33 carencias sociales (de un total posible de 6) y (al mismo tiempo) tener un ingreso menor a la línea de bienestar mínimo (lbm, que sólo incluye el costo de los alimentos crudos) y que es de 978 pesos al mes (32 pesos al día) en el medio urbano y de 684 pesos mensuales (22.5 pesos diarios) en el rural. Este concepto de pobreza extrema que sólo identifica como tales al 10.4% de la población, es inconsistente con otros conceptos del propio coneval: pobreza alimentaria (que representa el 18.8% de la población en 2010), carencia de acceso a la alimentación (24.9%), así como con la población atendida por el programa Oportunidades (21%). De esta manera, el coneval redujo casi a la mitad el nivel que el propio Gobierno federal había manejado de pobreza extrema, al exigir a las personas que sean, al menos, cuatro veces pecadoras para quedar clasificadas en esta categoría, siempre y cuando una de ellas sea pecador en ingresos. Si usted es seis veces pecador, pero siempre en carencias sociales y tiene un ingreso maravilloso que le permite (apenas) adquirir la magra canasta de alimentos crudos, usted sólo será pobre, pero no pobre extremo. La gráfica 3 muestra cómo el criterio de intersección adoptado por el coneval reduce (milagrosamente) la población que clasifica en pobreza extrema. Ahí se aprecia que la población con tres o más carencias sociales (26.6% de la total) en 2010, al combinarse con la población con ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo (19.4%) producen el milagro de reducir ambas dimensiones de carencias extremas a sólo 10.4%, menos de la mitad del promedio simple de ambas. La población nacional con ingreso inferior a la lb aumentó, según el coneval, en 3 puntos porcentuales (de 49.0% a 52.0%), aumento de casi el doble del alza de 1.7 puntos de la pobreza multidimensional, lo que significa que, entre 2008 y 2010, 4.8 millones de personas cayeron debajo de la lb. La población con ingresos inferiores a la lbm (antes pobreza alimentaria) creció de 16.7% a 19.4% (2.7 puntos), de 18.4 a 21.8 millones de personas (3.4 millones de pecadores a medias adicionales). Las carencias de ingresos, tanto la que se mide comparando el ingreso por persona de los hogares con la lb, como con la lbm que incluye sólo alimentos crudos, aumentaron en similares proporciones en el medio rural y el urbano: de 63.1% a 66% y de 32.8% a 35% en el medio rural, y de 44.8% a 47.7% y de 11.9% a 14.7% en el urbano, desmintiendo lo que Felipe Calderón, su gabinete y el coneval han dicho: que los programas focalizados a la pobreza extrema protegieron a los más pobres que viven, sobre todo, en el medio rural. Las carencias sociales promedio que padece la población pobre bajaron de 2.7 a 2.5; esto fue el resultado de la baja en 5 de los 6 indicadores y del alza en la carencia de acceso a la alimentación, bajas de las cuales la más pronunciada es la de salud que disminuye 9 puntos porcentuales (de 40.8% a 31.8% de la población nacional), contra menos de 3 puntos en las otras cuatro carencias cuya incidencia también disminuye. En agudo contraste, la carencia de acceso alimentario aumentó en 4.1 puntos porcentuales. Este comportamiento fue similar en los medios rural y urbano, destacando la espectacular caída de la carencia en salud en el medio rural, de 48.2% a 32.2%, que en sólo dos años se abatió en una tercera parte, convirtiendo el medio rural mexicano en envidia para los de muchos países desarrollados. Puesto que la carencia de seguridad social está ubicada en otro y muy diferente nivel, y bajó mucho menos, de 86.2% a 81.9%, se deduce que la caída espectacular en la carencia de salud rural se explica sólo por la expansión del seguro popular, que el coneval considera un servicio que satisface las necesidades de atención a la salud de la población, a pesar de que las propias páginas electrónicas del Estado mexicano indican que el Seguro Popular sólo incluye: Consultas médicas en el centro de salud, consultas de especialidad, cirugía y atención hospitalaria, así como medicamentos, estudios de laboratorio y gabinete incluidos en el Catálogo Universal de Servicios Esenciales de Salud (causes). Actualmente el causes cubre el 90% de la atención médica habitual, y el 66% de los principales procedimientos diagnósticos y terapéuticos; ofrece 275 intervenciones y un total de 357 claves de medicamentos esenciales. Cubrir dos terceras partes no de todos, sino de los procedimientos principales, lo que excluye los procedimientos más caros, significa probablemente incluir menos de la mitad del gasto en salud que requeriría un servicio completo de salud. Considerar esto como satisfacción de la necesidad de atención a la salud, como lo hace el coneval que iguala, en su medición, el Seguro Popular con el imss y el issste, significa construir artificialmente la cobertura creciente de la atención a la salud ya que por Ley, la expansión del Seguro Popular era una obligación del Gobierno federal, y del Congreso, contribuyendo así, de manera determinante a abatir los niveles “medidos” de carencias sociales muy por arriba de su abatimiento real. Algo similar hizo el coneval en seguridad social (la segunda reducción en importancia entre las carencias sociales), donde consideró cobertura de seguridad social cualquier transferencia monetaria a adultos mayores, sin importar su monto, pervirtiendo así la relación entre medición de la pobreza y política social. Envía, con esto el siguiente mensaje (redacción inventada) a los tres órdenes de gobierno: Atienda usted las vías de segunda para ciudadanos de segunda abiertas por el coneval y abatirá fácilmente los niveles de pobreza en el área que gobierna: seguro popular, transferencias monetarias de bajos montos a adultos mayores, instalación de pisos de cemento, de techos de lámina o asbesto, y de llaves de agua en el lote (aunque rara vez fluya por ellas el líquido), y construcción de viviendas de 30 m2 (casas de muñecas) en ubicaciones muy lejanas de suelo barato.
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