Página 10 - enero2014

Versión de HTML Básico

formando el
mosaico
[ 10 ]
Jamás rápido y nunca demasiado lento
Por Valery Estefannia Rocha Cortés,
alumna de la Licenciatura en Diseño de Interacción
y Animación Digital
S
i pudiera hablar sobre algo en especial sería sobre el tiem-
po, sobre su constante caminar, jamás rápido y nunca de-
masiado lento, muy a pesar de lo que a veces podamos
sentir o creer.
Desde tiempos inmemorables la gente tenía necesidad de
contar el tiempo, ya sea en estaciones, años, ciclos, días, horas,
minutos y segundos. Siempre estuvimos conscientes de que es-
tábamos sujetos a él y que éste, juez silencioso, movía nuestras
vidas y todo lo que se hallaba a nuestro alrededor.
No podíamos controlarlo, ¿cómo podíamos siquiera tener en
nuestra cabeza esa idea?, era una fuerza mayor, considerada por
algunos como un Dios, un ser viejo y sabio que no se detenía a
considerar nada ni a nadie y trataba a todos por igual, nosotros
sólo éramos humanos.
Se crearon relojes como si éstos nos llevaran a aprovechar
más el transcurrir del tiempo, trataron de ser más exactos y no-
sotros quisimos ir al paso de ellos, quisimos que todo nuestro
cuerpo caminara al paso de sus segunderos, queríamos aprove-
char todo el tiempo posible como temiendo que el futuro llegara
de imprevisto y nos “cachara” haciendo mal uso del presente.
Pasaron generaciones con alguna fantasía de poder controlar al
menos nuestro propio tiempo, convertir esos 365 días en siglos,
el ser inmortales aún yace en la mente de muchos, por lo cual se
empezaron a generar productos y compartir consejos sobre “atra-
sar” nuestro envejecimiento, uno de nuestros mayores miedos.
¿Por qué querríamos atrasar nuestro tiempo?, ¿acaso no es
suficiente el tiempo que tenemos?, muchos responderán que no,
no es suficiente y yo les responderé con una sonrisa: “realmente
es posible”, algunos me sonreirán, les divertirá mi respuesta, yo
les mostraré una sonrisa sincera y les diré: “a veces sólo se nece-
sita disfrutar de la vida, tener en cuenta que todo tiene su tiempo,
ni muy rápido ni muy lento, somos parte de la vida, se nos da el
tiempo suficiente para poder hacer bastantes cosas, para disfru-
tar el tiempo con nuestros seres queridos, ir a donde queramos
y hacer lo que sea, todo depende de lo que decidamos. No deje-
mos todo para después, si podemos realizarlo hay que hacerlo.
Si realmente disfrutamos de la vida y cuidamos como se debe
nuestro bienestar, el tiempo pasará más lentamente sobre nues-
tro cuerpo, se nos verá más jóvenes y con mucho más vitalidad,
sino me creen sólo volteen a ver a aquellas personas en cuyo
cuerpo el tiempo no se muestra.
Ilustración: Ma. Lissette Rojas Tejeda
Se crearon relojes como si éstos nos llevaran a
aprovechar más el transcurrir del tiempo, trata-
ron de ser más exactos y nosotros quisimos ir al
paso de ellos, quisimos que todo nuestro cuerpo
caminara al paso de sus segunderos, queríamos
aprovechar todo el tiempo posible como temiendo
que el futuro llegara de imprevisto y nos “cachara”
haciendo mal uso del presente.