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Misión de Bachajón, Chiapas
vida nueva que llega a la expresión de que América Latina es el conti-
nente de la esperanza. Porque esta acción del Espíritu no está reducida
a esta o aquella comunidad indígena: se da a nivel continental. Lo que
caracteriza a la América Latina (aunque es más exacto llamarla
Amerindia, porque abarca también a los países del norte) es esta unidad
en la pluralidad de los pueblos indígenas. Causa pasmo constatar esta
realidad, que no se puede explicar sin la acción del Espíritu Santo. La
segunda mitad del siglo vendrá a dejar al descubierto esta misteriosa,
constante y fuerte acción de aquel a quien Jesús nos envía constante-
mente conforme a su promesa.
4. Aparece el mundo indígena
Lo que está sucediendo a nivel muy local en la Diócesis de San Cristó-
bal a partir del decenio de los años 50, nos deja ver cómo se cumple a
nivel más amplio, a nivel continental, lo que Jesús dijo a sus Apóstoles:
no los dejaré solos, les conviene que yo me vaya, porque les enviará de
parte de mi Padre el Espíritu Consolador. Él les hará recordar todo lo
que les he enseñado. No estarán solos.
Reduciéndonos pues al pequeño grupo indígena de la Diócesis de
San Cristóbal en Chiapas, nos encontramos con una realidad de esclavi-
tud que va más allá de lo sucedido en la época colonial. Si al inicio de la
Colonia se llegó a pensar que el indígena no era persona humana, en
este tiempo al indígena se le trata como bestia de carga. Los dueños de
las fincas cafetaleras, por ejemplo, al terminar la recolección del grano,
regresaban con su familia a la ciudad. El patrón montado a caballo; su
esposa e hijos regresaban a «lomo de indios». La Señora se sentaba en
una silla, y un indígena la cargaba sobre sus hombros con un mecapal en
la cabeza. Como bestia de carga. El trabajo en la finca es de sol a sol,
sin posibilidad de buscar otro lugar de labor y con un sueldo más que