Página 16 - enero2014

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Zamira Hernández Rojas
T
iene una mirada serena y cuando le tocan el tema “tex-
tiles” se muestra apasionada: “el textil tiene un lenguaje
propio porque no necesita estar convertido en algo para
comunicar, creo que es un objeto social importantísimo.. es
un medio mucho más cercano a lo humano. Se pueden contar
más historias a través del textil, hacer mucho de diseño, de es-
tética, siento que carga mucha belleza”. Mónica Parra Hinojosa
desde que terminó la carrera de diseño textil en la Ibero Puebla,
ha generado un currículum un tanto ecléctico: el diseño de una
línea de bisutería; el diseño de vestuario de la obra de teatro
Las Furias de Macbeth
(que en 2013 se presentó en el festival
SETKÁNÍ/ENCOUNTER en Brno, República Checa); la presen-
tación en el Madrid Fashion Show del vestido que diseñó para
el concurso DIVAS, en el cual obtuvo el primer lugar. Y también
se ha dedicado a viajar “empecé en Argentina, inicié viajando
con una chica argentina y la idea del viaje fue recorrer una ruta
textil (Argentina, Chile, Bolivia y Perú) no solo para conocer las
técnicas, sino también los procesos y cómo se relaciona el tex-
til con los pueblos originarios y su vida cotidiana.
He tenido una apreciación del proceso textil muy por encima,
como un primer acercamiento, ya que en un año no te da tiempo
de mucho, era estar dos, cuatro días en un lugar, quizá una se-
mana, adentrándote en el trabajo de las tejedoras. Hay factores
que no te permiten mucho esto, como por ejemplo las estacio-
nes. En el sur de Chile era verano y es la época del año en que
todos se dedicaban a vender sus productos textiles, nadie estaba
produciendo, lo que pudimos sacar de ahí fueron testimonios de
la importancia del textil, mujeres que antes no tejían ahora tejen
porque en ese país hubo como un boom de la lana y esta materia
prima se estaba tirando, quemando incluso. Estuve ocho meses
en Chile haciendo un voluntariado en un proyecto de desarrollo
social donde el fuerte era el textil y la capacitación a mujeres en
cuanto al trabajo en fibras naturales y textilería artesanal.
La enseñanza de las técnicas textiles se reduce a tiempo, lo em-
pecé a ver cuando hice mi servicio social en Chiapas con la organi-
zación
Mujeres de maíz en resistencia
. La diferencia entre los tiem-
pos que uno tiene en la cabeza, acostumbrados a los tiempos de
la ciudad y los tiempos de los pueblos indígenas es darte cuenta
que tienes que bajarle a los ritmos (hablando de producción textil
artesanal) porque la gente no son máquinas y el proceso textil
suele ser -a pesar de la habilidad para hacerlo- no solo un objeto
para vender. La visión del producto textil, es más que nada un
modo de vida y dedicarle todo tu tiempo depende de la cultura de
cada lugar, los factores climáticos influyen en todos los procesos
textiles por ejemplo la lana que se compraba en el sur de Chile
pesaba tantos kilos pero cuando llegaba al norte pesaba menos
porque en el norte no hay humedad.
Las niñas aprender a hilar desde los 3 o 4 años y acompañan
ese proceso textil en la vida diaria, se aprende de otras generacio-
nes solo mirando, observando. En la ciudad prácticamente esto
no existe: lo contemplativo. En una isla del lago Titicaca que se
llama Taquile (nombrada como patrimonio de la humanidad) cada
uno de los habitantes teje y los textiles son realmente una joya;
los hombres tejen con aguja y telar de pedales y las mujeres con
telar de cintura. Ahí tu preguntas ¿quién te enseño a tejer? y la res-
puesta es nadie, a mí nadie me enseño, yo vi a mi mamá, ella tejía y
les dan los instrumentos para tejer a los niños y de ahí es observa-
ción de años. Me acercaba con la gente y te explican, te enseñan,
te estás un día entero y te vas dando una idea de cómo se teje
por los conocimientos previos que tienes (muy mecanizado, muy
sistematizado). Allá no hay un papel donde se explique cómo se
hace, lo que hay está en la cabeza y en años de prueba y cómo
van generando nuevos diseños. Esta isla tiene muy poco contac-
to con el mundo exterior y la generación de nuevos diseños se
va dando por asesorías externas, gente que llega y trabaja en el
rescate de técnicas originarias o que sale a estudiar y regresa con
ideas de cómo generar un desarrollo, cómo generar proyectos
textiles que vayan de acuerdo a un mercado donde se pueda
vender apoyados de nuevas tecnologías, implementos, materia-
les. Y hablando de mercado, la remuneración del textil artesanal
está sujeta a las normas del mundo de la moda y se demerita su
valor porque no viene del entorno del glamour.
Por el momento no tengo nada en puerta, después de tomar
un descanso me gustaría trabajar en un proyecto cultural relacio-
nado con los textiles, me gusta la parte visual, integrar el textil
a otras áreas, ahora quiero intentar algo mío, generar algo que
pueda ir creciendo como un proyecto consistente”.
www.facebook.com/madejandola
www.madejandola.com
Por Arturo Cielo Rodríguez, Jefe de Diseño
de la Dirección de Comunicación Institucional.
EN MODO CONTEMPLATIVO
reflejo
mosaico
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