56 Otoño - Invierno 2011 Capacidades cognitivas entre dos generaciones4 Si bien está establecido que los condicionantes económicos de los hogares en los que crecen los y las jóvenes influyen de manera importante en sus logros en términos de escolaridad y, más tarde, en la forma en la que entran al mercado laboral, la influencia de las habilidades cognitivas de una generación sobre la otra resulta un tema de estudio relativamente reciente, particularmente en ALyC. Al considerar como base el indicador de habilidades cognitivas medido por el llamado test de Raven, datos para México muestran que, aun tomando en cuenta otros condicionantes del hogar tales como el nivel de ingreso, escolaridad del padre y de la madre, y si el joven vive en una localidad rural, la influencia de las habilidades cognitivas de los adultos responsables es un factor determinante de las habilidades cognitivas de los jóvenes.5 El análisis muestra también que dicho factor es el más importante dentro del conjunto de condicionantes incluidos: el hecho de que la madre de un/una joven haya mostrado resultados en el test de Raven iguales o superiores a la media de los resultados para los adultos de México, hace aumentar en alrededor de 20% la probabilidad de que el joven muestre a su vez resultados en el test de Raven iguales o superiores a la media de los resultados para los jóvenes de su edad y sexo. La influencia de las habilidades cognitivas del padre es de similar magnitud a la de la madre, con lo cual, tomando en cuenta otros factores importantes, un/una joven que vive con un padre y una madre de habilidades cognitivas superiores al promedio, tiene el 40% mayor de probabilidades de mostrar estos mismos resultados. El análisis destaca que, mientras el impacto de las habilidades cognitivas del padre está correlacionado con otros condicionantes para el desarrollo de los jóvenes (nivel de ingreso y nivel de escolaridad del padre), las habilidades cognitivas de la madre mantienen una importante influencia intergeneracional independientemente de la existencia de esos otros determinantes. Así, para el caso de las probabilidades de que los jóvenes obtengan un Raven superior a la media, además de la contribución directa del puntaje del Raven del padre y de la madre, el hecho de que la madre tenga un nivel de escolaridad de secundaria (comparado con que una madre tenga un nivel menor al de primaria) aumenta en 11% adicional la probabilidad de un Raven alto en sus descendientes. Mientras tanto, un nivel de escolaridad preparatoria de la madre aumenta esa probabilidad en el 16% adicional, comparado con lo que sucede en el caso de una madre con 4 Corresponde al Recuadro 4.1 del Informe Regional del pnud, el cual está basado en: Altamirano, López Calva y Soloaga (2009a). 5 El test de Raven consiste en encontrar la pieza faltante en una serie de figuras que se van mostrando al entrevistado. Para deducir la pieza que falta se utilizan habilidades perceptuales, de observación y razonamiento analógico, y no se necesita saber leer ni escribir. un nivel menor a primaria. Por el contrario, ninguna de las variables de escolaridad del padre parecen tener un impacto adicional sobre el Raven de sus hijos/as. Finalmente, y asumiendo todos los demás factores de influencia constantes, los jóvenes que crecen en un ambiente rural tienen una probabilidad 6% menor de obtener un resultado en el test de Raven superior al promedio. Queda clara entonces la importancia de estos factores de dificil observación y medida para el desarrollo humano. Esto muestra la necesidad de una política social con una visión más amplia que, al diseñar y/o aplicar planes sociales, tome en cuenta no sólo factores fácilmente observables (condiciones de la vivienda, escolaridad en el hogar, distancia a mercados, composición del grupo familiar), sino que también se preocupe por entender los procesos a través de los cuales las personas llegan a determinados comportamientos en pos de, entre otros objetivos, niveles de escolaridad y tipos de ocupación. Estos elementos incluyen tanto la formación de aspiraciones como la capacidad de agencia de las personas. Hacia sociedades más conectadas con un cambio en el enfoque de política social Si bien la política social reciente de la región ha logrado bajar de manera importante los niveles de pobreza y disminuir en menor medida la desigualdad, aún queda un largo camino por recorrer: la reducción de la desigualdad se relaciona directamente con el combate a la pobreza, pero el enfoque de desigualdad es mucho más profundo ya que ataca a factores clave de inercias en la economía política de las sociedades. Acortar las distancias que existen en las estratificadas sociedades latinoamericanas hará visibles y, sobre todo, alcanzables distintas alternativas de vida a amplios sectores de la población. ¿Cómo romper entonces la inercia de la trasnmisión intergeneracional de la desigualdad? La propuesta es ir más allá de los planes que sólo buscan reducir la pobreza e incorporar en los planes públicos un enfoque distinto. La nueva lógica de la política social debe contar con tres elementos. Por un lado, las politicas públicas deben tener Alcance, es decir, deben llegar a las personas, los hogares y las comunidades para quienes fueron diseñadas. Por otro, para ser eficicaces, las intervenciones deben ser comprensivas, es decir, deben atacar al conjunto de las restricciones que enfrentan las personas, familias o comunidades, es decir, deben tener Amplitud. Por último, las acciones públicas deben ser consistentes e incidir sobre aquellos factores de dificil observación, pero que son constitutivos de las libertades de proceso de las personas. Así, incidiendo sobre las aspiraciones, las metas y la autonomía de las personas, las intervenciones deben promover la apropiación de la política pública por parte de ellas, incidiendo en que las personas sean sujetos y no receptoras pasivas de las políticas de desarrollo. En el marco de este enfoque, tres
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