Rúbricas 1

60 primavera - Verano 2011 Para hacer un abordaje ético en los medios es importante saber que existen tres interlocutores que tienen un rol fundamental: Responsabilidad personal /autorregulación de el o la periodista Editores/ tomadores de decisión Responsabilidad del medio/línea editorial definida Esto implica que muchas veces las decisiones en los medios de comunicación o en campañas de organizaciones sobre el uso de imágenes o testimonios no dependen de un o una periodista, sino que hay niveles de jerarquía que influyen en lo que saldrá publicado. Los periodistas y comunicadores, aun contando con información de un abordaje con ética y enfoque de derechos humanos y tratando de hacer una autorregulación de lo que van a publicar, no logran que editores de medios lo vean de esa manera y, por lo tanto, no siempre pueden decidir sobre lo que sale publicado y cómo sale publicado. Sus trabajos son presentados a instancias supervisoras quienes deciden finalmente qué sale a la luz pública, modificando o invalidando muchas veces las opiniones presentadas inicialmente. A su vez, estas instancias de supervisión dependen de la línea editorial que lleve el dueño de la organización o del medio de comunicación, que es al final quien decide qué colocar en la agenda mediática. Si logramos que estos tres interlocutores de un medio logren interesarse en el abordaje adecuado del tema, podemos lograr que éste llegue a una población mayor y así contribuir a elevar el nivel de información con el que se cuenta. Luego, en el plano de redacción, es importante considerar algunas recomendaciones que permitan mantener la ética al presentar los testimonios de las personas víctimas de trata. Entre las principales recomendaciones podemos mencionar las siguientes: Conocer el tema. En primer lugar, el periodista, comunicador, técnico o persona de cualquier otra profesión debe tener claro que informarse es indispensable para hablar correctamente a otros sobre trata ya que estamos refiriéndonos a un delito del cual la población no tiene información y todavía sigue confundiendo la terminología del mismo. Al hablar de trata se debe evitar brindar términos errados, ya que la población cree la información que se le presenta y puede crearse confusión al respecto. Un ejemplo claro es el término “trata de blancas”, el cual no es correcto ya que invisibiliza la trata de otras poblaciones de la sociedad. Cuando el o la periodista cuenta con la información adecuada es importante contextualizar la nota, ya que debe llegar a las personas de la manera más sencilla, con ejemplos y contextos conocidos para que los lectores puedan comprender y poner en práctica lo que le estamos diciendo. Otro aspecto importante es saber que la trata está ligada a delitos conexos, como el narcotráfico, la extracción de órganos o la pornografía infantil. Es necesario brindar información que a la gente le permita identificar todas las modalidades del delito tales como la esclavitud, mendicidad, venta de órganos, explotación sexual comercial. Respeto a los derechos humanos de las víctimas. Si se quiere presentar testimonios e imágenes de las víctimas de trata de personas, en todo momento se debe garantizar la integridad de las personas, la confidencialidad y evitar mostrar rostros, o cualquier señal que las identifique ya que las víctimas pueden sufrir discriminación cuando su comunidad se entera de lo que les ha sucedido y, en el peor de los casos, pueden ser identificadas por las redes delictivas de las cuales han sido víctimas. Además, antes de presentar las historias en medios de comunicación se debe conseguir autorización de las personas víctimas de trata. Contar historias de vida, no cifras. Por lo general, una de las cosas que más “vende” una noticia son las cifras, ya que es una forma de “demostrar” que verdaderamente el delito está ocurriendo en la comunidad. Pero, al contrario de lo que se piensa al momento de informar, se debe buscar el lado humano de las situaciones o, quizá, mostrar el proceso de reintegración de la víctima como una muestra de que se puede seguir adelante con la ayuda emocional y psicológica de las personas allegadas, amigos o de la comunidad misma.

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