Página 12 - enero2014

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formando el
mosaico
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C
uando pienso en el tiempo, pienso en que a pesar de ser uno solo, siempre lo
clasificamos en muchas vertientes. Hay tiempo para estudiar, para divertirse,
tiempo libre y así podría seguir.
Asimismo, pensar en el tiempo es para mí pensar en prioridades. Como bien
sabemos, el tiempo es relativo, y en muchas ocasiones no tenemos tiempo para tener
tiempo, para hacer lo que verdaderamente disfrutamos.
Dado que el tiempo es algo que no podemos recuperar, debemos aprender a hacer
un balance entre lo que queremos y lo que debemos hacer, para así poder equilibrar el
periodo que le dedicamos a cada una de las cosas.
Pienso que es muy importante reflexionar acerca de qué estamos haciendo con nues-
tro tiempo, y aprender a administrarlo.
Mucho se ha dicho sobre la administración del tiempo, pero pienso que solo noso-
tros podemos saber realmente cómo hacerlo, basado en nuestros intereses, deseos
y objetivos.
También pienso que en ocasiones pasamos demasiado tiempo planeando qué hacer
con el futuro, que aún no tenemos, y que a pesar de que es muy importante pensar en
el mismo, es igual de sustancial tener en cuenta que el presente es finalmente el único
tiempo que verdaderamente tenemos.
Siempre falta tiempo y es imposible recuperarlo. Al final nos damos cuenta de todo el
tiempo que hemos perdido, y nos enfrentamos a la irreversibilidad de éste.
Pienso que la irreversibilidad del tiempo es una de las cosas más interesantes acerca
de este tema, ya que muchas veces nuestras acciones están impulsadas por esta carac-
terística, y con el fin de evitar la pregunta ¿Qué hubiera pasado?
Finalmente, creo que si se está plenamente consciente de la escasez del tiempo, po-
demos hacer un mejor uso de él en nuestra vida, para estar satisfechos con la aplicación
que le estamos dando al mismo.
Por Eduardo Zárate López, alumno de la Licenciatura en Mercadotecnia
Presente vs Futuro
Ilustración: Joshua Castillo Torres, alumno de la Licenciatura en Diseño en Ineracción y Animación Digital
“Cuando decimos que todo tiempo pasado fue mejor, estamos
condenando el futuro sin conocerlo.”
Francisco de Quevedo
D
oscientos días y aún recuerdo
El primero de nuestros encuentros
Ese tiempo entre tus adentros
Es el mismo que ahora dista de momentos
El primer momento, el primer te quiero.
Ya he contado los días y los minutos
Son exactamente cincuenta días del primer, ¡Te amo!
¿Acaso tú no tomas en cuenta el tiempo?
Ya van sesenta días y no comprendo
¿Cómo es que en ti no causa el mismo efecto?
Ahora mi vida es un pasar de manecillas resumidos en tu naturaleza
Ya son cien días y todo pinta de maravilla
Todo el tiempo pienso en ti, ahora eres mi vida.
El tiempo me ha traicionado
Me traiciona de manera que los segundos de tu ausencia
me enloquecen
No sé si llamarlo mi amigo o mi enemigo
No sé si aceptarlo o negarlo.
Ciento cincuenta días y yo estoy en huelga
Soy un soñador en paro
Tú como el tiempo me han dejado colgado, pero aún te espero
Cansado con el tiempo y su concubina soledad
Y no me canso de esperar.
Doscientos días, es mi límite de tiempo…
Por Fernanda Sarao Oramas, alumna de la Licenciatura en Ciencias
Políticas y Administración Pública
Doscientos días