Página 13 - febrero2014

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formando el
mosaico
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¿Es verdad que en la vida tú eliges el camino? ¿O acaso es la familia y la
sociedad quien elige por ti?
Desde pequeños nuestra vida fue invadida por ideales, jugábamos a ser médicos, ar-
quitectos, viajeros, o mamás de tres, cuatro o cinco bebés con una enorme casa con
jardín y rodeada de mascotas. Al paso de los años continuamos idealizando nuestra
vida pensando en lo que seríamos cuando “fuéramos grandes” y precisamente es, en
esta etapa, que comenzamos a elegir; empezando por cosas tan simples como la ropa
que queríamos usar, lo que apetecíamos comer o las amistades que nos rodearían, pero
¿acaso estas simplezas nos fueron permitidas? Creo que la respuesta es evidente: si
queríamos la ropa de “moda” o esos peinados tan excéntricos mamá decía: ¡ni se te
ocurra salir así, cámbiate, luces terrible!; si se nos antojaban esas deliciosas frituras de la
esquina, la respuesta era: ¡no se te ocurra comer esa chatarra porque vas a engordar! Y
típico que, nuestra mejor amiga o amigo eran parte de una mala influencia y pérdida de
tiempo para nosotros.
Cuando por fin llegó la etapa en la cual comenzaríamos a cumplir esos ideales que des-
de pequeños perseguíamos y elegir nuestro futuro siendo el mejor médico, arquitecto, via-
jero o mamá, la respuesta fue: ¿cómo piensas estudiar arquitectura si todos en la familia
son médicos? O viceversa; ¿qué te vas a casar, tan joven, cómo que no piensas estudiar?
¡No es que quieras, es que tienes que hacerlo! ¿No es acaso una paradoja el no poder
elegir sobre nuestra propia vida y que los demás realicen la elección en nuestro lugar?
Elegir es un derecho, pero elegir libremente es un privilegio.
Esto no significa ponernos en contra de nuestra familia o de la sociedad y hacer lo que
nos venga en gana; debemos entender que las personas que quieren elegir por nosotros
es porque piensan que están haciendo lo mejor para nuestra vida y la mejor solución
siempre será una ´comunicación efectiva´ respetando los puntos de vista, deseos y anhe-
los mutuos para poder encontrar el punto medio y de equilibrio eligiendo de esta manera
lo mejor para todos.
Yo elijo, tú eliges, todos
elegimos
Por Frida Proskawer Espinosa, alumna de la Maestría en Lectoescritura
La toma de decisiones es una parte elemental en la vida del ser humano.
Cada día a cada minuto tomamos decisiones que van desde lo más simple hasta lo más
complejo, la buena noticia es que tenemos millones de opciones para elegir, ¿o no?
En el mundo existen más de 40 mil películas, muchas y muy variadas marcas de ropa
y aparatos electrodomésticos, más de 120 mil millones de libros, etc. ¿Cómo tomar
una decisión entre todo eso y más? Está bien no exageremos, no vas a escoger una
película de entre 40 mil, pero ¿qué tal una pareja entre 336 mil mexicanos?, entre más
opciones es más difícil elegir ¿no?
Las decisiones, de cualquier tipo, tienen dos salidas: victoria o fracaso. Las acerta-
das llevan consigo momentos de satisfacción e incluso de felicidad pero esas no son
las más difíciles de tomar, una decisión errónea conlleva a la frustración, enojo y tristeza,
pero si los seres humanos nos caemos con la misma piedra dos veces es porque sabe-
mos cómo levantarnos.
Entonces no hay que tener miedo a tomar decisiones para eso tenemos un mundo de
posibilidades, debería ser divertido ¿no crees?
Por Ana Patricia García Ibargüen, alumna de la Licenciatura en Relacio-
nes Internacionales
Un mundo de opciones