Rúbricas 2

90 Otoño - Invierno 2011 Tres Cruces, San Pablo Xochimehuacán, San Francisco Totimehuacán, Unión Antorchista, San Andrés Aziumatla, Solidaridad, Santa Catarina, San Ramón, San Bernabé, La Guadalupana, Tecola, Castillotla o la zona de mercados en el espacio central de la ciudad; los barrios de San Antonio, Xanenetla, Alto Huitzilapan, Los Remedios, Carmen/ Santiago, Analco, Mercado Zapata; así como las unidades habitacionales de Agua Santa, San Pedro, Unidad Solidaridad, Mateo de Regil, San Ramón 3ª y 4ª secciones, San Aparicio, La Guadalupana y Clavijero, son los espacios por estudiar y diseñar intervenciones urbano/arquitectónicas a partir de diagnósticos socioculturales. Acorde con los informes estadísticos de inegi, el municipio de Puebla es el lugar de habitación de 1´539,819 habitantes. De ellos, 1´077,873 están ubicados en las Juntas Auxiliares. Esto es, que el 70% de la población está en esos territorios, urbanizados o en espera de que las promesas de la ciudad sean una realidad, particularmente en los ámbitos de salud, educación y vivienda digna. Mientras esto sucede en la periferia, el centro es una zona de expulsión de población y abandono.4 El Programa tiene bases suficientes para aproximarse, desde la base de la población de cada uno de esos barrios, a una realidad complicada que no ha sido atendida por las distintas gestiones municipales, estatales o federales. Sin embargo, no todo es “miel sobre hojuelas”, hay un buen trecho por mejorar en la metodología utilizada tanto en el documento científico generado por los expertos, como en el trabajo desarrollado por los trabajadores sociales. Por ejemplo, existe dificultad en identificar los liderazgos auténticos con los que la autoridad municipal puede dialogar y generar, con la ayuda de expertos, los diagnósticos. Si bien algunos de estos líderes están ubicados no todos representan ampliamente a la población; hay sesgos, preferencias y exclusión. En las sesiones de presentación de la estrategia o la exposición de propuestas, no todos los agentes participan con el interés que debieran, hay ausencias de actores y omisiones de sistematización de los equipos de trabajo científico. Otra dificultad es la veracidad de los datos. A pesar del magnífico trabajo que desarrolla el inegi en los distintos censos y bancos de información, al final de cuentas, son conteos que se desarrollan en un tiempo y espacio determinados y, por tanto, condicionados. Estas cifras, en ocasiones, no coinciden con la dinámica de la metrópoli: una ciudad de flujos. La temporalidad para la ejecución de recursos y fondos federales o de la participación estatal exige forzar tiempos para la toma de decisiones, interrumpiendo las 4 La revisión del municipio por Área Geoestadística Básica (ageb) destaca en su distribución hacia el interior, específicamente en la zona centro, reportes de disminución de población en el 2010 en términos relativos que a finales del siglo xx. Esta característica expulsora es también propia de las grandes ciudades. posibilidades de un diálogo más profundo con los ciudadanos y, en ocasiones, decidiendo artificialmente sobre las opciones que se pudieran proponer. Sin embargo, el esfuerzo, las mesas de diálogo, la integración de equipos muestran un potencial para la planificación mucho más incluyente y dinámica que la metodología tradicional que, hasta la fecha, ha impuesto un modelo de ciudad insostenible desde lo territorial y social. Desde la perspectiva de la gestión, la experiencia corre enormes riesgos: convertirse en un instrumento con réditos políticos para el propio secretario en el cargo, el diputado distrital o el mismo presidente municipal. En este sentido me refiero a que de pronto pareciera trasladarse el liderazgo de las colonias populares a un personaje político o un funcionario municipal, con los consecuentes costos. Asimismo, a los líderes de las colonias, que no son “perita en dulce”, hacen crecer sus figuras personales que, en ocasiones, son coyunturales o no representan a los habitantes, sino a sus familias o agremiados. Aun con eso, el resultado empieza a tener algunos visos de satisfacción ciudadana. En este sentido, se están desarrollando anteproyectos que van desde el arreglo de un vado para el acceso a la colonia, pasando por el mejoramiento de la infraestructura hidráulica, la construcción de una cancha deportiva o hasta la edificación de un mercado para consolidar algún centro de barrio. Por más pequeñas que pudieran parecer algunas de estas acciones, son actuaciones que intentan mejorar la vida cotidiana de los habitantes y los beneficios son enormes para el esfuerzo de sobrevivencia de miles de personas. Los actores sociales son fundamentales. Los comités ciudadanos conformados y promovidos para dar seguimiento a estos planes e intervenciones deberán asumir su papel con autenticidad. De esto dependerá que se eviten pervertidos desvíos en las finalidades de las actuaciones, a veces ineludibles por la complejidad de la estructura socioeconómica que prevalece en estos barrios, pero que pueden hacer un enorme daño a esta iniciativa que, al parecer, va por buen camino. Finalmente, por más que en los próximos informes del presidente municipal se mercantilice el conjunto de acciones que se están desarrollando en las colonias y barrios más pobres de la ciudad de Puebla a través del programa, serán los habitantes de éstos quienes, con el tiempo, nos darán la respuesta si el Programa se aproxima a la solución de los enormes rezagos urbanos y a la reducción de las diferencias sociales que prevalecen en Puebla.

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