mosaico
central
[ 5 ]
—Al terminar mi camino
vuelvo la mirada atrás:
huellas de pasos, mi vida,
por la playa, junto al mar.
Pisadas de pies de niño,
andanzas de libertad,
sendas maduras y firmes
que fui dejando al pasar.
Pero al lado de mis huellas
noto en la arena otro par.
Señor, ¿quién iba conmigo
por la playa, junto al mar?
—Hijo, esas huellas son mías;
uní mi andar a tu andar.
Perseguí contigo auroras,
gocé el cielo, besé el mar.
Grabé en las tardes serenas,
frente al sol crepuscular,
mis pisadas con las tuyas
por la playa, junto al mar.
—No siempre, Señor; si miras,
hay tramos aquí y allá
con un solo par de huellas,
caminos de soledad.
En mis horas de tristeza,
de tentación, de pesar,
¿por qué esas huellas tan solas
por la playa, junto al mar?
—Hijo, esas huellas son mías.
Las noches de tempestad,
cuando se nublaba el cielo
y rugía el vendaval,
cuando embestían las olas
contra el negro peñascal,
yo te llevaba en mis brazos
por la playa, junto al mar.
HUELLAS EN LA ARENA
Por Fis. Gabriel Anaya y Duarte, S.J., colaborador del Programa Universitario Ignaciano
Ilustración: Patricia Velazco Jiménez, alumna de la licenciatura en Diseño de Interacción y Animación Digital