Miguel Ángel López Carrasco
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Conclusión
En los últimos años el proceso de aprendizaje se ha modificado de ma-
nera sustancial. Se ha pasado de la transmisión superficial de datos e
información, a la generación y apropiación profunda de nuevas formas
de encarar la realidad, a través de lo que ahora los estudiantes son capa-
ces de hacer con lo que aprenden a lo largo de su vida. Por consiguiente,
los docentes tendrán que estar conscientes de que lo importante ahora
no es
qué contenidos enseño
, sino
de qué manera voy a involucrar a
mis pupilos para que conozcan, comprendan y sean capaces de ha-
cer algo
con esos tópicos visto en clase.
Por lo tanto, y con la intención de fomentar procesos de aprendiza-
je que a la larga sean generados de acciones concretas y transfor-
madoras, bien vale la pena fomentar el desarrollo de competencias del
alumno a través de la incorporación de conocimientos estratégicos, por
medio del diseño de cursos en el que los estudiantes aprendan a
interactuar de manera diferente con los contenidos del curso mediante
la participación en ambientes enriquecidos y distribuidos desde una pers-
pectiva colaborativa y cooperativa. Desde esta visión, es importante
entonces que el docente se empeñe en diseñar estrategias o actividades
dentro y fuera del salón de clases que permitan alcanzar las evidencias
necesarias para determinar el logro de las metas a lo largo de un curso.
Así, el docente tendrá elementos para determinar si el logro de esas
competencias se alcanzó mediante el uso de métodos alternativos de
valoración y evaluación escolar.
Mediante la tutoría cognoscitiva, junto con el desarrollo apropiado
de actividades, el aprendizaje del alumno puede transitar de la forma de
pensar de lo que los estudiantes saben o conocen, a lo que estos mismos
pueden ser capaces de hacer con lo que ya saben. De esta forma el
estudiante tendrá la posibilidad de ser generador y constructor de su