113 la cultura es un lugar de encuentro que permite el diálogo con la diversidad, es, a su vez, un espacio de búsquedas colectivas y la formulación de un proyecto para el grupo humano que la vive, y más aún cuando el contexto donde se ejerce es una ciudad. Ahora más que nunca se requiere educar y atender a la persona, al ciudadano, recuperar los espacios públicos (visibles e invisibles), las manifestaciones propias, la riqueza cultural (tangible e intangible) porque la calidad de una ciudad depende primordialmente de la calidad de los habitantes que residan en ella y de su habilidad para desarrollar, crear, manifestar, conocer, y apropiarse de lo que les es único y, por lo tanto, les pertenece, su cultura. Para abordar el tema realizaré primero una aproximación a conceptos claves, como son ciudad, cultura, espacio y arte público para después comprender la importante labor de la gestión cultural al ayudar a la creación de proyectos culturales en la ciudad y así reconocer cómo éstos pueden regenerar positivamente espacios públicos dentro de ellas. El término “ciudad” nos transporta a las expresiones “urbs”, “polis” y “cívitas” de las antiguas civilizaciones griegas y romanas. Para los grandes filósofos de Atenas y de Roma, la ciudad se concebía como la cima de la civilización y del progreso cultural. La idea de ciudad los llevaba a una conciencia colectiva de unidad, en la que los intereses particulares quedaban supeditados por los comunitarios; lo más importante de esta concepción era reconocer a la ciudad como una empresa común donde existe un pacto de ayuda mutua. Esta conciencia los llevaba a formarse en el sentido de pertenencia, y a mejorar sus condiciones de vida y así alcanzar un nivel superior de desarrollo contrapuesto a lo que se vivía en el campo. Actualmente las concepciones han cambiado. La mayoría reconocemos a la ciudad como un área urbana con alta densidad de población en la que predominan el comercio, la industria y los servicios. En el imaginario son, las áreas densamente pobladas y, paradójicamente, los lugares donde se llega a invisibilizar al ciudadano o sus habitantes cuando en realidad, la ciudad es el espacio natural del ciudadano, que contiene el tiempo, el lugar del patrimonio natural y cultural y las identidades personales y colectivas. Conocer y descubrir la ciudad en sus dimensiones múltiples es conocerse a uno mismo y a los demás, es asumirse como individuo con una identidad y cultura propia. Carolina Martínez de la Peña Licenciada en Ciencias de la Comunicación con especialidad en producción audiovisual (Ibero, 2002), especialista en montaje cinematográfico (eictv, Cuba, 2003), maestra en Gestión cultural (Universitat de Barcelona, 2009), experta en planificación del desarrollo local (celadel, Argentina, 2011). Editora, productora y creativa. Coordinó las Compañías Artísticas del ccu de la buap. Actualmente es coordinadora de Difusión Universitaria y de la GaleríaBienal en la Ibero Puebla.
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