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Entrevista a Miguel Mansur Kuri
buena administración de su hacienda psíquica y de su hacienda econó-
mica.
5.
En relación con lo que dice Johannes Lotz en el sentido de
que el ser está íntimamente escondido, manifestándose el ente y no
el ser, ¿cuál es la diferencia con Heidegger en torno a esto?
Yo creo que la posición de los pensadores cristianos radica en una
noción del ser más desarrollada que la del Heidegger del
Ser y Tiempo
.
Hay estudios sobre Heidegger, tomando en cuenta las épocas posterio-
res al autor y sus escritos, que abren la posibilidad de una concepción
del ser más similar a una concepción tomista. El Heidegger del
Ser y
Tiempo
es un Heidegger desesperado, y desesperante de alguna mane-
ra, en la medida en que parece identificar al ser con la temporalidad y,
por ello, con un carácter totalmente aniquilante de la realidad y absoluta-
mente mortal del ser humano. Desde este punto de vista, esto significa-
ría un universo sin esperanza y un hombre destinado a la muerte.
Entonces Lotz y muchos existencialistas cristianos, e incluso judíos
como Buber, u ortodoxos como Nicolás Berdieff, sostienen que el ser
humano tiene una dimensión temporal, abierta a la libertad, a la creativi-
dad, pero también abierta a la eternidad porque es una noción del ser
más amplia que la que tiene Heidegger. Y esta noción del ser que da
cabida a estos valores, que da apertura a la trascendencia en contra de
la actitud solipsista de la filosofía positivista y de las actitudes del siglo
XIX
y de la modernidad, abre las posibilidades de la creatividad humana,
lo cual también va en contra de la mentalidad conservadora del siglo
XIX
que creía que la historia humana no era más que repetitiva y que no
había más que una manifestación en el futuro de lo que ya estaba en el
presente y en el pasado.
Estas perspectivas existencialistas modernas, entre las cuales es-
tán las de los cristianos y también las de personas que no lo son, acen-