Rúbricas 19

Rúbricas XIX La formación integral no es lo que crees que es 98 99 Rúbricas XIX Modelo de educación integral en el actual contexto A propósito de estos elementos de humanismo cristiano, multidimensionalidad y persona equilibrada, es pertinente ahora retomar la propuesta que hace la Asociación de Colegios Jesuitas de Colombia (acodesi, 2003), la cual logra amalgamarlos tanto en su definición como en la declaración de su finalidad, al poner el acento en la visión antropológica humanista de la realización de las potencialidades y el desarrollo armónico de las ocho dimensiones de la persona que, a su vez propone; a saber: corporal, cognitiva, afectiva, comunicativa, ética, estética, sociopolítica y espiritual. Esto afirma sobre la formación integral: Es un estilo educativo que pretende no solo instruir a los estudiantes con los saberes específicos de las ciencias sino, también, ofrecerles los elementos necesarios para que crezcan como personas buscando desarrollar todas sus características, condiciones y potencialidades. […] La Formación Integral sirve, entonces, para orientar procesos que busquen lograr, fundamentalmente, la realización plena del hombre y de la mujer, desde lo que a cada uno de ellos les corresponde y es propio de su vocación personal (p. 6). Esta concepción de formación integral multidimensional destaca una educación para la persona, que va más allá de los confines físicos y temporales de la vida escolar. Es en este sentido que su dimensión vocacional, de reconocer y atender sus llamados en la propia vida, personal y comunitariamente, ha de manifestarse en una praxis educativa que desde el paradigma pedagógico ignaciano pretende transferir las reflexiones del estudiantado en convicciones y acciones que tengan sentido para sus propias opciones vitales ante sus múltiples posibilidades de realización. Por este carácter vocacional, la formación integral en el contexto educativo jesuita representa una oportunidad para asumir la educación de personas que sean capaces de decidir por un proyecto vital viable y situado en el mundo, donde puedan colaborar en su propia realización y a que las demás personas también tengan posibilidades de realizar sus potencialidades humanas. Con base en lo revisado, puede decirse que la formación integral es una apuesta educativa que busca promover el desarrollo equilibrado, armónico y multidimensional del estudiantado, de tal forma que pueda realizar sus potencialidades en plenitud, sobre todo aquello “cuanto es humano”. La formación integral ha de concretarse al ofrecer al estudiantado opciones y posibilidades de crecimiento “desde lo que a cada uno de ellos les corresponde y es propio de su vocación personal”, a la par de opciones de acompañamiento que les permitan desarrollar un habitus de discernimiento para la vida, más allá de su etapa y espacios formativos. A partir de esta primera propuesta de definición del término de “formación integral”, vale la pena recuperar los principales referentes cuando se trata de ahondar en cómo se ve, qué pretende y cómo se lleva a cabo la formación integral, que ya han sido mencionados en el presente documento. Estos referentes, si bien no son los únicos, además de tener diferentes procedencias y fechas de creación, muchas veces parecen estar incluidos o sobrepuestos unos con otros, o incluso ser intercambiables, por lo que se propone la siguiente relación para distinguirlos y, al mismo tiempo, ordenarlos: • El Paradigma Ledesma-Kolvenbach define, a través de cuatro finalidades últimas, la misión y la identidad de la educación jesuita: utilitas, iustitia, humanitas y fides. • Para lograr lo anterior es fundamental reconocer el papel de las dimensiones de la persona y los dinamismos humanos como orientadores de propósitos y contenidos de la praxis educativa: - Las dimensiones humanas desarrolladas por la acodesi: corporal, cognitiva, afectiva, comunicativa, ética, estética, sociopolítica y espiritual. - Los dinamismos de la persona, sobre los cuales, según la Filosofía Educativa de la Universidad Iberoamericana (s.f.), está afincada la realización del ser humano. “Estos dinamismos fundamentales son la manifestación más clara de lo que el hombre es” (p. 9); a saber: creativo, crítico, libre, solidario, afectivamente integrado y consciente de la naturaleza de su actuar. • El perfil ideal de egreso que se busca formar en el estudiantado, y que surge tanto de las finalidades educativas como de los orientadores de contenidos, está caracterizado por los atributos de las cuatro C’s propuestas por el mismo P. Kolvenbach: personas competentes, conscientes, compasivas y comprometidas. Uno de los documentos que da cuenta de los esfuerzos por estructurar el modelo educativo de las universidades del Sistema Universitario Jesuita (suj) y de garantizar su concreción con procesos de evaluación y planeación acordes con sus finalidades educativas, es el Marco Conceptual para el Diseño de planes de estudio del suj (2019). De este texto se comentará sobre dos elementos que ayudan a dimensionar los alcances de la formación integral en las univer-

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