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Misión de Bachajón, Chiapas
Tojolabales; surgió el grito libertario que iniciaría el proceso de lucha
organizada. Solamente unidos podremos salir adelante.
8. Un reconocimiento necesario
Posteriormente, en la evaluación que don Samuel hizo, con su equipo,
del evento realizado, surgió esta inquietud: los indígenas han reflexiona-
do en su situación de opresión en esos cuatro capítulos: tierra, salud,
comercio y educación. Han lanzado su grito profético de liberación. Pero
no nos han dicho en qué y cómo nosotros como Iglesia los hemos y los
estamos oprimiendo. Era necesario que reflexionaran en su realidad
eclesial. Se inició entonces una reflexión en las comunidades que llevó
varios meses. Amediados de 1975 se recogió en Bachajón el sentido de
las comunidades. Ante el cuestionamiento de qué sucedería en el caso
en que nosotros los encargados de la evangelización tuviéramos que
salir de la región, por cualquier causa, y dejar de nuevo solas las comu-
nidades como sucedió el siglo pasado, cuando se terminó la evangeliza-
ción colonial, un principal que recogía el sentir de los demás después de
la reflexión, expresó: «llevan ustedes 15 años de trabajo entre nosotros.
Es trágico que de repente se retiren y todo quede abandonado. Esto
significa, decía, que no están trabajando bien. Porque yo sé, expresaba,
que Jesús trabajó tres años solamente. Lo mataron, resucitó y se fue al
cielo con su Padre. Sin embargo su obra permanece desde hace veinte
siglos. ¿Qué hizo Jesús que no están haciendo ustedes?», Él mismo se
respondió. «Lo que Jesús hizo fue no dejamos solos. Nos dio a su Espí-
ritu. El Espíritu Santo, decía el Principal, fue el que conservó y lleva
adelante el trabajo de Jesús. Pero ustedes nos niegan el Espíritu, lo tie-
nen acaparado. Es cierto, decía, que nos dan al Espíritu Santo en el
bautismo. Pero ese Espíritu que se entrega para cuidar a la comunidad,
ustedes lo tienen acaparado. Dénos el Espíritu Santo que cuida a la