Rúbricas 18

Rúbricas XVIII El quehacer bibliotecario para la formación... 82 83 Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época la sanitización constante en las áreas de contacto. En ese momento nuestra contribución a la formación humana debía comenzar por el cuidado de la persona. En cuanto se eliminaron las barreras de socialización procuramos la construcción de espacios de diálogo y reflexión que impulsaran la construcción de conocimiento con y para los demás. En consecuencia, nos vinculamos con otros departamentos y ofrecimos nuestro espacio para el desarrollo de encuentros que nutrieran la formación de la persona. De esta manera, fuimos sede del “Primer Seminario de Introducción al Pensamiento de Ignacio Ellacuría”, en donde se compartieron lecturas sobre la vida y obra del mártir jesuita; invitamos al escritor lagunero Edgar Lacolz, quien a través de una lectura dramatizada nos compartió un retrato de la cotidianidad de una persona con discapacidad motriz; colaboramos con el Observatorio de Violencias Sociales y Experiencias Comunitarias (ovsec) en el desarrollo del “Seminario Devenires Críticos Frente a la Opresión”, en el cual se abordaron temas como: feminismos, teoría decolonial, patriarcado, modernidad y violencias sociales; y dimos foro a la charla “Experiencias de investigación colaborativa en contextos de violencia y desigualdad social”, facilitada por la doctora Paola Ovalle, quien compartió un poco de su trabajo con familiares de personas desaparecidas, en la Universidad Autónoma de Baja California. Debido a que la Universidad busca la formación de personas comprometidas con la transformación de la realidad social y esto implica un proceso de inmersión en las problemáticas regionales, desde la biblioteca no sólo hemos abierto el espacio para la escucha de los familiares de personas desaparecidas en el marco de sus dolorosas conmemoraciones, sino que parte de nuestro pequeño equipo colabora activamente en el ovsec para dar acompañamiento a la lucha de las familias y contribuir en sus diferentes estrategias de búsqueda. Otra de las apuestas de la biblioteca para contribuir a la formación de la persona se relaciona con el desarrollo creativo. El regreso a la “normalidad” puso en evidencia múltiples afecciones en la salud mental y el desarrollo cognitivo (derivadas o exacerbadas por la pandemia), que nos motivaron a provocar la creatividad de la comunidad a través de la convocatoria del libro-objeto Hojas de Otoño 2022, por la cual, junto con el Centro de Difusión Cultural, invitamos a la comunidad a realizar una pieza creativa empleando, como primer recurso, un libro. La respuesta fue tan satisfactoria que recibimos 16 piezas que muestran la posibilidad de prolongar la historia, el uso y el significado del libro, a través de la imaginación, el color, olor y la textura. Estos esfuerzos representan nuestra contribución a la formación de personas comprometidas con la transformación de la sociedad. Mujeres y hombres capaces de escuchar, dialogar y reflexionar sobre los problemas acuciantes de nuestra región, en consonancia con el modelo educativo. - Reflexiones finales Las bibliotecas son instituciones que, durante siglos, han contribuido a la generación de conocimientos y aunque, en la actualidad, la tecnología ha cobrado un papel relevante como fuente de información, nuestros espacios continúan siendo fundamentales para el desarrollo educativo. Hoy, más que nunca, debemos responder a la transformación de los modelos de enseñanza-aprendizaje, sin descuidar los valores de la educación jesuita, en los cuales la formación académica es tan importante como la humana. Para nuestra biblioteca, este reto implica trabajar de forma paralela en el fortalecimiento de los recursos y servicios de información académica que contribuyan al desarrollo de conocimiento científico y en la generación de espacios de escucha, diálogo, reflexión y desarrollo creativo que abonen a la formación de la persona. El acercamiento de las problemáticas regionales a nuestros espacios de trabajo es otro eje fundamental para la construcción de conocimiento con y para los demás, que permita la transformación social impulsada por el modelo educativo. Sin lugar a duda, estas contribuciones no serían posibles sin el apoyo de la comunidad local y las redes de homólogos tanto de ausjal como del suj, quienes con su solidaridad y ánimo de colaboración dan sentido al “Ser” y “Hacer” de nuestro pequeño espacio.

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