Rúbricas 6

58 Otoño - Invierno 2013 La información del inegi sobre ocupación y empleo de agosto de 2013 señala que de 117 millones de personas en México, 59.3%, es la población económicamente activa (pea). De estos 69.38 millones de personas (que son la pea del país), 3.59 millones están desocupadas y 39.05 millones son vulnerables laboralmente (Tasa de informalidad laboral). Por su parte, el índice de Gini fluctúa entre 0.498 y 0.509, lo cual significa mayor desigualdad y menor cohesión social que países como Mozambique, Uganda, El Congo, Jamaica, Trinidad y Tobago y muchos otros más, de acuerdo con la clasificación de la onu. Democratizar la economía implica también democratizar la productividad, entendiendo el desarrollo no sólo como crecimiento del pib. Más bien, comprendiendo la calidad de vida personal, familiar, comunitaria, social, económica y ambiental, es caminar hacia un buen vivir. La democracia debe avanzar, a su vez, hacia instancias participativas de la sociedad en las decisiones de los gobiernos y de los tres poderes. En el país es necesaria la constitución de instancias formales, donde la sociedad pueda participar siendo autónoma, con un mínimo de facultades como instancias de consulta obligatoria y con acceso a toda la información. La población de bajos ingresos requiere también acceder al conocimiento y la tecnología, desarrollando las capacidades y competencias necesarias, entre otros aspectos, para instrumentar por sí mismas el tipo de desarrollo que deseen. III. Elementos esenciales Las políticas de gobierno orientadas al sector social de la economía han de considerar los siguientes elementos. 1. Actores fortalecidos A fin de cuentas, una verdadera política de fomento y desarrollo llevará a la consolidación de algunos actores sociales. En este caso, apostamos por enfocarse al sector social productivo. Hay quienes hablan de aproximadamente 50 mil entidades económicas, nosotros contamos con un banco de datos de más de 5 mil empresas de diversas actividades económicas. El doctor José Antonio Meade declaró hace dos años, en ese entonces, en su calidad de secretario de Hacienda del gobierno federal, que el 18% de la población económicamente activa se encuentra en el sector social de la economía. No hay datos precisos, pero la realidad muestra que, además, un gran número de jóvenes y mujeres se van sumando a este tipo de empresas, quienes al involucrarse en aquellas del sector social, marcarán la diferencia. En este aspecto, en los siguientes años, podríamos ver consolidarse: a) Instituciones formales de participación ciudadana, dentro de los órganos de gobierno que toman decisiones que involucran al sector social productivo. b) Grupos empresariales de la economía social y solidaria c) Fondos de capital del sector social u orientados hacia él d) Bancos de la economía social y solidaria e) Instituciones-redes-sistemas educativos, de investigación y tecnología del sector. 2. Cultura de la economía social y solidaria Las políticas de gobierno tendrán la perspectiva de ir realizando un cambio cultural en el país, otra forma de hacer la economía y de formar empresas. La apuesta por las empresas con alto impacto en el desarrollo es una apuesta cultural de largo plazo que permite enraizar formas de ser del mexicano que llevan a prácticas de solidaridad, responsabilidad y creatividad, entre otras. Significa también un cambio en la manera de entablar las relaciones entre el mismo sector social, así como ante el sector social y los gobiernos. Una plena autonomía del sector social, aunada a propuestas específicas que apunten a cambios sustanciales y posibles en las políticas de los gobiernos, irán concretando cambios irreversibles en el país. 3. Soberanía, Gobierno legítimo y Estado fortalecido = Pueblo organizado, autónomo y libre La consolidación de un pueblo organizado, autónomo y libre, es una vía para lograr la soberanía nacional, para contar con gobiernos legítimos y tener un Estado fortalecido. La consolidación del sector social productivo generará, sin lugar a dudas, la necesidad y oportunidad para el surgimiento de gobiernos con visión de Estado y de largo alcance. Los gobiernos tendrán que adecuarse para gobernar a un pueblo desarrollado, sin hambre y sin depender del sector público. La política que planteamos facilitará, abonará y abrirá cauces para que se consoliden los procesos sociales reales, surgidos desde abajo y con la finalidad de salir de la pobreza, no de mantenerla ni de agudizarla. Los intentos por controlar o corporativizar podrían ser puestos a un lado. Implementar una política de gobierno de este tipo será un verdadero freno político para muchos funcionarios y políticos de partido, cuyas miradas solamente llegan a la siguiente elección y quieren ganarla con prácticas que requieren un pueblo con hambre y débil.

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