Rúbricas 18

Rúbricas XVIII Biblioteca Interactiva Pedro Arrupe, SJ: una historia para contar 98 99 Rúbricas XVIII La biblioteca de Universidades Jesuítas. Desafíos ante el cambio de época - A manera de introducción covid o no covid, ese fue el dilema para el mundo entero, del Sistema de Salud, la educación y, además, para su apoyo vital: las bibliotecas. Se hablaba de una extraña disyuntiva que se alimentó por la desinformación, el pánico colectivo y una gran sicosis en los medios de información, las redes sociales y el whatsapp. En consecuencia, los crecientes contagios por covid-19 nos llevaron, en marzo de 2020, al confinamiento en casa. El mencionado virus fue detectado por primera vez en China, en diciembre de 2019 y, desde entonces, se ha extendido por todas las regiones del mundo. “La pandemia ha forzado a las bibliotecas a cerrar sus puertas, pero esta situación no ha impedido que sigan prestando sus productos y servicios de información, aunque ahora bajo la modalidad digital.”1 Derivado de la contingencia fue necesario, por orden gubernamental e institucional, mover los servicios al plano digital. Buscar las redes sociales como punto de apoyo y fortalecer los servicios digitales. “De un día para otro los profesores se encontraron fuera de su salón de clases y hablando frente a una camarita. Era importante ir capacitándonos. Los proveedores nos han venido ayudando con la apertura de recursos” (Jaramillo, 7 julio de 2020). Nos encontrábamos trabajando desde casa a partir de marzo del 2020, no nos había pasado algo así y este escenario me hizo buscar la historia del comienzo de la Biblioteca Pedro Arrupe SJ, pero primero como biblioteca universitaria. ¿Qué función desempeña y cómo inició? Una biblioteca universitaria se encarga de facilitar y fomentar los servicios académico-profesionales que requiere la comunidad universitaria, mediante la organización y el control de documentos que apoyan los planes de estudio de las licenciaturas y posgrados; promueve el hábito por la lectura y la promoción de sus servicios y eventos culturales. A continuación, se presenta la historia y desarrollo de la Biblioteca Padre Pedro Arrupe SJ. Antecedentes La Biblioteca Padre Pedro Arrupe fue inaugurada el 14 de noviembre de 1984, a un año tres meses del inicio de actividades de la Universi1 Porfirio Tamez Solís. Director General de Bibliotecas de la Universidad Autónoma de Nuevo León. dad Iberoamericana Golfo Centro, el 3 de agosto de 1983. Antes de este acontecimiento, el Instituto Oriente, como reflejo de lo que es el sentido de Comunidad, colaboró en la labor educativa de la Universidad a través de su biblioteca, denominada “Francisco Xavier Alegre”, facilitando su acervo al alumnado universitario (Benítez: 21, 23). La ceremonia de inauguración fue presidida por el maestro Manuel Aceves SJ, director del plantel, y ante la presencia del licenciado Luis González Morfín, viceprovincial de la Compañía de Jesús, así como del doctor Carlos Escandón SJ, de la Universidad Iberoamericana de México (UIA Golfo Centro, 1984: 1). La biblioteca se encontraba ubicada en una oficina de sesenta metros cuadrados, aproximadamente. Fue un área muy reducida, su acervo comenzó con donaciones del P. Pablo Humberto Posadas, P. Manuel Aceves Araiza y el ingeniero Atanasio Kalphopulus, con algunos libros de la Casa de los Sacerdotes Jesuitas. La colección se inició con 472 libros. Antes de la fecha de inauguración, el 26 de marzo, el licenciado Javier Martínez Sánchez fue nombrado encargado, y su personal lo integraban dos empleados. En 1985 la colección se incrementó a 2 027 libros, cantidad alcanzada gracias al primer presupuesto obtenido para la compra de materiales bibliográficos. Hasta entonces, la biblioteca dependía directamente de la Dirección General Académica. En 1986 se adquirieron 1 900 libros más para apoyar los planes de estudio de una creciente Universidad. Debido a la necesidad de ofrecer un servicio eficaz se inició la catalogación descriptiva y asignación de encabezamientos en materia de libros, utilizando el Sistema de Clasificación Decimal de Melvil Dewey para asignar la clasificación y organizar sistemáticamente el acervo. En 1987 se agregaron al acervo 3 228 libros. Con el nombramiento del maestro Manuel Aceves Araiza SJ como rector de la Universidad, se reformó la estructura organizacional y la biblioteca pasó a depender de la Dirección General de Servicios Educativos Universitarios. En el mismo año se cambió el sistema de clasificación de Melvil Dewey por el de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Desde 1988 hasta 1990 el acervo aumentó con el ingreso de 6 373 libros. La necesidad de espacio físico fue evidente, sólo se contaba con dos salas reducidas y libreros poco funcionales, así como con una pequeña área de consulta, audiovisuales, acervo antiguo y para

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