Monserrat Gali Boadella
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Son intermediarios, o los propios vendedores, quienes compran es-
tas estampas cromolitografiadas, a veces en grandes cantidades y con
fines puramente comerciales: las plastifican, hacen cuadros, platos,
llaveros... La Iglesia como institución no interviene, aunque se supone
que tolera esta venta, en tanto se realiza en sus espacios. Algunos san-
tuarios venden estampas controladas, más finas en cuanto a calidad y
con indulgencias o licencia eclesiástica, sin embargo lo que se vende
masivamente corresponde al tipo comercial anteriormente descrito.
Para conocer el público y el destino de las estampas del periodo
colonial nuestras fuentes son escasas. En cambio, para el siglo
XIX
las
memorias, novelas y escritos costumbristas, proporcionan datos valiosos.
Así Manuel Rivera y Cambas en su
México pintoresco, artístico
y
mo-
numental.
refiriéndose a los Barrios del Carmen y San Sebastián, escribe:
«En estos barrios se conservan en su primitva originalidad las costumbres,
siendo tipos principales el barbero con su vasija demetal y el flebotomiano
con sus formidables tenazas y su cortante bisturí; aun están por allí las
puertecillas cerradas con celosías y el interior adornado con estampas y
figuras de papel recortado y la imagen de algún santo» (p. 94).
Ydescribiendo las fiestas en la Villa, refiere: «regresan las familias
de los jornaleros y artesanos pobres... llevando... los regalos de estam-
pas u otros para los chicos o parientes que no concurrieron» (p. 310).
El control de la Iglesia sobre las estampas es un capítulo de suma
importancia. Durante la Colonia las estampas recibían aprobación ecle-
siástica y si aparecían sin ella podía haber sorpresas desagradables, como
le ocurrió a Pedro Ocharte con las letrillas de la Virgen del Rosario. No
obstante, las estampas aparecían con frecuencia al margen de las auto-
ridades eclesiásticas, por diversos motivos: por promover devociones
que no estaban autorizadas por la Iglesia, como parte de movimientos de
disidencia o protesta, o por motivos de franca herejía o heterodoxia.