Página 16 - abril2013

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reflejo
mosaico
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E
n casa, si algo sobraba eran carencias; papá apenas po-
día juntar un poco de dinero para que yo tuviera zapatos.
Los libros eran un artículo de lujo, lujo que no nos po-
díamos dar, primero teníamos que comer. Saliendo de la
escuela me iba a trabajar con papá, hacíamos lo que podíamos
para sacar algo de dinero en la ciudad; había días que no asistía
a clases. A la par de las carencias también sobraban las ganas
por salir adelante. Me gustaba mucho ir a la escuela, aprender
de mi maestra, estar con mis compañeros; yo soy este niño que
está en la tercera hilera en esta foto, es un recuerdo que me hace
mucha ilusión, era un niño un poco tímido, cursé hasta el tercero
de primaria, ya no pude seguir por que tenía que trabajar, pero
esas ganas por aprender nunca se fueron. Aunque en voz alta
leo torpe y no entiendo del todo el sentido de algunas palabras
he tratado de irlo puliendo, tengo 63 años y todos los días trato
de mejorar mi lectura.
Las palabras anteriores, podrían pertenecer a la historia de
cualquier hombre o mujer indígena de alguna comunidad en
nuestro país. En tema de educación, según Alfonso Hernández
Olvera “hay dos situaciones por las que los jóvenes indígenas
se ven obligados a desertar de las aulas: la primera, es la falta
de recursos económicos que, además los lleva a migrar a las
grandes ciudades —comúnmente la Ciudad de México o Esta-
dos Unidos—. La otra es que hay un gran descontento hacia la
educación al no encontrar sentido del porqué y el para qué es-
tudiar, y que tampoco les aporta ninguna esperanza de mejorar
su calidad de vida”. Alfonso es originario de la comunidad —to-
tonaca- de Zihuateutla, que se caracteriza por preservar aún la
lengua indígena, sus costumbres y tradiciones -fiestas, música,
danzas y gastronomía—. La comunidad se encuentra ubicada
en la región de Huauchinango, en la Sierra Norte del Estado de
Puebla. Este joven totonaco se ha esforzado y puesto todo su
interés y compromiso por sacar adelante a su comunidad de
origen, estudió la Licenciatura en Educación en la Universidad
Iberoamericana Puebla y fue beneficiario del Programa de Be-
cas
Pedro Arrupe
,
S.J.
Actualmente es académico de tiempo en
la Universidad Intercultural del Estado de Puebla, en Huehuetla,
Puebla, en donde trabaja la sistematización del programa que
diseñó en manuales de aprendizaje.
Alfonso tuvo el interés de iniciar un proyecto de lectoescritura
en su comunidad con jóvenes de secundaria: “He vivido y sufrido
de las condiciones difíciles que tenemos los jóvenes indígenas en
la comunidad de Zihuateutla, pero sobre todo el enfrentarnos con
problemas de aprendizaje en nuestras aulas. Al leer algunos auto-
res comprendí que sólo por medio de la lectura, la liberación del
pensamiento y el tener la posibilidad de leer y entender el mun-
do podremos ir avanzando hacia nuestro propio desarrollo como
comunidad indígena. Además, en lo personal, caí en cuenta que
como indígenas tenemos que tomar partido, demostrando nues-
tra capacidad de participación en nuestro proceso de desarrollo”.
En 2008 la Universidad del Valle de México lo hace acreedor al
Premio UVM por el Desarrollo Social, por su Programa Jóvenes
Indígenas Aprendiendo a Ser, Conocer y Convivir cuyo objetivo
general consiste en animar, capacitar y formar a la juventud in-
dígena del municipio de Zihuateutla que asiste a la secundaria
y el bachillerato con un programa educativo no formal; basado
en la educación de los sentimientos, carácter, inteligencia, liber-
tad y derechos, por medio de cursos, talleres, foros y congresos
para que desarrollen competencias académicas, sean compasi-
vos, conscientes y comprometidos con la sociedad. “Este Pro-
grama deposita una gran confianza en los jóvenes indígenas al
reconocer que tienen el talento, la creatividad y la energía para
aprender, y les brinda la oportunidad de demostrar lo que saben
hacer, procurando tiempos, espacios y actividades acordes a sus
necesidades y características”.
Las actividades que destacan como contenidos del Programa
son: Mi personaje favorito soy yo -busca incidir en la autoestima
de los jóvenes-, Lectura y escritura -anima y fortalece las com-
petencias de lectura y la calidad de la escritura-. Estrategias de
Aprendizaje, cuyo propósito es que el joven reconozca las condi-
ciones psicológicas, físicas y técnicas del aprendizaje para com-
prender los contenidos educativos. También sobresale el recono-
cimiento de los derechos lingüísticos, culturales, civiles y políticos
para que los jóvenes se asuman como líderes en la defensa de
sus derechos humanos ante aquellos que, con prepotencia, se los
niegan. Finalmente, se trabaja con el joven en el planteamiento de
su proyecto de vida desde un análisis de su realidad local y global.
Este Programa desarrollado por Alfonso, fortalece la educación de
los jóvenes para evitar la deserción escolar al darse cuenta del
sentido que tiene no solo el aprender a expresarse de manera oral
y escrita, si no fortaleciendo su identidad individual-cultural y pre-
parándolos para enfrentar un mundo plural.
Mi nombre es Alfonso
Por Arturo Cielo Rodríguez, jefe de Diseño Gráfico de
la Dirección de Comunicación Institucional