la misma ciudad, con horarios establecidos y acotados, o bien en una modalidad de inmersión integral, o modular, por periodos largos de inserción y acción social, en comunidades indígenas y campesinas o en instituciones totalizadoras como cárceles, hospitales para enfermos crónicos, orfanatos, etcétera. 4. La Universidad ha de realizar, en la medida de sus posibilidades, investigación de temas sociales relevantes y con una epistemología crítica. La perspectiva tendría que ser la de comprender a los seres humanos en sus Todas las materias del currículo de todas las carreras deben estar iluminadas, también, por una serie de temas transversales de carácter humano y estratégico.

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