Rúbricas XIX El modelo educativo de las universidades jesuitas en México... 40 41 Rúbricas XIX Modelo de educación integral en el actual contexto Aunque la comunidad universitaria completa participa en la formación integral de las y los jóvenes inscritos en programas académicos, hay dos grupos de particular importancia para desarrollar adecuadamente los procesos contemplados en los planes de estudio: el profesorado y las personas responsables de la gestión de las áreas curriculares. Debido a que siempre existe un hueco entre las intenciones curriculares y la operación de estas, es conveniente desarrollar un marco pedagógico que oriente la gestión y la práctica educativa; en la Ibero León se fue desarrollando sobre la marcha, lo que hizo más lenta la transición. A través del tiempo se fueron realizando evaluaciones de coherencia interna del diseño curricular para encontrar vacíos y falta de conocimiento del modelo educativo. En los planes 2004 las competencias genéricas podían ser elegidas por el profesorado cuando desarrollaba la guía de aprendizaje correspondiente a una asignatura; al revisar la distribución de las competencias genéricas en los programas de licenciatura, aquellas que aluden a la formación humanista o social se concentraron en las áreas curriculares destinadas a abordar tales saberes; y fue muy baja la apropiación natural de estas temáticas en las asignaturas disciplinares, de modo que, para los planes 2012, las guías ya tenían asignadas las competencias genéricas desde el diseño del plan de estudios. En el año 2014, la Ibero León intentó dar cuenta de la formación integral a partir del desarrollo de las competencias genéricas, por lo que se analizan evidencias representativas del desempeño de estudiantes, y el profesorado expone, con mayor transparencia, los elementos que establece para la evaluación de los aprendizajes. Esto permite identificar algunas prácticas que otorgan valor al aprendizaje centrado en la reproducción de los contenidos abordados en las clases, lecturas y tareas, más que en responder creativamente con un desempeño competente que implique tomar decisiones, frente a una situación compleja acorde al nivel formativo en la trayectoria universitaria. Un modelo educativo humanista de formación integral implica una operación colectiva que impida que aquello que se teje en una actividad académica, se desbarate en otra. El seguimiento a la implementación del plan de estudios tiene que ser cercano, continuo, con evidencias esperadas claras; de otra forma, las reflexiones densas que se desarrollaron para la elección de una estructura curricular y sus componentes se van diluyendo en las inercias de una comunidad académica que no fue formada con esos paradigmas. Por lo anterior, la selección y formación del profesorado es crucial para lograr la coherencia interna en un plan de estudios que apuesta por innovar y, además, tiene una perspectiva humanista de la educación. Esta perspectiva atraviesa la propuesta curricular y convoca al profesorado por igual, de modo que no hay docentes de la carrera, y docentes de la formación integral a quienes corresponde lo que suele llamarse el sello humanista. Ahora bien, muchos estudios realizados con personas egresadas de las universidades jesuitas muestran resultados satisfactorios en relación con la formación en general, de manera particular, en lo que se refiere a la formación para la sociedad, la formación para el trabajo y la formación intelectual (Patiño, 2022). Sin embargo, en cada ajuste a los marcos conceptuales de diseño curricular persiste una sensación de urgencia y profundización de los logros educativos de cara a los graves problemas sociales que enfrenta gran parte de la humanidad, principalmente, Foto: Camila Abascal López
RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3