Rúbricas 1

20 primavera - Verano 2011 En la actualidad, en la frontera sur de México ocurren seis flujos migratorios internacionales: 1) visitantes locales, tendencialmente en el tiempo el flujo más documentado por las autoridades migratorias mexicanas, lo que no implica que todos los visitantes locales gestionen el permiso correspondiente. La mayoría son lugareños residentes en comunidades aledañas al otro lado de la frontera; 2) trabajadores regionales; el grueso de ellos dedicado a labores agrícolas y por temporada, los otros al sector terciario y por temporadas indefinidas en el tiempo; no hay cifras confiables del volumen total, sólo registros de alguno de estos flujos laborales, acotados a alguna actividad en cierto momento, cuando no a una labor específica; 3) refugiados, la mayoría centroamericanos, guatemaltecos sobre todo, quienes hoy constituyen un volumen menor de los flujos, en gran parte por la dificultad que encuentran en años recientes para que se les otorgue dicha calidad migratoria y la protección institucional correspondiente (González de Ita, 2003). El grueso registrado de manera oficial corresponde a lo acontecido a finales del siglo xx, pero de lo ocurrido en el xxi hay un significativo subregistro; hoy muchos de los refugiados no existen de manera oficial; 4) residentes fronterizos que, a la luz de los datos censales, son pocos en el país aunque representen la segunda nacionalidad de extranjeros por su número, pero a la vez significan la concentración mayor de guatemaltecos en México en poblaciones limítrofes del sur. De manera extraoficial, existe un volumen impreciso de centroamericanos indocumentados, fácil de localizar en las calles de las ciudades y municipios fronterizos, aunque inexistentes en los registros gubernamentales; 5) turistas, negociantes y técnicos, documentados por las autoridades migratorias, no han sido objeto de análisis hasta el momento; y 6) transmigrantes, flujo de la discordia entre gobiernos y entre éstos y organismos civiles humanitarios. Reciben todo el peso de la ley, el sobrepeso de quienes abusan de ésta y de los agentes delictivos, con y sin uniforme. Los registros de miles de “asegurados” por el Instituto Nacional de Migración (inm), como se les llama en el argot gubernamental, se nutren, casi de manera exclusiva, de este flujo en particular. Son expertos quienes analizan en encuentros internacionales problemáticas específicas y, producto de sus reflexiones, las sociedades y gobiernos nacionales reciben propuestas tendientes a fortalecer los derechos y garantías de las personas. Así, en el ámbito internacional, cuando hablamos de “trata de personas”, la Convención y protocolos de Palermo son referencia obligada. Desde noviembre de 2007, México cuenta con una ley sobre la materia, al tiempo se publicó el Reglamento de esa ley, se estableció la Comisión Intersecretarial correspondiente y se han dado diversos pasos en dependencias del Ejecutivo federal hacia la incorporación de la figura de Trata en su quehacer cotidiano; la creación de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra), el 31 de enero

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3