Página 14 - febrero2014

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formando el
mosaico
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L
a vida está llena de toma de decisiones, mismas que nos
hacen sentir responsables de nuestra propia vida y arqui-
tectos de nuestro destino, al poseer la libertad de elegir; no
obstante la realidad puede resultar un poco distante de es-
tos ideales, ya que ¿quién no se ha sentido paralizado alguna vez
a la hora de tomar una decisión en su vida? A lo largo del tiempo,
resulta cada vez más evidente que: el exceso de posibilidades,
más que ayudar en la elección, provoca el efecto contrario.
Varios autores han escrito múltiples obras a cerca de la polémica
“libertad de toma de decisiones”; uno de ellos ha sido el psicó-
logo Barry Schwartz, quien en su libro:
Paradox of Choice: Why
More Is Less
, plantea que uno de los dogmas de las sociedades
industriales occidentales es maximizar el bienestar social, que se
logra aumentando la libertad individual, y por lo tanto la libertad
de elección; que a su vez, siguiendo esta lógica, nos haría más
felices. Sin embargo, la cuestión de elegir –creo yo- va más allá de
la libertad, ya que intervienen múltiples factores que determinan
nuestra resolución final, como el gusto, las propias experiencias
de vida, nuestras relaciones sociales, etc. Pese a que al principio,
se pensaba que era bueno tener diferentes alternativas a la hora
de tomar una decisión, la realidad es que cuantas más opciones
tenemos a nuestra disposición, más difícil nos resultará decidirnos
por alguna opción, ya que la capacidad de discernimiento se blo-
quea. Es aquí donde surge la denominada paradoja de la elección.
Exceso de posibilidades: ¿Ayuda o dificultad
para la toma de decisiones?
Por Alba Marina Montes Garrido, alumna de la Licenciatura en Relaciones Internacionales
Asimismo, este tema se vuelve central en la sociedad cada vez
más consumista y competitiva en la que vivimos, donde la varia-
bilidad de las características, pueden hacer “único” a un producto
que compite con cientos que son muy parecidos y diseñados para
la misma función. Estados Unidos, paradigma del consumo desa-
forado, es un ejemplo claro donde esta paradoja alcanza su máxi-
ma expresión. De acuerdo con Barry Schwartz, en las sociedades
occidentales se da mucha importancia a la libertad de elección,
sin embargo, esto no nos ha hecho más libres ni felices, sino más
insatisfechos. La gente encuentra más difícil tomar una decisión
en un mundo de ilimitadas opciones y posibilidades.Y esta situa-
ción se repite en multitud de ocasiones de nuestra vida cotidiana:
al leer la carta de un restaurante, en las tiendas de ropa, de zapa-
tos, de libros, o al comprar cualquier cosa.
Lo que deberíamos hacer es replantearnos los paradigmas de
nuestra sociedad consumista que no nos está llevando a nada
bueno, más que a almacenar cosas sin sentido; y pensar si real-
mente
entre más es mejor
. Limitemos el número de opciones. Y
respecto a la ansiedad, que algunos consumidores compulsivos
experimentan, lo cierto es que “entre menos opciones tengamos,
aumenta la posibilidad de acertar en la respuesta correcta”. Y así
con todo: oferta reducida, consumidor satisfecho; además reco-
nozcamos la verdad: ¿no seríamos más felices si deseáramos
poseer menos cosas?
Juan Manuel López Martínez, alumno de la Licenciatura en Mercadotecnia