Página 17 - abril2013

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tesela
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cosechar en el futuro. Aún con esto en mente, ama su carrera,
había sido una de sus metas estudiar Literatura y Filosofía y ha
encontrado tantas cosas: verdaderos amigos, su percepción so-
bre la realidad que lo rodea se ha modificado, le han enfocado su
gusto por la lectura; de los cientos de libros que le recomiendan,
él toma los que más le llaman la atención, se ha cuestionado
cualquier suceso que le pasa.
Literatura y filosofía, esco-
ger entre una de ellas sería
una tarea difícil, pero Geras
respondió sin titubear que
prefería la literatura. Leer filo-
sofía le cuesta más trabajo, es
una tarea que le gusta realizar con tiempo y concentrándose per-
fectamente en lo que lee, y lamentablemente en este momento
carece de dicho tiempo; de la misma manera le hace falta tiempo
y disciplina para dedicarse bien a escribir.
Hay dos obras que lo han marcado,
Rayuela
de Julio Cortázar
y
Lobo Estepario
de Herman Hesse. Curiosamente hay una no-
toria relación entre lo que lee y la música que escucha, los libros
y las canciones le gustan muy sentimentales, con mucha pasión,
que puedan identificarse con las emociones, por eso escucha
mucho blues y a Silvio Rodríguez. Las grandes diferencias entre
los libros de distintas partes del mundo, me dice, “es que un
libro es un reflejo de la sociedad en la cual fue gestado, retrata
una localidad, un lenguaje propio, sentimientos, experiencias,
preocupaciones propias de ese lugar, eso es lo que hace a la
literatura tan rica y tan especial”.
El hábito de la lectura en México es algo que le preocupa, no
porque el mexicano sea flojo, sino porque el gobierno no le pone
el interés que se merece. La lectura es una habilidad que abre
horizontes, que expande nuestras visiones y es bien sabido, que
al gobierno Mexicano “le gustamos más cuando callamos, por-
que estamos como ausentes”.
En unos 10 años, Geras se ve con una dicotomía, le gustaría
dar clases un tiempo, también le gustaría alejarse de esta socie-
dad un rato, estar solo.
Las palabras cesan su susurro, cierro los ojos y por un instante
lo comprendo. Cierra los ojos, escucha lo que la piel de los que
nos rodean grita, siente y comprende.
Cuando las palabras
se convierten en
historias
Por Rolando Maroño Vázquez, alumno de Ing. en Mecatrónica
Hace mucho tiempo, un hombre sabio dijo: “Los hombres
no están hechos de carne ni de hueso, sino de palabras y de his-
torias”. Y eso es tan cierto, que las palabras nos pueden hacer
felices -un te quiero por ejemplo- o nos pueden lastimar -no ne-
cesito ejemplificar esto, usen la imaginación-, en un momento son
todo y al siguiente nada. A veces esas palabras están tan cerca de
la superficie que la piel no es más que una ilusión y si pones un ojo
atento, podrás notar las letras que se juntan y se arremolinan, y
lentamente como un susurro con una cadencia musical te cuentan
historias, las historias de aquel hombre que las porta.
Hay un joven que vaga por los pasillos de la Ibero, a veces con
pantalones medio hippies, otras veces usa mezclilla, pero algo
que no cambia es su sonrisa en la cara. Su nombre es Gerardo
Álvarez Palau, y su piel está marcada con todo tipo de palabras
que relatan historias de alegrías y de conflictos, de momentos y
de recuerdos.
La persona cuyos amigos conocen como “Geras”, nació hace
19 años en San Luis Potosí. Su infancia no fue relajada, tampoco
la podríamos describir como fácil, había momentos divertidos
pero la mayor parte del tiempo se hallaba ocupado debido a
actividades terapéuticas.
Mientras platicamos hay dos palabras que laten en su piel
-que lo marcaron- y los susurros que despiden son cada vez
más fuertes: guitarra y escritura; e increíblemente una deriva de
la otra. Cuando Geras empezó a tocar guitarra también comenzó
a escribir, mientras sus dedos danzaban sobre las cuerdas, su
mente planeaba los versos que decorarían esas melodías y así
comenzó a escribir, desde cuentos hasta poesías.
Hay sucesos que nos motivan y otros que nos detienen, pero
¿qué pasa cuando lo que nos motiva, también puede dificultar-
nos el camino? El miedo al futuro, saber que en su carrera -Lite-
ratura y Filosofía- el panorama es incierto y la línea entre el fraca-
so y el éxito es tan delgada que es fácil perderla de vista. Saber
que lo que haces te apasiona y por eso decides correr el riesgo,
y con cada tarea te motivas para ofrecer algo diferente, para
salir de lo normal, para sembrar pequeños éxitos que esperas
“[...] un libro es un reflejo de la
sociedad en la cual fue gestado,
retrata una localidad, un lenguaje
propio, sentimientos, experien-
cias [...]”
Sofía R. Mugica