Rúbricas 18

[ La biblioteca de Universidades Jesuitas. Desafíos ante el cambio de época ] Número Dieciocho · Año 13 · Primavera-verano 2023 Revista de la Universidad Iberoamericana Puebla ISSN 2594-1135

Revista de la Universidad Iberoamericana Puebla Número 18, año 13. Primavera-verano 2023 La biblioteca de Universidades Jesuitas. Desafíos ante el cambio de época Directorio Universidad Iberoamericana Puebla Rector Mario Ernesto Patrón Sánchez Directora general académica Lilia María Vélez Iglesias Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Universidad Iberoamericana Puebla. Rúbricas Consejo editorial Lilia María Vélez Iglesias Rogelio Zamora Martínez Marcos Ricardo Escárcega Méndez Director Rogelio Zamora Martínez Coordinador temático del número José Sánchez Aviña Edición y corrección Susana Plouganou, Marcos Ricardo Escárcega Méndez Diseño editorial y portada Área de Publicaciones, Ibero Puebla Rúbricas, número 18, año 13, primavera-verano de 2023, es una publicación semestral editada por la Comunidad Universitaria del Golfo Centro, A.C., con domicilio en Blvd. del Niño Poblano 2901, Colonia Reserva Territorial Atlixcáyotl, San Andrés Cholula, CP 72820, Puebla, Tel. (222)372.30.00, iberopuebla.mx ricardo. escarcega@iberopuebla.mx Editor responsable: Marcos Ricardo Escárcega Méndez. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo número 04-2011-021410194000-102, ISSN 25941135, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Área de Publicaciones de la Universidad Iberoamericana Puebla, Blvd. del Niño Poblano 2901, Colonia Reserva Territorial Atlixcáyotl, San Andrés Cholula, CP 72820, Puebla, Tel. (222)372.30.00, extensión 12111. Fecha de última actualización: julio de 2023. Foto: Valentina A.

I Bibliotecas: corazón de toda institución educativa de la Compañía de Jesús La biblioteca en la función académica universitaria Lilia María Vélez Iglesias Encuentro del grupo de bibliotecas de ausjal Luis Arriaga Valenzuela La Educación y la Biblioteca: alma y corazón de la Obra Educativa Jesuita en Latinoamérica. José Guadalupe Sánchez Aviña Bibliotecas y educación superior en América Latina, la esperanza en movimiento (o “Nuestra biblioteca universitaria, un espacio también, para desaprender”) Mónica Márquez Hermosillo Alfredo Cruz Vázquez Diego Ramos Rojas Las bibliotecas en las Universidades Jesuitas: atisbo a los orígenes y una mirada hacia nuestro quehacer en la región Luis H. Inclán Cienfuegos II Significado de la biblioteca para una institución educativa confiada a la Compañía de Jesús Grupo de Bibliotecas ausjal: trabajo colaborativo para la permanencia en el mundo ausjal Ana Cristina Santos Pérez El quehacer bibliotecario para la formación profesional y humana en la Ibero Torreón. Erika I. Soto Villalobos De Biblioteca a Centro: cambiar para innovar, innovar para servir. El Centro Agora de la Universidad Católica del Uruguay, un camino de transformación de la biblioteca universitaria Sandra Fabra III Biblioteca Interactiva Pedro Arrupe SJ Biblioteca Interactiva Pedro Arrupe SJ: una historia para contar Pablo González Torres Reseña bibliográfica. “El isomorfismo de las bibliotecas jesuitas (Siglos XVI-XVIII)”, Araceli Tezanos Juan Carlos Osorio Palacios Presentación Mario Ernesto Patrón Sánchez

Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época 7 - Presentación Agradezco la oportunidad de presentar este número especial de la revista Rúbricas, dedicado a reflexionar sobre las bibliotecas universitarias y, en especial, sobre las bibliotecas de nuestras universidades jesuitas. Como es bien sabido, la integración de bibliotecas y la construcción misma de la práctica bibliotecológica como un campo del saber especializado ocupan un lugar muy importante entre las numerosas tareas culturales que la Compañía de Jesús ha cultivado a lo largo de su historia y esta publicación busca honrar esa rica tradición e iluminar algunos de sus pasajes importantes. Pero, junto con el deseo de dedicar una mirada cariñosa sobre esa herencia de la que nuestras bibliotecas son depositarias, esta edición de Rúbricas está animada también por el desafío de pensar nuestras bibliotecas y actualizar el aporte que están llamadas a brindar a nuestra misión universitaria en las complejas condiciones actuales, en las que coexisten oportunidades extraordinarias junto a riesgos de gran envergadura. El nuevo ecosistema informacional en el que nos movemos hoy, en incesante y acelerada transformación, ofrece lo mismo formidables oportunidades de agenciamiento transformador para las y los ciudadanos actuales, que riesgos de profundización de las condiciones estructurales de la realidad que perpetúan la injusticia, les niegan a las mayorías el derecho a una vida digna y ponen en riesgo la viabilidad misma de la existencia humana en nuestro planeta. En esta coyuntura histórica y en este nuevo entorno informacional, las universidades y sus bibliotecas están llamadas a jugar un rol trascendental para acompañar a las juventudes a llevar a cabo el gran cambio civilizatorio que supondría que la sociedad se reapropie de los bienes del conocimiento y la tecnología, cuya propiedad, desarrollo y rentabilización actualmente está en manos de un puñado de personas. Foto: Valentina A.

Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época 9 Rúbricas XVII Presentación 8 Esos retos implican, al mismo tiempo, el imperativo de realizar enormes transformaciones en el seno de nuestras instituciones educativas y bibliotecas para ponerlas a la altura de las necesidades y expectativas de nuestras comunidades universitarias; pero también suponen preservar las condiciones indispensables para que las bibliotecas no dejen de ser ese lugar de refugio, recogimiento, encuentro, ensoñación, imaginación, descubrimiento y autodescubrimiento que ha hecho que ocupe un sitio entrañable en la memoria de la humanidad y en el corazón de innumerables personas. Sobre la historia, sobre el presente y sobre el horizonte de nuestras bibliotecas hablan los textos que enseguida ofrecemos. A nombre de la IBERO Puebla, agradezco a todas y todos los autores de los trabajos de esta edición especial de Rúbricas por hacer posible esta reunión de voces. De manera especial, expreso mi gratitud por su participación a las y los colegas de universidades hermanas de México y Latinoamérica que colaboran en este número compartiendo sus aproximaciones y experiencias. Su generosa presencia en estas páginas deja constancia de la fortaleza de una identidad educativa que nos une e inspira en la distancia; pero, sobre todo, del reconocimiento en común de un conjunto de importantes desafíos que nos interpelan y que nos llaman a profundizar nuestra articulación para responder de mejor manera a las necesidades particulares de las sociedades de cada una de nuestras naciones desde el espíritu de universalidad y fraternidad que ha caracterizado la acción educativa de la Compañía de Jesús a lo largo de su historia. Y, por supuesto, gracias también a las y los lectores por regalarnos su mirada; deseo que encuentren aquí numerosos motivos de estímulo para ayudarnos a pensar esa Biblioteca que sea lugar virtuoso de encuentro entre el pasado y un futuro esperanzador en el que quepamos todas y todos. Mario Ernesto Patrón Sánchez Rector Foto: Pxhere

Rúbricas XVIII La biblioteca en la función académica universitaria Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época 10 11 Palabras clave: Biblioteca Función académica Universidad - ResumenL as bibliotecas son espacios desde donde es posible acceder a fuentes de información, que sin importar el formato en el que se presenten, son insumos fundamentales para el aprendizaje y la investigación, siendo, las bibliotecas, espacios para la gestión de conocimientos. Con esta naturaleza, apuntalan los procesos de enseñanza-aprendizaje que se dan en la Universidad, respondiendo a las necesidades de estudiantes, profesores e investigadores. Son también, un espacio de desarrollo de habilidades para la gestión de información para el conocimiento, así como de competencias comunicacionales, del lenguaje y profesionales, en general. Además del reto de mantener vigentes sus acervos y contar con un equipo de colaboradores altamente especializado, enfrentan los desafíos de conocer en profundidad a sus usuarios y necesidades, así como apoyar y realizar las tres funciones que distingue a toda institución universitaria: docencia, investigación y difusión. - Abstract Libraries are spaces, from where it is possible to access information, which regardless of the format in which it is presented, are fundamental inputs for learning and research, being spaces for knowledge management. With this nature, they underpin the teaching-learning processes that take place at the University, responding to the needs of students, professors and researchers. It is also a space for the development of information management skills for knowledge, as well as communication, language, and professional skills in general. In addition to the challenge of keeping its collections current and having a highly specialized team of collaborators, it faces the challenges of knowing its users and needs in depth, as well as supporting and carrying out the three functions that distinguish any university institution: Teaching , research and dissemination. Keywords: Library Academic function University LA BIBLIOTECA EN LA FUNCIÓN ACADÉMICA UNIVERSITARIA Lilia Vélez Iglesias* Foto: Pxhere * Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla; maestra en Ciencias Políticas y Gestión Pública por la Escuela Libre de Derecho de Puebla y doctora en Sociología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (buap). Actualmente, directora general académica de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Rúbricas XVIII La biblioteca en la función académica universitaria Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época 12 13 La Real Academia de la Lengua define a las bibliotecas como instituciones “cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición de libros y documentos” (2022), en otras palabras, son espacios en donde es posible acceder a fuentes diversas de información que, en la actualidad, pueden estar en distintos formatos y soportes materiales. Estela Morales Campos explica que: En un recorrido histórico por las bibliotecas, podemos distinguir que la razón de ser de estas instituciones es satisfacer las necesidades de información de la comunidad a la que sirven mediante la riqueza informativa que resguardan para fines muy específicos y en diferentes modalidades de registros. El acervo, siempre, tiene como contraparte al usuario, a la comunidad, próxima o ampliada en círculos concéntricos que pueden ser acotados e incluyentes dentro de esferas sociales afines y con diferente cobertura geográfica (2020: 222). A partir de esta premisa se puede plantear que, en el caso de las bibliotecas universitarias, la información que reúne sus acervos debe apuntalar los procesos de enseñanza-aprendizaje, así como de generación, divulgación y difusión de conocimiento. Lo anterior significa que los libros, bases de datos, materiales audiovisuales y sonoros, entre otros, que se adquieren y ponen a disposición de los usuarios, tienen que responder a las necesidades académicas de docentes, investigadores y estudiantes. Así, el primer reto para la organización y funcionamiento de este tipo particular de biblioteca es: cómo recoger las demandas y necesidades de la comunidad para utilizarlas como insumo en la selección y adquisición de fuentes informativas y qué infraestructura, soportes tecnológicos y servicios deben ofrecerse para garantizar el uso de esas fuentes. Un factor más es la necesidad de contar con personal especializado y capacitado para el desarrollo de su función. El segundo desafío tiene su origen en el aumento acelerado que las fuentes de información impresas y digitales han tenido en los últimos años. Este crecimiento exponencial de la oferta de fuentes obliga a los administradores de estos espacios formativos a priorizar sus inversiones para la obtención de materiales que resulten adecuados tanto en número como en calidad para los usuarios. Ambos retos ponen de manifiesto la importancia de efectuar investigaciones y contar con datos que ayuden a mejorar la calidad del servicio que se presta. Entre las informaciones que pueden ser útiles para este fin resaltan: estadísticas acerca del uso de los recursos; sondeos sobre la percepción que los usuarios tienen de las colecciones y sobre los servicios que se ofrecen; análisis de la pertinencia de las fuentes para cumplir los objetivos educativos; evaluación de las herramientas tecnológicas que se utilizan para apoyar la gestión y el servicio, por citar sólo algunas. En las valoraciones sobre la pertinencia y el uso del acervo, así como en las referentes a la calidad de los servicios que están disponibles es importante recoger el punto de vista de los usuarios y no sólo los datos que arrojen los sistemas de gestión. Además de contar con un acervo pertinente, las bibliotecas universitarias deben ser espacios en los que se desplieguen estrategias para apoyar el desarrollo de competencias indispensables para los futuros profesionistas y para quienes se desempeñan en el ámbito educativo. Esto significa que las bibliotecas no sólo reciben a estudiantes, docentes y miembros de la comunidad universitaria para que puedan consultar libros, acceder a bases de datos, a colecciones hemerográficas, etcétera, que les provean información pertinente y útil para su formación y/o el desempeño de su función académica, sino que tienen que ser capaces de apoyar la adquisición de habilidades de los usuarios a lo largo de su trayectoria en la institución. Entre las habilidades y conocimientos que la biblioteca universitaria debe ayudar a desarrollar en sus usuarios, se encuentran, sin lugar a duda: La Biblioteca existe ab aeterno. De esa verdad cuyo corolario inmediato es la eternidad futura del mundo, ninguna mente razonable puede dudar. El hombre, el imperfecto bibliotecario, puede ser obra del azar o de los demiurgos malévolos; el universo, con su elegante dotación de anaqueles, de tomos enigmáticos, de infatigables escaleras para el viajero y de letrinas para el bibliotecario sentado, sólo puede ser obra de un dios (Borges, 1981: 89)

Rúbricas XVIII La biblioteca en la función académica universitaria Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época 14 15 1) la capacidad para seleccionar fuentes en donde puedan obtener información relevante y pertinente; 2) los conocimientos para clasificar información y contenidos de manera que faciliten su recuperación, análisis y uso; 3) la habilidad de gestionar adecuadamente esa información; 4) la conciencia de que la información debe ser utilizada de forma legal y ética,1 por citar algunos. Edilma Naranjo Vélez explica que: Ante el gran flujo de información con que se cuenta actualmente, se espera que los universitarios estén actualizados frente a los avances, tanto de las aplicaciones tecnológicas como de su disciplina en relación con los saberes y destrezas, asumiendo esa expectativa como una actividad permanente; asimismo, se dice que deben tener la capacidad de adaptarse a los cambios y a las transformaciones que surgen. Sin embargo, estas exigencias preocupan, puesto que la información se renueva y se divulga tan rápido, y es tan abundante que es casi imposible estar a la par con ello; de ahí que también se pida que estos universitarios estén en condiciones de seleccionarla y analizarla adecuadamente, una vez que la han buscado y recuperado (2018:19). Al respecto hay que señalar que la irrupción del mundo digital multiplica ad infinitum la información de carácter científico, técnico, periodístico a la que es posible acceder cotidianamente, lo que representa un reto para las bibliotecas que, como instituciones, aspiran a reunir en un espacio físico o virtual ese mundo informativo. A la vez que esto supone la necesidad de que el público usuario despliegue capacidades cognitivas y destrezas técnicas que le permitan no sólo acceder a los acervos, sino, sobre todo, aprehender y comprender los datos ahí contenidos. Por otro lado, debido a su vínculo histórico con el lenguaje escrito y la lectura, la biblioteca universitaria también se considera un espacio idóneo para promover competencias comunicacionales y lingüísticas que favorezcan los procesos cognitivos que todo estudiante enfrentará durante su paso por la universidad. Este punto es especialmente relevante cuando los alumnos presentan déficits en el desarrollo de estas 1 Algunos de éstos son considerados indicadores para evaluar el desarrollo de la competencia digital en la Universidad Iberoamericana Puebla. Para conocer más al respecto se puede consultar el documento inédito Definición, elementos e indicadores de las competencias genéricas de la Ibero Puebla. competencias, pues la carencia de ellas puede llevar al fracaso en algunas asignaturas o, incluso, a la deserción. Para lograr el objetivo de apoyar el desarrollo de competencias diversas, en las bibliotecas se organizan talleres y cursos; se imparten asesorías in situ o mediadas por tecnología; se generan contenidos en los que se difunden las colecciones existentes, se proporcionan guías para conocerlas y utilizarlas eficazmente y, además, se divulga información de interés a través de distintos medios. De esta manera, el personal bibliotecario puede “colaborar con profesorado y alumnado de la enseñanza formal y no formal, en los procesos de enseñanza-aprendizaje e incluso organizar sus propias actividades de alfabetización informacional, gestión bibliográfica, educación para la ciudanía digital, etcétera” (Gutiérrez Martín, 2022). Ahora bien, si partimos de que las funciones sustantivas de la universidad son la docencia, la investigación y la difusión del conocimiento, es posible sostener que las bibliotecas son indispensables para que todas ellas puedan cumplirse cabalmente. En los párrafos previos se revisaron algunas de las tareas que realizan estos espacios para apoyar las tareas áulicas, ahora se repasará su papel para el desarrollo de la investigación, así como de la difusión y divulgación del conocimiento. Evidentemente, los académicos utilizan múltiples fuentes para obtener datos, conceptos, antecedentes y todo tipo de información para el desarrollo de sus proyectos de investigación. Lo relevante es cómo esa información se transforma en conocimiento nuevo y de carácter científico. En el caso de las universidades confiadas a la Compañía de Jesús, cuya misión es generar conocimiento que apuntale o promueva transformaciones sociales, los datos que sustenten sus investigaciones deben partir del contexto sociopolítico en el que la universidad se ubica. Lo anterior profundiza el reto de las bibliotecas de contar con colecciones actualizadas y que reflejen las problemáticas y necesidades que en ese momento apremian y preocupan a los académicos y a la sociedad toda. En el caso de la función de divulgación y difusión, las fuentes serias deben ser el origen de contenidos diseñados y producidos, tanto para publicaciones de carácter académico, como para medios y redes sociales dirigidos a públicos amplios y no especializados, con el objetivo de que éstos comprendan conocimientos de carácter científico. Que los artículos, videos y otros mensajes difundidos vía redes, por ejemplo, tengan datos certeros, verídicos, apegados a criterios científicos, es esencial para cumplir con esta labor sustantiva a la que ninguna universidad puede renunciar. Después de la pandemia de covid-19, la Asociación de Bibliotecas de Investigación estadounidense difundió

Rúbricas XVIII La biblioteca en la función académica universitaria Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época 16 17 algunas tendencias y oportunidades vinculadas con el aumento en el uso de tecnología, las cuales vislumbra para los próximos años, y entre las que destacan: 1) la necesidad de colaboración interinstitucional y enfoques más colectivos para enfrentar los desafíos tecnológicos que se presentan; 2) el fortalecimiento de las bibliotecas como actores esenciales frente al clima de incertidumbre que aún priva en la educación superior, y 3) la continuidad del uso de herramientas colaborativas y en la nube para apoyar los procesos de enseñanza en línea y de investigación académica (García-Febo, 2022). Para concluir, podemos sostener que, como la Biblioteca borgiana, hoy, la universitaria aspira a la infinitud y, en palabras de Margarita Lugo Hubp, realiza: […] una función trascendental en la vida de las instituciones de educación superior. Constituye una de las manifestaciones de mayor significado en el avance cultural de un país al preservar el conocimiento y al transmitirlo. El apoyo que proporciona a los lectores es indispensable para complementar el proceso de enseñanza-aprendizaje que se realiza en el aula. Asimismo, puede ser considerada como una de las principales instituciones promotoras de la ciencia y el hogar del libro como elemento cultural por excelencia (2000: 45). - Referencias ASALE, R. y RAE. 2022. Biblioteca. En Diccionario de la lengua española. Edición del Tricentenario. rae. https://dle.rae.es/biblioteca Borges, J. L. 1981. Ficciones (Décima). Alianza Editorial. García-Febo, L. 2022. La Agenda 2030 y la biblioteca del futuro tras la pandemia. Biblioteca Universitaria unam, 25(1). https://bibliotecauniversitaria.dgb.unam.mx/rbu/article/view/1451 Gutiérrez Martín, A. 2022. Alfabetización múltiple y formación en tic y Medios. Biblioteca Universitaria unam, 25(1). https://bibliotecauniversitaria.dgb.unam.mx/rbu/article/view/1446/1398 Lugo Hubp, M. 2000. Las bibliotecas universitarias mexicanas: Apuntes para un diagnóstico. Métodos de Información, 7(40). http:// eprints.rclis.org/4507/1/2000-40-45.pdf Morales Campos, E. 2020. Demandas que impone el entorno global del siglo XXI a los servicios de información. En Retos y tendencias en la investigación Hispano-Mexicana en Ciencias de la Información y Documentación (Primera: 475). fadoc. https://eprints.ucm.es/id/eprint/60350/7/ RETOS%20Y%20TENDENCIAS%20alta.pdf Naranjo Vélez, E. 2018. La biblioteca universitaria y su papel en la alfabetización académica. En La biblioteca universitaria como espacio de formación de lectores (Primera: 136). unam; Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información. file:///D:/706439/Documentos/ Biblioteca/Bibliotecas/biblioteca_universitaria_s.pdf

19 Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época ENCUENTRO DEL GRUPO DE BIBLIOTECAS DE AUSJAL* Luis Arriaga Valenzuela, SJ** *Palabras pronunciadas durante la inauguración de la III Reunión del Grupo de Bibliotecas de ausjal “Conocimiento sin Fronteras”. Universidad Rafael Landívar; Guatemala, Guatemala. Del 23 al 26 de marzo de 2023. ** Presidente de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (ausjal). Me da mucho gusto poder compartir con ustedes este espacio. Sé que el grupo de bibliotecas de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina no había podido reunirse debido a la pandemia, por lo que me da especial alegría saber que hoy participan de este encuentro más de 20 universidades de las 30 que conforman la red. Muchas gracias a la Universidad Rafael Landívar por su hospitalidad. Saludo a su rector, el P. Miquel Cortés, y a su director de internacionalización, el maestro Luis Alberto Lemus. “La Compañía de Jesús nació de la mano de los libros. La conversión de Ignacio inició después de su lectura del Flos sanctorum y la Vida de Cristo, de Ludolfo de Sajonia. […] Pronto, con la publicación de las Constituciones y de los Ejercicios Espirituales, la Compañía también se valió de los libros para llevar a cabo su misión.” Estas afirmaciones textuales de Luis Inclán,1 conservador de acervos de la Biblioteca de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, ponen de relieve la relevancia del texto escrito para la Compañía de Jesús, desde su Fundación. “De entonces a nuestros días, las Bibliotecas no sólo han sido un medio fundamental para la formación de los jesuitas, sino uno central para la realización de nuestro apostolado educativo”, afirma el maestro Inclán. 1 Inclán Cienfuegos, Luis. (2023). “Las bibliotecas en las Universidades Jesuitas: atisbo a los orígenes y una mirada hacia nuestro quehacer en la región”. Rúbricas, núm. 18. Primavera-verano, 2023: Universidad Iberoamericana Puebla. Foto: Valentina A.

Rúbricas XVIII Encuentro del grupo de bibliotecas de ausjal 20 21 Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época El mundo contemporáneo presenta desafíos notables a nuestras bibliotecas universitarias, tanto o más complejos que aquellos manifestados en los primeros colegios y universidades jesuitas, en el Renacimiento. Nuestros ecosistemas de información hoy no sólo enfrentan una revolución informática y comunicativa de escala global, sino que han afrontado en los últimos años, los retos del trabajo en línea, a distancia y en modalidades híbridas. Estas recientes transformaciones fueron impulsadas en respuesta a la contingencia pandémica por la covid-19, y a nuestro regreso a la actividad presencial, después de sus meses más álgidos. Quiero reconocer los esfuerzos de esta Red de colaboración bibliotecaria para superar las dificultades que nos presentaron estos desafíos, aunados al trabajo remoto, y la reconfiguración de los servicios de información a su cargo. Su cooperación hoy se refleja en resultados como la compra consorciada de bases de datos y libros digitales, que permiten a nuestras universidades contar con un acervo que enriquece el universo de perspectivas y posibilidades para nuestros estudiantes y académicos. No es un logro menor. Implica un diálogo complejo en el que se ponen en común una diversidad de contextos locales e institucionales, con necesidades muy distintas, e incluso con experiencias y recursos diferenciados. Sin embargo, gracias a este ánimo por articularse han logrado posicionarse como un grupo importante que trabaja en red, que optimiza el uso de los recursos y potencia las oportunidades. y capacidad de diálogo para reconocer y situarnos en las necesidades de las comunidades académicas y el contexto al que servimos, así como colaborar cercanamente con las distintas facultades, equipos docentes y con el estudiantado. Las nuevas tecnologías han revolucionado el modo de educarnos, informarnos y comunicarnos. Esto ha impactado de forma evidente la generación de nuevas herramientas y plataformas bibliográficas. No podemos dar por hecho que docentes y estudiantes tienen un dominio sobre ellas. En este sentido, nuestra labor tiene que ir complementada de los programas de alfabetización digital y formación continua que sean pertinentes para cada comunidad educativa. Esta formación digital no será exclusiva de nuestros campus universitarios, sino que, como grupo y asociación de universidades en la región latinoamericana, nos corresponde movilizar e impulsar acciones que reduzcan la brecha digital en el acceso a los recursos tecnológicos, a la información, y a la educación misma. Tampoco podemos pensar que contar con todas las herramientas y recursos equivale automáticamente a maneras más innovadoras de utilizar y generar conocimiento. Lo anterior conlleva un trabajo situado en su realidad, crítico, creativo, reflexivo, dialógico e interdisciplinar, que además sea capaz de cuestionar lo establecido y de proponer nuevas perspectivas y miradas de la realidad. Además, gracias a la compra en conjunto y la distribución solidaria de los costos al interior del consorcio, se ha hecho posible que universidades pequeñas y menos robustas económicamente puedan tener acceso a los mismos recursos que aquellas más grandes. Esto rompe una significativa brecha educativa, en el derecho a la educación y el acceso a la información para producir conocimiento. Además del trabajo realizado para consolidar este consorcio, hago alusión a algunos desafíos que percibo para profundizar en la labor de este grupo. La información disponible en el planeta crece de manera considerable cada segundo. Nos encontramos ante una saturación informativa que, en muchas ocasiones, es difícil de discriminar y discernir. Como también afirma el maestro Luis Inclán, el riesgo de vivir desinformados en medio de tanta información es real, y sus consecuencias pueden ser catastróficas para nuestras sociedades y hasta para la humanidad entera. Tenemos en nuestras manos la responsabilidad, así como el compromiso, de que cada individuo asuma su responsabilidad sobre la información que consume, y también sobre la que genera y difunde. De ahí la urgencia de actuar en este sentido.2 Habrá que escuchar también cuáles están siendo los principales intereses científicos, tecnológicos y humanísticos de nuestras comunidades universitarias. Lo anterior, implica una rica sensibilidad 2 Véase “Ignacio, la Compañía y los libros” en el número 63 de la revista IBERO Queremos incidir en las reflexiones de nuestros estudiantes y docentes, en su manera de ver el mundo, en su trabajo de investigación y sus proyectos. Por supuesto que esto deberá acompañarse de las herramientas y los insumos necesarios para generar aportaciones que sean de excelencia, apegadas a altos estándares de calidad. Queremos también visibilizar estos esfuerzos. Nuestro trabajo no puede concluir en la producción académica o de proyectos, sino que tiene que romper las fronteras de nuestras universidades para ponerse al servicio de las comunidades en las que están insertas. Para cerrar, quisiera enfatizar que los servicios de información que realizan, y el de los equipos a su cargo, hoy hacen posible que nuestras bibliotecas se cuenten entre las mejores de América Latina. El impacto de su labor cotidiana es tan trascendente que se convierte en un llamado no sólo para tener más y mejores libros y espacios, sino para orientar y acompañar a docentes y estudiantes en búsquedas que den mayor sentido a su actividad académica, de acuerdo con la misión transformadora de nuestras instituciones. Las y los invito a que, desde ahí, continúen nutriendo su esfuerzo y entusiasmo. Estoy convencido de que el trabajo de este grupo es de gran relevancia para ausjal y las universidades que la integran. Muchas gracias y enhorabuena.

Rúbricas XVIII La Educación y la Biblioteca... 22 23 Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época Palabras clave: Compañía de Jesús Universidad Biblioteca Propuesta cosmopolita Keywords: Society of Jesus University Library Cosmopolitan proposal - ResumenL a historia es dinámica, se construye día con día; los entornos presentan exigencias emergentes de manera permanente; las Universidades confiadas a la Compañía de Jesús, herederas de una tradición centenaria, además de tener que ajustar sus respuestas a estos entornos cambiantes, enfrentan la necesidad de ser mejor, a partir de lo que ya son. La situación mundial de pandemia, padecida a partir de 2020, representa la oportunidad de dar un paso más, hacia adelante, en la búsqueda de pensamientos alternativos, en la promoción de un mundo mejor y más humano. Las bibliotecas, como unidades académicas especializadas, en la gestión de información y conocimiento, con presencia transversal, se refrendan como corazón, pero también, como alma de nuestras Universidades. Latinoamérica, nuestro contexto inmediato, establece claro referente que orienta la reflexión y la acción; es nuestra identidad latinoamericana la que nos aproxima a propuestas contemporáneas que recuperan esenciales humanistas, como la expuesta por Boaventura de Sousa. Desde la propuesta cosmopolita, apuntalada por pensadores como Freire, Fullat y Lonergan, aquí se ofrece una postura centrada en la necesidad de cambiar el paradigma civilizatorio predominante, por uno que impulse un mundo en donde quepan todos los mundos. Foto: Wikimedia Commons - Abstract History is dynamic, it is built day by day; the environments present emerging demands in a permanent way; Universities entrusted to the Society of Jesus, heirs to a centuries-old tradition, in addition to having to adjust their responses to these changing environments, face the need to be better, based on what they already are. The global pandemic situation suffered from 2020 represents the opportunity to take another step forward in the search for alternative thoughts, in promoting a better and more humane world. Libraries, as specialized academic units in information and knowledge management, with a transversal presence, are endorsed as the heart, but also, as the soul of our Universities. Latin America, our immediate context, establishes a clear reference that guides reflection and action; it is our Latin American identity, which brings us closer to contemporary proposals, which recover essential humanists, such as the one exposed by Boaventura de Sousa. From the Cosmopolitan proposal, supported by thinkers such as Freire, Fullat and Lonergan, here, a position is offered, focused on the need to change the predominant civilizational paradigm, for one that promotes a world where all worlds fit. LA EDUCACIÓN Y LA BIBLIOTECA: ALMA Y CORAZÓN DE LA OBRA EDUCATIVA JESUITA EN LATINOAMÉRICA * Doctor en Educación, por el Sistema Universitario Jesuita (México); fue coordinador de la Red de Educación, de la Asociación de Universidades Jesuitas de América Latina durante el periodo 20142019; miembro del Consejo Mexicano de Investigación Educativa; actualmente es director de la Biblioteca Interactiva Pedro Arrupe, SJ, de la Universidad Iberoamericana Puebla, México. José Guadalupe Sánchez Aviña*

Rúbricas XVIII La Educación y la Biblioteca... 24 25 Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época - Educación alternativa-Sociedad alternativa En pleno proceso de instalación del covid como acompañante permanente en la vida social cotidiana, dejando los terrenos pandémicos para naturalizarse como presencia endémica, emerge la necesidad de atender los impactos que se presentan en todos los ámbitos de la vida, y no sólo en los de la salud; de interés particular es lo sucedido y lo que sucederá en el ámbito educativo. Al intentar reponernos de la terrible situación en la que nos colocó social y personalmente esta pandemia, hay que reconocer que nos ha brindado la oportunidad de repensar qué estamos haciendo en materia educativa y, sobre todo, aquello que hemos dejado de hacer o, de plano, no hicimos. Asociado íntimamente con lo anterior, está el visibilizar las consecuencias de nuestra desatinada relación con la naturaleza: su deterioro amenaza al planeta y a la vida humana, en consecuencia. Frente a la necesidad de participación creativa existe el requerimiento de cambiar la forma en que vemos el mundo, y nosotros como parte de él. Según plantea De Sousa (McCowan, 2021) es necesario transitar del modelo cartesiano de la naturaleza, hacia el modelo de la madre tierra “Pachamama”. Resulta imposible pretender transformar la sociedad sin la transformación de ejes transversales de la vida social, tales como la educación y, específicamente, la escuela. Ante la urgencia de sostener el futuro y la emergencia de una sociedad más justa, la oportunidad la brinda la descolonialización educativa y, por supuesto, la del conocimiento y del concepto de escuela. Se requiere un concepto de escuela como institución promotora de conocimiento libre, plural, crítico e independiente; como entorno que favorece la ecología de saberes, donde todo saber es valorado e incorporado, incluidos, sobre todo, los saberes alternativos. Aquí, la escuela es vista como un sistema de copresencias; como espacio privilegiado para el encuentro en la diversidad, en un entorno de aprecio a lo diferente complementario, y no de exclusión; las bibliotecas universitarias han de desarrollarse en esa dirección, para el cumplimiento cabal de la encomienda que tienen como unidades académicas, especializadas en la gestión de la información y el conocimiento. En esta aspiración, en donde la escuela encarna el derecho al conocimiento, se concibe: a) la existencia de un currículum flexible, con la comunidad educativa como mediadora y fincado en la convivencia; b) dependencias gubernamentales como acompañantes de procesos sociales, en donde la población decide sobre su propia educación; c) profesores y figuras educativas que apoyan, formados como agentes de cambio, es decir, que viven la experiencia del discernimiento y decisión, en contexto. Cuatro aspectos indispensables de reflexión para la acción: 1) Los agentes involucrados no sólo son individuos, sino colectivos; nadie puede ser mejor si no es a partir de su interacción con otros, por lo que la aproximación al conocimiento del mundo se realiza de manera colectiva. 2) Los conocimientos necesarios para enfrentar la existencia humana no únicamente son los legitimados por una corriente de pensamiento dominante, sino que es necesario considerar a aquéllos históricamente reconocidos como subalternos. 3) La modificación de las instituciones comprometidas, incluidas las gubernamentales, para posibilitar la transformación. 4) Las finalidades educativas emergentes deben ser consideradas como principios orientadores de la transformación consciente de la realidad. Construir la educación alternativa que permita reconciliarnos con la naturaleza es posible; aun cuando hemos estado sometidos por el modelo occidental, por muchos años, la esperanza sigue viva: la gente y su cultura, que le permite reconocerse como naturaleza, nos brinda la posibilidad. - Educación y decolonialidad Negar, ocultar, anular, destruir lo diferente, por el hecho de serlo, representa una postura filosófica que encuentra manifestaciones concretas en cada dimensión de la vida cotidiana; el modernismo, fincado en la mirada europea del mundo, se erige sobre la exclusión y negación de pensamientos alternativos, marcando pauta de lo considerado como desarrollo, en las sociedades contemporáneas.

Rúbricas XVIII La Educación y la Biblioteca... 26 27 Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época Con lo anterior expuesto como marco referente, aquello que sucede en la educación en nuestro país, no es diferente; el sistema educativo nacional promueve esa concepción universalista que impulsa formas de ser y de vivir, que permiten ser funcionales en la sociedad contemporánea. La construcción de un solo mundo, que excluye a los otros existentes y posibles. Desde la educación, los saberes promovidos son muestra de esa universalidad “superior y homogeneizante”, característica de la colonialidad; ante esto, la recuperación de saberes, posible a partir de la comunalidad, contextual y horizontal, representa un acto de resistencia, enmarcado en la insurgencia cosmopolita, aquélla que impulsa la construcción de un mundo en el que quepan todos los mundos. En asociación con la contingencia sanitaria en la que nos encontramos, se habla y escribe sobre la emergencia económica que ya vivimos, así como de la que vendrá agravada; sin embargo, de la crisis educativa que ya está presente y de la que viene, no se habla ni escribe, a menos que sea de manera marginal; mal hacemos en ignorarla, pues la de por sí maltrecha educación nacional dará un paso atrás. La recuperación de saberes, desde la contextualidad, por una parte, nos permite visualizar los conocimientos propios y con ello la diversidad de identidades que nos conforman como sociedad y, por otra, se potencia una educación pertinente, como respuesta alternativa a los rezagos escolar y de aprendizaje, consecuencias de la pandemia. El apreciar e incorporar estos saberes, de manera formal e informal, representa un acto insurgente, en palabras de Boauventura de Sousa, quien concibe como posible la ruptura del colonialismo, uno de los tres componentes contemporáneos de la dominación (De Sousa, 2021) Si bien, la necesidad de resquebrajar el colonialismo interno y externo es añeja, hoy debemos agradecer a la pandemia el haberlo vuelto a la mesa de discusión; tal como un glaciar, con sus deshielos, expone lo que se consideraba perdido. En un contexto nacional, propenso a la división y al desencuentro paralizante, exploremos las posibilidades que brinda el trabajo en redes para el desarrollo educativo de las comunidades y, desde luego, su forma de trabajar, gracias a la existencia de puentes que unen. Con esto debo explicitar que por decolonialidad entiendo una propuesta surgida del corazón de nuestra Latinoaméricana, orientada por el espíritu de libertad y ocupada en romper la estructura vigente de poder, que se manifiesta en los diversos rostros de la violencia. Desde esta concepción, la educación emerge como acción política, de impacto transversal, en la vida social. - Del derecho a la educación, al derecho al conocimiento Aun en tiempos complicados como los actuales, enmarcados por la pandemia covid-19, es posible obtener aprendizajes y oportunidades de transformación; entre los aprendizajes podría identificar que la presencialidad en los procesos educativos no es directamente proporcional a la proximidad física entre estudiantes y profesores, sino que se finca en la conexión que se logra entre ellos, como personas que participan de una misma experiencia, incluso cuando tienen roles distintos. Esto deriva en la oportunidad de repensar las formas de concebir la educación, los espacios áulicos, así como la formación inicial y la práctica docente de los profesores. Una consecuencia de esta contingencia, la cual resulta relevante puntualizar, es la revalorización social de la escuela como institución especializada en la formación de personas humanas. La consecuencia natural de lo anterior es la revalorización del profesor como agente cultural; ha quedado en evidencia la importancia que tiene la escuela como espacio formativo natural, y los profesores, como esencia viva, en el cumplimiento de la función social de ella. Me parece un momento que podría ser de quiebre, para pensar en una educación con Todos, una educación que empodere a cada persona, como sujeto que conoce, para autoconstruirse como Ser humano, de acuerdo con sus propias realidades. Tal vez, hoy resulta una aspiración idealista, pero quién sabe, igual y este virus resulta ser un catalizador que acelere su búsqueda. Un componente fundamental para avanzar en esta utopía será impulsar la transición virtuosa que nos conduciría desde lo que, en la actualidad, se defiende como derecho a la educación, hacia el necesario derecho al conocimiento; no basta la escolarización de la sociedad, es decir, el acceso a la educación por sí solo no garantiza el nutriente requerido por cada persona para su propio desarrollo, se necesita del conocimiento como argumento de transformación de sus realidades y de ella misma. Debo mencionar al sociólogo latinoamericano (aunque nacido en Italia) Emilio Tenti Fanfani, para quienes requirieran profundizar en el enfoque, especialmente en su libro La escuela bajo sospecha. Es preciso continuar con la reflexión orientada hacia la acción, sin embargo, desde ahora, se anuncia la necesidad de un cambio de paradigma, no solamente en la concepción y formas de la educación, sino en lo imprescindible de un cambio profundo, de acuerdo con De Sousa Santos: Para que se produzca el cambio, no bastan ópticas diferentes e inaugurales. Es necesario empezar a cortar las tres pesadas anclas que nos sujetan a la concepción moderna de la naturaleza: la fuerza de trabajo y la vida misma como mercancía, el racismo y el sexismo. Así se inaugurará una larga transición paradigmática. Será larga, pero me parece irreversible (2021: 7). - Propuesta Ignaciana En medio de un mundo caracterizado por la incertidumbre, el Ser humano, como destino ineludible, experimenta la necesidad de educarse: “La naturaleza sola no le sirve al ser humano para ser precisamente hombre; siempre queda perplejo, irreso-

Rúbricas XVIII La Educación y la Biblioteca... 28 29 Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época luto, turbado y en menoscabo” (Fullat, 2008: 20). Esta condición surge de la incesante necesidad creadora del hombre, del hecho de que nunca concluye su proceso de civilización, nunca llega a ser educado en su totalidad y se enrola en un proceso permanente de búsqueda de la perfección. El Ser humano se separa del resto zoológico en que no sólo vive incrustado en el mundo, en que no tiene únicamente experiencias, sino que frente a esto se pone a pensar sobre el mundo y en torno a sus propias vivencias. Sentimos la lluvia y vivimos el amor; pero además nos preguntamos: ¿qué es la lluvia?, ¿qué es el amor?, ¿por qué llueve?, ¿para qué la lluvia?, ¿para qué el amor (Fullat, 2008: 43). El proceso del conocer humano encuentra impulso en la búsqueda de lo desconocido, ya que si fuera conocido no tendría sentido buscarlo (Lonergan, 2008: 22); poniendo de manifiesto la tendencia de una búsqueda consciente, inteligente y deliberada. En palabras de Freire, somos seres necesitados de aprender: […] su condición de ser histórico-social, experimentando continuamente la tensión de estar siendo para poder ser y de estar siendo no en forma mecánica, no sólo lo que hereda sino también lo que adquiere. Esto significa ser el ser humano, en cuanto histórico, un ser finito, limitado, inconcluso, pero consciente de su inconclusión. Y por eso un ser constantemente en búsqueda, naturalmente en proceso (1999: 21-22). La búsqueda humanizante se desarrolla en medio de la necesidad de realizarse como Ser humano, junto a otros, con la intención de transformar conscientemente su entorno, y a él mismo, como parte del mundo al que pertenece. No obstante lo anterior, la experiencia nos ha enseñado que la educación por sí misma, así, solamente la educación, no ha contribuido de la manera que ingenuamente algunos pensábamos que lo iba a hacer; ante un contexto caracterizado por su paulatina deshumanización nos hemos dado cuenta de que se requiere de una educación que dirija sus esfuerzos a promover la transformación no sólo de las realidades que nos resultan inaceptables, sino transformar a la persona misma. Entonces, se requiere la formación integral de las personas, que comprenda tanto la dimensión intelectual como la física y la moral. En medio de un contexto que parece indicar lo contrario, cada institución educativa de nivel superior, confiada a la Compañía, se erige, como punto de resistencia y esperanza, para hacer frente a esa realidad que nos interpela; la elección de trabajar a “favor de los más pobres” marca la ruta a seguir en los esfuerzos por generar el conocimiento y el desarrollo humano, en otras palabras: forjar un mundo más humano. Poner especial atención a la parte interna del ser humano, en su proceso formativo, no es fácil, pero es fundamental; hablar de formación integral, más que un recurso mercadológico es un verdadero reto, que se multiplica cuando se trata de ir hasta tu propia interioridad, el explorarte, el pensarte, el detenerte a reflexionar sobre tu persona misma, en tu relación con los demás, pero también en la relación con uno mismo, con la naturaleza y, por supuesto, con la trascendencia. En esta apuesta institucional por un futuro siempre mejor, más humano, la actuación de cada una de sus áreas resulta determinante; entre éstas, la Biblioteca, la cual, como unidad de servicio académico especializado en la gestión de la información y el conocimiento, con presencia transversal en la vida universitaria, resulta estratégica. - Biblioteca y Universidad Pretender la formación de hombres y mujeres para los demás representa el faro orientador de la tarea formativa de una universidad jesuita y, también, un compromiso que exige lo mejor de cada uno de quienes colaboramos en una institución educativa confiada a la Compañía de Jesús. Cada área que interviene en el cumplimiento de las funciones universitarias merece ser considerada por su importancia; sin embargo, la biblioteca, al ser la unidad académica de servicio transversal especializada en gestión de la información y el conocimiento, que presta apoyo y acompañamiento a todo proceso formativo que se desarrolla en la institución, representa el centro dinámico en donde se reúne, organiza y difunde el conocimiento; significa el corazón de la Universidad, desde el cual se impulsa conocimiento a cada parte integrante de ella.

Rúbricas XVIII La Educación y la Biblioteca... 30 31 Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época La biblioteca de una institución jesuita no puede ser vista como la bóveda que acumula información, sino como el alma y el corazón intelectual que alimenta a toda la Universidad. La biblioteca no solamente responde de manera adecuada a los requerimientos experimentados por las universidades en su evolución, sino que es factor de impulso para que ésta se logre; la Biblioteca hace Universidad. La Universidad, como institución educativa de nivel superior, tiene tres funciones esenciales, mismas que la Biblioteca, como unidad académica de servicio transversal y especializada, respalda y acompaña de manera cercana y decisiva. Ella constituye un espacio complementario al aula, pero a diferencia de esta última, en donde se sigue una ruta preestablecida por el currículo, en la biblioteca es el usuario quien la traza y la recorre por sí mismo, acompañado por personal capacitado. A través del préstamo de libros este lugar encuentra múltiples extensiones a donde son llevados algunos de sus recursos, o bien, por medio del acceso remoto, ciertos recursos electrónicos. La biblioteca de una institución jesuita, con base en la pedagogía ignaciana, pretende la formación de usuarios autónomos, críticos y reflexivos, capaces de ir más allá de la información e incursionar en la recreación del conocimiento. La excelencia, en nuestra labor, se alcanza en el momento de acompañar a cada usuario, de acuerdo con sus propias características y necesidades y, además, cuando se aprovecha la memoria, entendimiento, imaginación y vación. Esta posición las obliga a dar servicio a todas y cada una de las áreas que las integran. Para apreciar su desempeño, siempre en el marco de los procesos formativos institucionales, es necesario prestar atención a su impacto en el aprendizaje y la investigación, además del aprovechamiento de los recursos y la estadística descriptiva de su labor diaria. De manera complementaria, su función debe comprenderse como un proceso que, si bien deriva en el uso de materiales y espacios, involucra diversos subprocesos técnicos y de operación, previos y posteriores al libro en el estante. Las universidades, como espacios privilegiados, acogen y protegen a las bibliotecas, y éstas, en correspondencia, nutren en conocimiento y espíritu a su Comunidad; la una, no se entiende sin la otra. - La biblioteca Entrar a una biblioteca es incursionar en mundos insospechados, encontrase con la humanidad, con sus recuerdos e imaginación, sus saberes, conocimientos y aspiraciones; estar en una biblioteca es hallarse en donde convergen pasado, presente y futuro de civilización. La biblioteca es depósito y fuente del espíritu del hombre, que lo pone al alcance de otros hombres, para continuar con la esperanza de un mundo mejor. En una sociedad contemporánea, la biblioteca representa: a) oportunidad para la democracia y para hacer frente a la privatización en el acceso al conocimiento y a la verdad, al fungir como centro de referencia para la argumentación y discusión de lo que es y no es verdad, y b) es punto de resistencia ante las empresas tecnológicas que concentran la gestión y distribución del conocimiento; representa el acceso social libre a los recursos de la información en formatos tecnológicos emergentes. Como centro de saber y conocimiento, la biblioteca reúne, procesa y difunde información documental; hoy, más que nunca, asume el papel de guardiana de ese pasado que nos proyecta en la construcción de un nuevo futuro, aludiendo la idea lonerganiana de ser mejores, a partir de lo que ya se es. Este concepto de desarrollo implica que, en la medida que nos reconozcamos en los fundamentos que nos definen, estaremos en condición de responder adecuadamente a las exigencias que nos presentan los contextos en los que estamos presentes, y de impulsar su transformación, en beneficio común. sentimientos a manera de plataforma para que capte el significado y el valor esencial de lo que estudia, y relacionarlo con otros conocimientos y sus propias experiencias como sujeto actuante. Los espacios de una biblioteca son entornos favorecedores de ambientes de aprendizaje y conocimiento, en donde cada miembro de esta unidad académica contribuye desde sus funciones encomendadas. A partir de la diversidad de perfiles se logra constituir una red de acompañamiento integral del usuario; esto obliga a la valoración y adecuación, en caso necesario, de sus espacios, en cuanto a la suficiencia y, también, su pertinencia a la pretensión anunciada. Su organización constituye una comunidad centrada en la comunicación humana y humanizante, soportada por una estructura firme, flexible y dinámica; es una comunidad participativa, donde los usuarios se sienten comprendidos, considerados y atendidos, lo mismo que cada miembro del equipo de colaboradores. Con base en el acompañamiento, el usuario complementa su formación como Ser reflexivo que comprende; el simple hecho de poseer la información nada significa, requiere de la reflexión y de asumir una postura propia. Con el Magis como soporte del proceso, el usuario autónomo es la pretensión. Dentro de la organización universitaria son unidades autónomas, capaces de una mirada integral de la función institucional para generar respuestas y apoyos igualmente integrales, que apunten a la inno-

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